En 14 horas, el Congreso de Perú debatió la moción de destituir al presidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski. Al final, los 87 votos requeridos para que fuera efectiva la destitución no se presentaron, a falta de ocho. El Presidente, en la mañana, dijo “no soy corrupto y no he mentido”
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EL CONGRESO de Perú no aprobó la moción de destituir al presidente Pedro Pablo Kuczynski, quien se defendió afirmando que jamás recibió un soborno, en un último esfuerzo para evitar ser cesado por sus vínculos con la cuestionada constructora brasileña Odebrecht.
A falta de ocho votos, de los 87 requeridos para que se activara la moción, la oposición logró 79, dejando al presidente en su cargo, después de un largo debate que culminó a las 11:30 de la noche. Sólo 19 parlamentarios votaron en contra de la moción y hubo 21 abstenciones, que, según fuentes de la AFP, se dieron como parte del lobby que el gobierno adelantó estas últimas semanas.
Por 14 horas, los legisladores peruanos debatieron si declarar o no la "vacancia" presidencial, mientras Kuczynski advirtió que en caso de ser destituido el gran perjudicado será el país.
“El daño no me lo harán a mí, se lo harán al Perú”, dijo el mandatario de centro-derecha al cerrar su defensa ante el plenario del Congreso, luego de la exposición de su abogado, Alberto Morea.
“Está en sus manos salvar la democracia o hundirla mucho tiempo”, afirmó Kuczynski, agregando: “Soy un hombre honesto, jamás he recibido un soborno, una coima o una prebenda. Ni mi empresa ni yo hemos contratado con el Estado peruano. Jamás incurrí en conflicto de intereses”.
Una vez que terminó el debate, los 109 legisladores presentes en la sesión, de un total de 130, procedieron a votar la moción de vacancia, presentada por la oposición la semana pasada por estimar que mintió sobre sus vínculos con Odebrecht.
El mandatario de 79 años y su abogado se retiraron del Congreso después de presentar sus descargos durante dos horas y veinte minutos, en horas de la mañana, y luego se inició el debate de los legisladores, en el que el izquierdista Wilbert Rozas afirmó que tanto el presidente como su abogado “no han aclarado nada”.
“El Parlamento tiene la voluntad de tomar decisiones que pueden ser reprochables, pero será valiente”, dijo de su lado Mauricio Mulder, del APRA (socialdemócrata), mientras el fujimorista Miguel Torres fue explícito en pedir votar por la destitución de Kuczynski, para lo que se necesitaban 87 votos del Congreso unicameral.
Dominado por la oposición fujimorista, el Congreso abrió un proceso de “vacancia” presidencial por “permanente incapacidad moral”, días después de que Odebrecht revelara que pagó casi cinco millones de dólares por asesorías a empresas ligadas a Kuczynski, mientras él era ministro.
“No soy corrupto y no he mentido, jamás he favorecido a ninguna empresa, siempre he actuado de acuerdo a la ley y a la ética profesional”, indicó el presidente, agregando que mientras era ministro la empresa que prestó asesorías a Odebrecht era gestionada por su exsocio, el chileno Gerardo Sepúlveda.
Su abogado expresó que en “la práctica estamos ante un golpe de Estado”, si el Congreso destituye al presidente.
“No soy corrupto y no he mentido, jamás he favorecido a ninguna empresa, siempre he actuado de acuerdo a la ley y a la ética profesional”: Kuczynski
A menos que ocurriera un milagro, que se dio, los analistas anticiparon que Kuczynski se convertirá en el primer presidente en perder su puesto por vínculos con Odebrecht, empresa envuelta en el pago de sobornos en varios países de América Latina para conseguir millonarios contratos de obras públicas.
Sin embargo, de manera reservada el gobierno realizó en los últimos días esfuerzos para tratar de convencer a legisladores opositores de que votara contra la “vacancia”.
“Parece que en las últimas horas han conseguido convencer a algunos congresistas izquierdistas (...). Hace tres días, diría que la suerte del presidente estaba definida. Ahora no estoy tan seguro”, declaró a la AFP un funcionario de confianza de Kuczynski que pidió no ser identificado.
El mandatario había negado desde antes de asumir el mando, el 28 de julio de 2016, que tuviese vínculos con Odebrecht, hasta que fue desmentido por la propia empresa. Ante el Congreso, el presidente afirmó que mientras era ministro no tenía comunicación con su socio para evitar conflictos de intereses.
Hace ocho días este escándalo de corrupción cobró otra prominente víctima en el vecino Ecuador: el vicepresidente Jorge Glas fue condenado a seis años de cárcel por recibir sobornos.
Tres presidentes salpicados por Odebrecht
La Organización de Estados Americanos (OEA) envió una misión a Lima a observar el proceso de destitución de Kuczynski.
Si era removido de su cargo, el primer vicepresidente, Martín Vizcarra, debía asumir el mando por el resto del periodo, que culmina el 28 de julio de 2021.
Ingeniero, de 54 años, Vizcarra servía como embajador en Canadá y regresó apresuradamente a Perú ante la agudización de la crisis política. Kuczynski dijo que ninguno de sus dos vicepresidentes aceptaría asumir el mando. En ese caso tendría que asumir el presidente del Congreso, Luis Galarreta, al que correspondería entonces convocar a elecciones anticipadas.
El partido fujimorista, Fuerza Popular, ha mantenido contra las cuerdas a Kuczynski desde que comenzó su mandato. Pero el fantasma de Odebrecht también persigue a Keiko Fujimori, hija del encarcelado expresidente Alberto Fujimori, quien es investigada por supuestos pagos recibidos de la empresa.
Odebrecht admitió haber pagado 29 millones de dólares en sobornos en Perú entre 2004 y 2015, periodo que abarcó los gobiernos de Alejandro Toledo (2001-2006), en el que Kuczynski fue ministro; Alan García (2006-2011) y Ollanta Humala (2011-2016).
Humala permanece en prisión preventiva, acusado de recibir tres millones de dólares para su campaña electoral de 2011, mientras que contra Toledo pesa una orden de extradición desde Estados Unidos por recibir presuntamente 20 millones de dólares en sobornos para conceder a Odebrecht la construcción de una carretera.
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