Mientras Venecia sufre la peor inundación desde 1966 y la ciudad está paralizada con el agua hasta las rodillas, crecen las críticas y la indignación por el megaproyecto Mose que debía salvar de las mareas altas a la ciudad de Marco Polo.
La llamada "impermeabilización" de una de las ciudades más bellas del mundo, un controvertido y millonario proyecto para proteger a Venecia y su inmenso patrimonio artístico, conocido con el nombre de "Mose" (Moisés), elaborado por un grupo de empresas privadas encabezadas por la FIAT, nunca ha entrado en función.
"Ideado en los años 80, se inició a construir en el 2003 y tenía que estar listo hace tres años. Pero se atrasó por escándalos de corrupción y sobrecostes, y hasta ahora ha costado unos 7.000 millones de euros. Es el resultado de nuestra ineficiencia", resume este miércoles indignado el diario online italiano Fanpage.
El sistema de 78 diques móviles, una de las obras más ambiciosas de ingeniería, que proyectaba cerrar la laguna al mar y evitar las inundaciones que sufre la ciudad formada por 118 islas, es por ahora una obra incompleta.
"Hoy el Mose es un fantasma", comentó Luigi Brugnaro, alcalde de Venecia.
El acrónimo de "Módulo Experimental Electromecánico", que significa "Moisés" en italiano, ha sido blanco de numerosas polémicas por su enorme costo, ya que inicialmente debía costar 2.000 millones pero el costo se disparó por los casos de corrupción que llevaron a la detención en 2014 del entonces alcalde, Giorgio Orsoni y otras 34 personas.
"No se sabe si funciona, se gastó mucho dinero, ha tenido mucho impacto sobre el medio ambiente y lo peor, es que ha impedido que se intervenga gradual y localmente", comentó por su parte Mario Tozzi, geólogo y divulgador científico.
Para el presidente de la región Veneto, Luca Zaia, del partido de ultraderecha Liga, es paradójico "ver 5.000 millones de euros bajo el mar y no saber si funciona", comentó tras reiterar que la obra debe entrar en función pese a sus altos costos.
Los ecologistas, que han sido siempre contrarios al proyecto, no han dejado de oponerse y consideran que el fenómeno se ha agravado por el cambio climático.
Italia discute desde hace medio siglo los medios para proteger a Venecia después de que el 6 de noviembre de 1966 una marea gigantesca cubrió la Plaza de San Marcos.
La ciudad de Marco Polo, que cada año recibe a más de 20 millones de turistas, se hundió casi treinta centímetros en un siglo y la mayoría de los sistemas naturales de protección se han debilitado debido entre otras al rápido desarrollo industrial de las localidades aledañas.
Las costas continentales y el Lido, que servían de barrera, se han erosionado y la ampliación de la vías de acceso al puerto de Venecia, Marghera, por donde pasan los buques petroleros, ha contribuido a agravar el fenómeno de las "aguas altas", que corroe unos de los patrimonios artísticos y culturales más excepcionales del viejo continente.