El presidente venezolano, Nicolás Maduro, dijo este martes que evalúa si hay condiciones de seguridad para asistir a la Asamblea General de Naciones Unidas a fines de septiembre, al insistir en su denuncia de planes para asesinarlo.
"Lo estoy evaluando porque tú sabes que a mí me tienen en la mira para matarme", señaló Maduro en una rueda de prensa con medios internacionales, sin responsabilizar a nadie en particular.
"Estoy evaluando las condiciones de seguridad para ir a Nueva York. Yo quiero ir a Nueva York, pero tengo que cuidar mi seguridad", añadió.
El mandatario asistió por última vez a la Asamblea General de la ONU en 2015. En 2016 fue representado por su entonces canciller, Delcy Rodríguez, y el año pasado por el sucesor de ésta, Jorge Arreaza.
Maduro asegura que fue víctima de un "magnicidio en grado de tentativa" el pasado 4 de agosto, cuando dos drones cargados de explosivos estallaron cerca de una tarima donde daba un discurso, durante una parada militar en Caracas.
Confrontado a sanciones financieras de Washington que lo tilda de "dictador", el presidente ha dicho que detrás de ese atentado están factores de poder en Estados Unidos, el expresidente colombiano Juan Manuel Santos y opositores venezolanos.
Este lunes sostuvo que las conspiraciones para derrocarlo "se mantienen desde el poder de Estados Unidos" y Colombia, de donde, dijo, se envían "muchos dólares".
"Pero se estrellan con la moral, con la unión y la disposición combativa. Tengo fe en la lealtad absoluta de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana", subrayó, tras reiterar que antiguos oficiales venezolanos -varios ya detenidos- han intentado derrocarlo.
Los debates de la Asamblea General de la ONU tendrán lugar del 25 de septiembre al 1 de octubre.
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Plan para "derrocarlo"
Por otro lado, el mandatario denunció este martes que un general en retiro de la Fuerza Armada de su país conspira desde Estados Unidos y República Dominicana para derrocarlo.
"Un general de apellido Báez (...) dice que va a dar un golpe de Estado en octubre. Lo grita a los cuatro vientos (...). Francisco Báez, borrachón, muy borrachón él, está metido en todas las conspiraciones", declaró Maduro a corresponsales extranjeros.
Báez, según dijo el gobernante socialista, "se mueve" entre Estados Unidos y Dominicana y "se la pasa en Punta Cana".
Maduro agregó que sabía de reuniones entre funcionarios de Washington y militares venezolanos para discutir su derrocamiento antes de que lo reportara The New York Times el pasado 8 de septiembre.
El diario informó que diplomáticos estadounidenses se reunieron tres veces en secreto con militares venezolanos que planificaban un golpe contra Maduro.
Las reuniones incluyeron a un excomandante militar venezolano que figura en la lista de sancionados por el gobierno estadounidense, según el NYT.
Pero Washington no otorgó ningún apoyo material a los disidentes, y los planes de un golpe se fueron a pique tras el reciente arresto de decenas de militares rebeldes, aseguró el periódico.