El Consejo de Transición Militar de Sudán (CTM) insistió en que no tiene intereses de mantenerse en el poder más allá de su mandato de dos meses. Por el contrario, aseguró que había tomado el control del país “por el bienestar de la gente” y para “evitar el caos” tras la salida del presidente Omar al-Bashir.
El Ejército anunció la “expulsión” del presidente, quien había gobernado el país africano desde 1989, luego de masivas protestas en contra del régimen. Además, impuso una “fase de transición” por dos años que será supervisada por el CTM.
“No tenemos ambición de poder”, anunció el Comité Político nombrado por el MTC. “La prioridad es la estabilidad del país. Atenderemos las demandas de la gente, somos parte de ellos”.
El Comité aseguró que se reunirá con los líderes de los partidos políticos para discutir las decisiones recientes: “Habrá un gobierno civil al que se llegará luego de un acuerdo con las entidades políticas y nadie interferirá en esto”. Además, invitó a los protestantes, que continúan en las calles de Jartum reclamando un gobierno civil y democrático, a que “escuche su posición”.
De hecho, el Comité dijo que se comportará como el oficial Suwar al-Dahab, presidente de Sudán por dos meses en 1986, quien luego de dar un golpe al presidente Gaafar Nimeiry entregó el poder a Sadiq al-Mahdi, el primer ministro elegido democráticamente en 1986.
Sin embargo, los manifestantes continúan con las protestas, especialmente por las drásticas medidas tomadas por el CTM, como la suspensión de la Constitución, la disolución de la Presidencia, el Parlamento y el Consejo de Ministros. Además, impusieron el toque de queda en las ciudades principales y el estado de emergencia en todo el país.
Los partidos de oposición y las asociaciones profesionales de Sudán han manifestado su “rechazo total” a lo que describen como un “golpe militar” y dijeron: “No queremos reemplazar un golpe militar por otro”, aseguraron, refiriéndose el golpe militar de Al-Bashir contra el gobierno civil de Al-Mahdi.