Actuar rápido y apelar a la disciplina social como principal arma contra el virus le dio resultado al gobierno conservador, que muestra una de las tasas más bajas de contagios y decesos en el viejo continente
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El 26 de febrero pasado Noruega confirmó el primer caso de Covid-19 y menos de un mes y medio después el gobierno de la primera ministra Erna Solberg anunció que el brote estaba “bajo control”, tras constatar que la tasa de contagio del virus se había reducido a 0,7%.
La gestión de Solberg frente a la pandemia le ha significado reconocimientos alrededor del mundo, más aún porque tiene a su país como uno de los de menor afectación a pesar del alto grado de contagio que se presenta en su vecina Suecia.
Las estadísticas son muy dicientes: Noruega con 8.639 casos confirmados, tiene una tasa de recuperación del 94.2% (8.138) y registra solo 242 muertes, lo que representa una tasa de letalidad de apenas 2.8%. Si bien entre el 21 de marzo y el 2 de abril el país experimentó un pico de contagios, con 252 casos diarios en promedio, a mediados de abril logró “aplanar la curva”, con unos 95 nuevos contagios al día. En mayo la cifra bajó a 21 casos y en lo que va corrido de junio tiene un promedio diario de tan sólo 14 contagios nuevos.
Actuar rápido y con decisión ha sido la clave. A diferencia de otros gobiernos europeos que reaccionaron tarde, el 12 de marzo el noruego anunció que durante dos semanas cerraría sus fronteras, escuelas, jardines infantiles, gimnasios y peluquerías, entre otros. Se prohibieron, igualmente, los eventos y reuniones deportivas y culturales, al tiempo que se aplicaron restricciones a los restaurantes.
Entre las acciones que han generado mayor impacto está la de haber convocado a una rueda de prensa sólo para niños, en la que a través de internet enviaban sus preguntas e inquietudes. En esa ocasión afirmó a los pequeños que “está bien tener miedo cuando suceden tantas cosas al mismo tiempo”. Agregó que “cuando se les tiene en cuenta (a los menores de edad), asumen responsabilidades con seriedad y les exigen a los mayores que respeten las normas que van en beneficio de todos”.
De igual manera, su gobierno lanzó una aplicación para el rastreo de casos y evitar así la propagación del virus. Por esa misma vía esquivó los confinamientos muy prolongados de la mayoría de la población.
“Para lograr volver a una vida más normal, conservando la infección bajo control, todos debemos poner nuestra parte, por ejemplo utilizando esta aplicación… Si fracasamos en conservar el control (de la epidemia), tendremos que endurecer las medidas”, dijo en su momento. Si bien, en la actualidad la aplicación digital ha sido desactivada por problemas de privacidad en el manejo de datos, no cabe duda de que contribuyó al resultado positivo en la estrategia contra la pandemia.
Desconfinamiento
El éxito del gobierno conservador en la contención del virus es innegable, a tal punto que sus acertadas y oportunas medidas han permitido que Noruega se convierta en uno de los primeros países de Europa en flexibilizar las medidas de confinamiento.
Solberg, incluso, ha declarado que la vida noruega volverá a la normalidad a mediados de junio aunque viajar desde fuera de la región nórdica sigue siendo poco probable durante todo el verano.
La Primer Ministro ya había autorizado viajes de negocios de otros países nórdicos, incluida Suecia y la reapertura de todas las escuelas a partir del 11 de mayo.
Es más, gran parte de la vida cotidiana volvió a la normalidad el día de ayer a pesar de que aún existen prohibiciones de eventos masivos, que se espera puedan retomarse en septiembre.
Solberg ha afirmado que para continuar con la reactivación “todos debemos seguir cumpliendo las reglas de control de infecciones y las recomendaciones dadas por la autoridad de salud. Si somos descuidados, podría tener graves consecuencias para los demás. En el peor de los casos, debemos volver a ajustar las medidas. Debemos trabajar duro para evitar esto, y debemos hacerlo juntos”.
A pesar de que la Dirección de Salud de Noruega dijera en un primer momento que era posible que la enfermedad afectara hasta el 25% de la población, la rápida introducción de medidas de emergencia para tratar de detener la propagación como cierres de lugares de trabajo, tiendas, bares y restaurantes la afectación fue mucho menor de lo que se esperaba. Si bien muchos negocios han cerrado, el gobierno noruego ha anunciado una serie de medidas económicas para ayudar al personal despedido y a las empresas en dificultades.
Muy trabajadora
La primera ministra Solberg, de 49 años de edad, estudió sociología, ciencia política y es economista en la Universidad de su ciudad natal Bergen, en donde también comenzó su carrera política como miembro del concejo municipal entre 1979 y 1983. Seis años más tarde fue elegida como parlamentaria y nombrada luego como Ministra de Gobierno Local y Desarrollo Regional.
La dirigente es desde el 2004 es la presidenta del Partido Conservador noruego y tras haber obtenido la victoria en las elecciones parlamentarias de 2013, fue designada como Primera Ministra, cargo que ejerce desde entonces.
Tras su éxito en la contención de la pandemia Solberg se ha mostrado muy activa en iniciativas para la erradicación total y la reconstrucción continental. Incluso hizo parte de los líderes europeos que mostraron su apoyo a una iniciativa de la Comisión Europea para recaudar 7.500 millones de euros para encontrar una vacuna contra el coronavirus.
La sinceridad y empatía de Solberg, quien incluso puso a bailar a su gabinete para “mantener viva la alegría”, con medidas de confinamiento mesuradas y calculadas, han sido la clave del éxito.