Después de alcanzar un máximo de más de 70.000 nuevos casos por día en julio, el país registró 43.000 contagios el jueves. Las hospitalizaciones se han reducido en un tercio desde ese pico, según el Proyecto Covid Tracking, y el número de muertes, estable en mil por día desde finales de julio, debería comenzar a disminuir.
"Se puede esperar que la semana que viene empecemos a ver una reducción", en las muertes, dijo el director del Centro para la Prevención y el Control de Enfermedades (CDC), Robert Redfield.
Sin embargo, el país no está fuera de peligro. La tasa de incidencia (número de casos nuevos notificados) sigue siendo tres veces superior a la observada en Francia o México. Y el promedio estadounidense esconde enormes disparidades regionales.
"Estamos empezando a cambiar el rumbo de lo que llamo epidemia del Sur", dijo Redfield. "Pero hay señales preocupantes", señalando a la región central del Medio Oeste, donde las cifras en lugar de caer permanecen inamovibles.
"El Medio Oeste está estancado en este momento", advirtió Redfield.
"No necesitamos tener una tercera ola", en el corazón del país, agregó.
Con estas cifras de fondo Alabama reabrirá sus campus, pero haciendo test a todos sus estudiantes primero. En otras zonas, las principales universidades de las Carolinas volvieron a modo virtual luego de dar luz verde al reinicio la semana pasada, debido a brotes de contagio en residencias de estudiantes.
Para las escuelas, colegios y secundarios, en la mayoría de las grandes ciudades (Washington, Chicago, Houston, Los Ángeles) se optó por un comienzo 100% virtual.
Trump está a favor de una reapertura total y un retorno a la normalidad, pero el gobierno federal deja que las autoridades locales evalúen los riesgos por sí mismas.
"Hay que pensarlo dos veces antes de traer a los niños a la escuela" en zonas "rojas" (incidencia superior a 100 casos semana por cada 100.000 habitantes), advirtió Anthony Fauci, experto en enfermedades infecciosas del gobierno, en un intercambio con la Universidad George Washington.
En la misma línea, Jennifer Nuzzo, epidemióloga de Johns Hopkins, alertó que hay que tener en cuenta la incidencia del virus en zonas circundantes y cerrar los establecimientos si es necesario.
Fauci rechazó de manera incansable la relajación de las acciones de protección que han demostrado su incidencia para bajar contagios desde Nueva York hasta Phoenix.
"Tenemos el poder, incluso antes de la llegada de una vacuna para controlar esta epidemia si respetamos los principios de salud pública", dice el especialista. "Me encantaría ver a todo Estados Unidos moverse en la misma dirección".
Estabilización en Brasil
Por otra parte la Organización Mundial de la Salud (OMS) aseguró que la situación del Covid-19 se estabilizó en Brasil y consideró que sería "un éxito para el mundo" que se frenara la rápida transmisión del virus en el gigante latinoamericano.
El director de emergencias de la OMS, Michael Ryan, indicó que se había producido "un claro descenso en varias partes de Brasil".
Por detrás de Estados Unidos, Brasil es el segundo país en el mundo con un mayor número de muertos y diagnosticados positivos por el coronavirus.
"La aceleración de los casos se estabilizó, pero sigue habiendo un número muy elevado de casos y demasiado elevado de muertos", afirmó Ryan sobre un país en que en la última semana fallecieron 6.900 personas por la pandemia y se diagnosticaron 290.000 positivos.
En total, 111.100 personas fallecieron por el Covid-19 en el gigante latinoamericano, donde se detectaron más de 3,45 millones de contagios.
"Estamos en un momento de dificultad en Brasil donde parece que las cosas se están haciendo mejor", declaró el dirigente de la OMS, quien expresó su "reconocimiento para los trabajadores sanitarios y las comunidades que en Brasil están tomando las acciones necesarias para estabilizar la situación".
América Latina representa una novena parte de la población mundial, pero en este subcontinente se detectaron el 40% de los casos de Covid-19 en los dos últimos meses.