La OEA o la ONU deben declarar una crisis de refugiados por la migración venezolana, lo cual permitirá derivar fondos de cooperación multilateral para atenderla, dijo a AFP el coordinador del grupo de la OEA sobre este tema, David Smolansky.
Somolansky viajará esta semana junto al secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, a Colombia, donde además de reunirse con el presidente, Iván Duque, visitarán la fronteriza ciudad de Cúcuta, que concentra gran parte del tránsito de venezolanos.
Aquí un resumen de la charla con Smolansky, un exalcalde venezolano de 33 años, exiliado el año pasado en Estados Unidos tras huir de su país al ser condenado a 15 años de prisión por no reprimir manifestaciones opositoras al gobierno de Nicolás Maduro:
- Unos 2,3 millones de personas se fueron de Venezuela desde 2014 hasta junio de este año, según la ONU. Usted ha dicho que es un éxodo sin precedentes en América Latina. ¿Cómo abordarlo?
Creo que se debe declarar una crisis de refugiados en la región. Puede hacerlo la OEA o la ONU. Eso agilizaría protocolos internacionales para brindar mayor ayuda a los que salieron de Venezuela contra su voluntad. Se crearía un fondo de cooperación multilateral para garantizar atención médica, alimentación, techo y capacitación. Sería un fondo pulcro, transparente, para facilitar la situación a quien se refugia. También hay que promover campañas locales, regionales, de organizaciones civiles, contra la xenofobia, que afortunadamente está focalizada. Las manifestaciones minoritarias no pueden empañar el esfuerzo de la mayoría por ayudar.
- ¿Quién contribuiría a ese fondo?
Los gobiernos y los organismos multilaterales. De hecho, Estados Unidos, Canadá, la Unión Europea, Noruega, ya han dado unos 100 millones de dólares desde el inicio del año, sobre todo a Colombia.
- ¿Sería institucionalizar la ayuda que ya se está entregando?
Sí. De Venezuela ha salido más del 13% de su población desde la llegada de (Hugo) Chávez (en 1999). La ONU habla de 2,3 millones desde 2014, pero mucha gente se fue antes. Se estima que con esa diáspora previa serían unos 4 millones. Porcentualmente, el éxodo venezolano se acerca al cubano, estimado en 20% a 30% de la población desde el comienzo de la dictadura de (Fidel) Castro en 1959. Y en términos absolutos, Venezuela se acerca a Siria: unos 6 millones de sirios se han ido desde el inicio de la guerra en 2011.
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- ¿Continuará el flujo migratorio venezolano?
Se estima que unos 4.000 se van diariamente y que podría llegarse a 1,5 millones solo en 2018. Cuando estuve en abril en Cúcuta, la Iglesia católica suministraba poco más 2.000 comidas diarias a los venezolanos. Cuando volví en agosto estaba dando 10.000. Mientras perdure la dictadura de Maduro perdurará el éxodo masivo. Debemos restaurar la democracia no solo para frenarlo, sino para generar incentivos para que los que se han ido, vuelvan. Es importante que la región entienda que el régimen de Maduro se ha convertido en un elemento de desestabilización para América Latina, e incluso en una amenaza.
- ¿Se requiere una intervención militar externa?
Quien tiene que asumir una posición institucional es la fuerza armada venezolana. Con esto me refiero a obedecer la Constitución de Venezuela, que dice que la fuerza armada nacional está para garantizar la seguridad en el territorio y la nación. Ojalá los soldados de bajo y mediano rango, que hoy padecen los mismos problemas que el resto de los venezolanos, puedan asumir una posición institucional que facilite una transición democrática, pacífica, y que nos lleve a un camino de libertad. Por cierto, en la frontera de Colombia y de Brasil vi muchísimos soldados y policías venezolanos que habían desertado.
- Maduro asegura que no hay crisis humanitaria. ¿Ha hablado con venezolanos que pidieron ser repatriados?
No. Pero no dudaría que Maduro se aproveche de una crisis tan dramática y ponga gente adepta a él a intentar confundir a la opinión publica. Cosa que evidentemente no logra, porque nadie puede ocultar las carpas de Acnur (Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados) en Brasil, los caminantes por Colombia, o el colapso de la frontera de Ecuador y Perú.