El funeral de Estado de Isabel II y su posterior entierro simbolizarán el último adiós de Reino Unido a quien ha sido su máxima institución desde 1952. La era isabelina tendrá su final definitivo con el sepelio tras la multitudinaria asistencia a la capilla ardiente en el Palacio de Westminster y en una ciudad blindada por la asistencia de varios líderes mundiales.
El impacto y trascendencia de la monarca que más tiempo reinó su país, siete décadas, se pone de manifiesto en la lista de asistentes a unas exequias como no se veían en Londres desde la muerte, en 1965, de Winston Churchill, que lideró al país durante la Segunda Guerra Mundial.
Ni el Gobierno, encabezado por Truss, ni el nuevo rey, Carlos III, se han salido del protocolo “London Bridge”, el detallado paso a paso para cuando muriera la reina, lo que ha permitido ver al monarca hacer una gira por todos los territorios que conforman Reino Unido y establecer de forma organizada el traslado de los restos de Isabel II, primero a Edimburgo y luego a Londres.
El protocolo concluye al décimo día, el lunes, con un funeral de Estado que arrancará una vez haya cerrado la capilla ardiente habilitada desde el miércoles en la sede del Parlamento. La sala se cerrará a las 6.30 horas a.m. (hora local) y ante la masiva afluencia, con una fila que superaba los 10 kilómetros y el tiempo de espera de unas trece horas, el gobierno pidió a los británicos no desplazarse al lugar para “evitar una decepción” si no alcanzaban a ver por unos segundos el féretro de la monarca.
Unas cuatro horas después, a las 10.35, está previsto que miembros de la guardia real vuelvan a coger el féretro para trasladarlo, a bordo de nuevo de un carro de armas, hasta la abadía de Westminster, en el inicio de un breve cortejo fúnebre.
Detrás del féretro avanzarán a pie el rey Carlos III y otros miembros de la familia real, tal como ya ocurrió el miércoles con el traslado del ataúd desde el Palacio de Buckingham hasta Westminster y, previamente, en la capital de Escocia.
La procesión concluirá exactamente 17 minutos después, momento en el que el cortejo entrará en la abadía de Westminster, donde ya estarán todos los invitados. Las puertas del templo se abrirán a las 8.00 y está previsto que asistan unas 2.000 personas, si bien el Gobierno no prevé divulgar una lista oficial de invitados.
Entre quienes han confirmado asistencia están los Reyes Felipe y Letizia, así como la totalidad de las casas reales europeas y líderes de la Commonwealth y de otros países que se sienten especialmente cercanos a Reino Unido, por ejemplo el estadounidense Joe Biden o el francés Emmanuel Macron. En representación de la UE acudirá la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen.
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Westminster como símbolo
La elección de la Abadía de Westminster como escenario del funeral ya es en sí mismo un símbolo, puesto que el templo no acoge un acto de este tipo desde 1760, tras el fallecimiento de Jorge II. La propia Isabel II habría elegido esta abadía, que ya fue testigo de su boda y de su coronación, para facilitar una asistencia masiva.
El funeral tras la muerte del marido de Isabel II, el príncipe Felipe, se celebró en la capilla de San Jorge, en Windsor, en un ambiente íntimo, aunque sí se organizó una misa posterior en la Abadía de Westminster a la que asistió la entonces reina. Su imagen solitaria por las restricciones de la pandemia dio la vuelta al mundo.
Sí se celebraron en Westminster, en cambio, los funerales de la madre de Isabel II, en 2002, y de la princesa Diana, en 1997, a pesar de que esta última ya no estaba casada por entonces con el ahora rey. El funeral de Isabel II concluirá con dos minutos de silencio que se hacen extensibles a todo el país, como un último acto antes de que se inicie un nuevo cortejo fúnebre a la salida de la Abadía de Westminster. Los miembros de la familia real acompañarán de nuevo el féretro, en este caso hasta el Arco de Wellington, donde estará esperando el coche fúnebre.
Pasadas las 15.00 horas, el convoy llegará a Windsor y, poco antes de las 16.00, el féretro con los restos de Isabel II será llevado a la capilla de San Jorge. El deán de Windsor oficiará un servicio religioso, en presencia de unas 800 personas. El entierro tendrá lugar a las 19.30 y será una ceremonia privada.
Se espera que cientos de miles de personas se congreguen en todo el recorrido, y que millones sigan el funeral desde pubs, pantallas en parques y hasta cines que lo retransmitirán. Ya desde el sábado, 48 horas antes del cortejo, las primeras personas empezaron a apostarse en los diferentes puntos del recorrido.
Líderes mundiales con el rey
El rey británico Carlos III recibió ayer en el palacio de Buckingham al presidente estadounidense Joe Biden y otros líderes presentes en Londres para el funeral de su progenitora.
"Ya he explicado que mi madre y mi padre pensaban que todo el mundo (...) merecía ser tratado con dignidad y eso es exactamente lo que ella, la reina Isabel II, transmitió", así como "la noción de servicio", dijo Biden, para quien "el mundo es mejor gracias a ella".
Biden se santiguó y pasó unos minutos con su esposa observando el féretro desde el balcón de Westminster Hall por el que se van sucediendo las autoridades, mientras que el presidente francés Emanuel Macron fue visto con su esposa Brigitte por el exterior del recinto, cerca de quienes hacían la cola.
Igual estuvieron el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, el emperador japonés Naruhito, así como los monarcas de España, Suecia, Noruega, Luxemburgo, Mónaco, Bélgica u Holanda, entre otros.
La concentración de tantos mandatarios, y el funeral en general, presentan un desafío de seguridad "mayor que los Juegos Olímpicos de 2012", dijo el subcomisario adjunto de Scotland Yard, Stuart Cundy.
Los británicos, miles de quienes aguardaron horas para presentar sus respetos a la fallecida monarca, coincidieron en señalar que “vivimos un momento histórico irrepetible”.