El Papa Francisco criticó la "política irresponsable de intervenir e imponer la democracia" en Afganistán, en línea con lo expresado por la canciller de Alemania Angela Merkel, de quien dijo es “una de las grandes figuras de la política mundial”, en una entrevista a la Cadena COPE.
"Es necesario poner fin a la política irresponsable de intervenir desde fuera y de construir en otros países la democracia, ignorando las tradiciones de los pueblos", señaló Francisco en la entrevista, la primera que concede el Pontífice a un medio de comunicación tras su operación de colon el pasado julio.
No obstante, ha dejado claro que en la retirada de las tropas estadounidenses "no se tuvieron en cuenta todas las eventualidades" y que "ciertamente hubo mucho engaño de parte quizás de las nuevas autoridades. Digo engaño o mucha ingenuidad, no entiendo".
En este contexto, reconoció que el secretario de Estado de la Santa Sede, el cardenal Pietro Parolin, emprendió algunas iniciativas diplomáticas para contribuir a la estabilidad de Afganistán y ayudar a su población.
En cuanto a otros desafíos globales, Francisco ha ratificado su intención de participar, si no hay imprevistos, en la Cumbre del Clima de Glasgow, la COP26, prevista para noviembre.
El Santo Padre también detalló cómo es su día a día después de la operación, indicando que puede llevar una "vida normal" y que puede "comer de todo", aunque ha reconocido que aún está tomando medicación "porque el cerebro tiene que registrar que tiene 33 centímetros menos de intestino".
Precisamente, los problemas de salud el Papa llevaron a algunos medios de comunicación en Italia a especular y lanzar rumores sobre su posible intención a renunciar al pontificado. El pontífice ha sido claro: "A mí ni se me pasó por la cabeza", aseguró.
Incluso ha pronosticado que el prójimo viaje a Hungría y Eslovaquia, del 12 al 15 de septiembre, "al final va a ser igual que los otros", aunque en un principio se lo intente tomar con más calma "porque uno tiene que reponerse del todo". Ante la posibilidad de encontrarse con el primer ministro Viktor Orban, de quien le separan algunas ideas sobre todo sobre inmigración, ha reconocido que no va "con libreto".
El Papa también abrió la puerta a realizar un breve viaje el año que viene a Santiago de Compostela con motivo del Xacobeo. En clave nacional, también se ha referido a la situación en Cataluña al afirmar que lo verdaderamente "clave" es saber "si España está totalmente reconciliada con su propia historia, sobre todo del siglo pasado". Eso es, para él, "clave en cualquier país que tiene este tipo de problemas".
Al ser preguntado por la nueva ley de eutanasia impulsada por el Gobierno, el obispo de Roma la ha vinculado a la "cultura del descarte", que convierte a los ancianos en "material descartable" porque "molestan", mientras que ha subrayado que la Iglesia católica "lo que pide es ayudar a morir con dignidad".
Sobre el aborto, también ha considerado que en los manuales de embriología se especifica que, tras la tercera semana de concepción "ya están perfilados todos los órganos en el embrión, por lo que se trata de una vida humana". Y se ha preguntado invitando a la reflexión: "¿Es lícito eliminar una vida humana para resolver un problema? ¿Es justo alquilar un sicario para resolver un problema?".
Preguntado sobre las reformas en sus ocho años de pontificado, el Papa señaló que puso en marcha lo que los cardenales dijeron en las reuniones precónclave. "Yo estoy obedeciendo a lo que se marcó en aquel momento. Quizás algunos no se daban cuenta de lo que estaban diciendo o pensaban que no era tan grave, pero algunos temas provocan escozor", afirmó.
Así, por ejemplo, ha valorado positivamente los "pasos muy claros" que se han dado en la defensa de los menores frente a los abusos sexuales y el papel del cardenal Sean O'Malley.