Según el presidente Laurentino Cortizo, el traspaso fue un hecho que “derribó la cerca que dividía un país… lo que conquistó un pueblo noble y nos unió”
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Al arrancar 2020 Panamá está conmemorando 20 años de administración nacional del canal, un hecho histórico que marcó la economía del país, ya que esta monstruosa construcción aporta hoy en día el 6% de su PIB nacional.
El 31 de diciembre de 1999, Estados Unidos le entregó al país centroamericano el control del Canal de Panamá, tal como había quedado establecido en el Tratado Torrijos-Carter, y la bandera panameña ondeó sola por primera vez en este paso interoceánico.
El gobierno de Laurentino Cortizo conmemoró los 20 años de control sobre el canal con actos oficiales y discursos. El Jefe de Estado habló del traspaso como un hecho que “derribó la cerca que dividía un país… lo que conquistó un pueblo noble y nos unió”.
Entre los asistentes a la conmemoración estuvo Mireya Moscoso, quien ejercía como presidenta de Panamá durante la entrega de la vía interoceánica. La exmandataria recordó que fue una fecha llena de conmoción y patriotismo. “Fue una emoción muy grande”, dijo la exmandataria al medio TVN de Panamá.
Álvaro Moreno, presidente de la Asociación de Prácticos del Canal de Panamá, explicó a medios locales que el traspaso significó que el país había alcanzado su soberanía nacional y por eso es tan representativa.
La historia del canal
Estados Unidos asumió el reto de construir la inmensa obra de ingeniería en 1903, después de que los franceses fracasaran en el intento.
El ingeniero francés jefe de la obra, Philippe-Jean Bunau-Varilla, no tenía fondos para continuar la obra y cedió los derechos de explotación y construcción del Canal de Panamá, así como el control de la zona que lo rodea, a Estados Unidos.
El país norteamericano pagó US$10 millones de dólares por el canal y acordó dar una renta anual de US$250.000 a Panamá. La transacción quedó consignada en el Tratado Hay-Bunau-Varilla que se firmó el 18 de noviembre de 1903, 15 días después de que Panamá declarara su independencia de Colombia.
Los estadounidenses se demoraron unos 10 años en construir la vía interoceánica. Durante ese tiempo los constructores debieron cavar a través de la Cordillera Continental, construir la represa más grande del mundo en aquella época, así como diseñar y edificar un inédito sistema de esclusas.
Con el pasar del tiempo los panameños empezaron a manifestar su descontento con el uso del canal por parte de los estadounidenses, lo cual desembocó en violentas protestas.
En 1970 el Gobierno de Panamá inició negociaciones con Estados Unidos para conseguir el control sobre el paso.
En 1977 los presidentes Omar Torrijos, que había asumido después de un golpe militar, y Jimmy Carter, por parte de Estados Unidos, firmaron un tratado que estipulaba que el país centroamericano recuperaría gradualmente la soberanía del canal.
En 1999, después de unas accidentadas relaciones bilaterales -que incluyeron la invasión de Estados Unidos a Panamá (1989), la captura del general y dictador Manuel Antonio Noriega y varios miles de muertos- Jimmy Carter le hizo entrega del canal a la presidenta Mireya Moscoso, quien exclamó emocionada: “¡Gracias, por fin es nuestro!”.
El canal hoy en día
En junio de 2016 Panamá inició la ampliación del canal. En la obra se utilizó el acero que sería necesario para construir 22 torres Eiffel, así como 4,5 millones de metros cúbicos de hormigón, con los que se construirían 2,2 pirámides de Egipto, o 450 edificios de 20 pisos.
En enero de 2017 el canal registró un nuevo récord de tonelaje mensual. Alcanzó a transportar 36,1 millones de toneladas en 1.260 embarcaciones. En febrero de ese año el promedio diario alcanzó 1,18 millones de toneladas.
La distancia que tienen que recorrer las embarcaciones entre los océanos Atlántico y Pacífico es de 77 kilómetros, y gastan entre ocho y 10 horas.
Hoy en día las principales rutas que usan este paso interoceánico son las que viajan entre Asia y el oriente de Estados Unidos (51,2%), entre la costa occidental y la costa oriental de Estados Unidos (17,5%), y entre la costa occidental de Suramérica y Europa (10,6%).
Los buques que transitan por el canal ampliado son portacontenedores, buques de gas licuado de petróleo (GLP), de gas natural licuado (GNL), graneleros, portavehículos, petroleros y buques de pasajeros.
Uno de los principales problemas que enfrenta el canal a futuro es la falta de agua. Este depende del agua que se acumula en los lagos artificiales Gatún y Alajuela, de los cuales también dependen más de 2 millones de personas que viven en Ciudad de Panamá.
El calentamiento global, la ampliación del canal y su continuo uso, durante 103 años, han puesto una fuerte presión sobre las fuentes hídricas.
En esta conmemoración, el canal enfrenta los niveles más bajos de lluvias en su cuenca hidrográfica, lo que impacta el abastecimiento del agua que consume la mitad del país y que también permite el funcionamiento del mismo.
La Autoridad del Canal de Panamá realiza actualmente estudios de factibilidad sobre reservorios de agua que puedan ser usados.