El combate contra el coronavirus es un nuevo terreno de batalla entre el presidente Nicolás Maduro y el líder opositor Juan Guaidó, quien acusa al gobierno de mentir sobre la cantidad de contagiados en Venezuela.
Maduro informó el domingo que en Venezuela se registraron 77 casos, pero Guaidó estimó que hubo unos 200 contagios.
"Recibimos información a lo interno de uno de los ministerios (...) de aproximadamente 200 casos. Esto lo que muestra es la contradicción de la dictadura" de Maduro, dijo Guaidó ante periodistas.
Desde hace más de un año, medio centenar de países reconocen a Guaidó, jefe del Parlamento, como presidente encargado de Venezuela por considerar que el mandato de Maduro provino de elecciones amañadas.
Maduro mantiene no obstante el control del territorio y del Estado.
Este lunes el ministro de Comunicación, Jorge Rodríguez, ratificó que el número de casos se mantiene en 77 y que, de no ser por una cuarentena nacional impuesta la semana pasada, los enfermos serían unos 3.000.
Guaidó acusó al gobierno de Maduro de mentir y aseguró que "la dictadura" está "amedrentando" a quienes cuestionan los datos oficiales o denuncian las deficiencias del sistema de salud.
El líder opositor dice tener información aportada por funcionarios "preocupados" por "que no se maneje de manera responsable y clara la emergencia".
El exministro de Salud José Félix Oletta apuntó que pueden existir "retrasos" en la detección de casos por complicaciones logísticas al momento de trasladar las muestras a Caracas, donde está centralizada la detección del virus.
El gobierno de Maduro, acusado por la oposición de ocultar u obstaculizar recurrentemente el acceso a información en diversas áreas, ha centralizado de forma hermética los avances sobre la detección del coronavirus en Venezuela.
Por cuestionar en Twitter las cifras oficiales sobre la propagación del virus, un periodista fue detenido la noche del sábado, denunció el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP). Hasta el momento, se desconoce su paradero.
La pandemia encuentra a Venezuela con su economía devastada por seis años consecutivos de recesión, una galopante inflación y una violenta depreciación de la moneda local. Además, la otrora potencia petrolera enfrenta un colapso en los servicios públicos y encarecimiento de bienes y medicamentos.
Las actividades laborales y escolares están paralizadas en el país, así como los vuelos nacionales e internacionales, con excepción de los vuelos de carga.