El vicepresidente de Estados Unidos Mike Pence y el secretario de Estado Mike Pompeo viajan el miércoles a Ankara para presionar a Turquía a detener la ofensiva contra los combatientes kurdos en Siria, dijo el martes el presidente Donald Trump.
"Se irán mañana", dijo Trump a reporteros en la Casa Blanca, un día después de que Pence anunciara el viaje sin dar un calendario. "Estamos pidiendo un cese al fuego (...) ponemos las sanciones más fuertes que se puedan imaginar", agregó el mandatario.
La Casa Blanca, en tanto, dijo que Pence se encontrará el jueves con el presidente turco Recep Tayyip Erdogan.
La oficina de Pence difundió por separado un comunicado en el que indica que el vicepresidente manifestará "el compromiso de Estados Unidos para alcanzar un inmediato cese al fuego y el establecimiento de condiciones para una solución negociada".
En la reunión con el presidente turco, agrega el comunicado, Pence reiterará asimismo el compromiso de Trump de aplicar "sanciones económicas" contra Turquía hasta alcanzar una solución.
La abrupta decisión de Trump este mes de retirar a los militares estadounidenses del norte de Siria dejó a las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF), lideradas por los kurdos, a merced de las tropas turcas y sus representantes sirios.
Los kurdos dicen que miles de familiares de los combatientes del grupo Estado Islámico, también conocido como ISIS, han escapado desde que Turquía lanzó la semana pasada su ofensiva, aunque Trump sugirió que tal vez los habrían liberado de manera deliberada para ganar influencia.
"La violencia actual en la región socava gravemente la campaña (para derrotar a ISIS), pone en peligro a los civiles y a las minorías religiosas, y amenaza la seguridad de toda la región", dijo la oficina de Pence.
"El gobierno está decidido a mantener la seguridad en la región, la seguridad de los civiles y a continuar con la detención de los combatientes de ISIS", añadió.
- Patrullas rusas -
Es alrededor de Ras Al-Ain que se concentra la lucha más encarnizada, ya que las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF), dominadas por el YPG, oponen una resistencia feroz utilizando una red de túneles.
En sus declaraciones a Hurriyet, Erdogan minimizó la importancia de que las fuerzas regulares sirias ingresen a Minbej.
"Para mí, la entrada [de tropas sirias] en Minbej no es un desarrollo muy, muy negativo. ¿Y porqué? Porque es su territorio", apuntó.
En este contexto, Rusia enfatizó que no permitiría la lucha entre turcos y sirios. Tal lucha "no interesa a nadie y sería inaceptable", dijo el enviado ruso para Siria, Alexander Lavrentiev.
La policía militar rusa realiza "patrullas a lo largo de la línea de contacto" entre las fuerzas sirias y turcas en el área de Minbej, según Moscú.
En siete días de enfrentamientos, 71 civiles, 158 combatientes del FDS y 128 manifestantes resultaron muertos, según el OSDH.
Además, la ofensiva causó el éxodo de 160,000 personas, según la ONU.
Dirigentes kurdos expresaron su alarma por el cese de actividades de "todas" las ONG internacionales y la retirada de sus empleados de la región, donde hay muchos campamentos que albergan a decenas de miles de personas desplazadas.
La ONG Médicos Sin Fronteras afirmó que había tenido que "suspender la mayoría de sus actividades y evacuar a todo su personal internacional".
Las agencias de la ONU continúan sus operaciones, a pesar de la peligrosa situación reinante.
Después de anunciar la salida del norte sirio de alrededor de un millar de soldados estadounidenses, Estados Unidos adoptó sanciones contra ministros turcos, pero al mismo tiempo busca salvar su alianza histórica con Turquía, un país miembro de la OTAN y que alberga bases estratégicas estadounidenses.
Francia y otros países europeos han dicho que temen el escape de los yihadistas de ISIS retenidos por los kurdos a causa del caos generado por esta ofensiva.
Sin embargo, un funcionario estadounidense aseguró que Washington no había "constatado hasta este momento ninguna huida importante" de prisioneros del EI.