Tras muchos años de progresos importantes, la pobreza y la pobreza extrema rural en América Latina y el Caribe volvió a aumentar, indicó un informe publicado este miércoles por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
El documento titulado Panorama de la Pobreza Rural en América Latina y el Caribe advierte sobre una histórica reversión en la pobreza rural de la región, que alcanzó un total de 59 millones de personas en 2016, después de haber caído en casi el 20% entre 1990 y 2014.
“No podemos tolerar que uno de cada dos habitantes rurales sea pobre y uno de cada cinco, indigente. Peor aún, hemos sufrido una reversión histórica, un quiebre que vuelve patente que nos estamos olvidando del campo”, señaló Julio Berdegué, representante regional de la FAO.
El estudio también señaló que la pobreza afecta más a las poblaciones rurales que a las urbanas. La renta anual media de un trabajador del sector rural en América Latina en el 2015 era de 363 dólares anuales, menos de la mitad de los 804 que recibían los trabajadores urbanos.
De acuerdo con el documento, pese a que solo el 18% de la población total de la región vive en zonas rurales, estas concentran el 29% de las personas pobres en América Latina y el 41% de quienes sufren de pobreza extrema.
La brecha entre las posibilidades de desarrollo de los territorios urbanos y rurales es enorme. De hecho, acabar la desigualdad entre las ciudades y el campo tomaría 40 años en Perú, 29 en México, y 41 en Chile.
Esta pobreza es una de los factores que ha motivado la emigración de las zonas rurales.
La mayoría de los centroamericanos que dejaron su territorio de origen lo han hecho huyendo de municipios rurales, entre ellos pueblos de menos de 100.00 habitantes. En Honduras, el 76% de los emigrantes proviene de 295 municipios del campo; en El Salvador, el 70% procede de 257 de esos municipios; y en Guatemala, el 61% de 325 zonas rurales.
“La migración irregular e insegura desde el campo es un asunto social y políticamente prioritario. Su solución incluye convertir los territorios rurales en lugares prósperos y socialmente cohesionados”, asegura Berdegué.
Le puede interesar: "85.000 niños pudieron haber muerto de hambre en Yemen".
La FAO recomendó a los países tomar cinco medidas clave para acabar con la pobreza rural.
Entre las medidas está: crear sectores agrícolas eficientes, incluyentes y sostenibles a través de una mayor inversión en los bienes públicos y un aumento del acceso a la tierra; ofrecer una mayor protección social y promover alianzas entre el sector agrícola y el sector productivo.
Otras de las recomendaciones son: tener una gestión sostenible de los recursos naturales y promover la resiliencia de las poblaciones rurales ante los choques ambientales y económicos.
También dijo que era necesario impulsar el empleo rural no-agrícola fomentando los vínculos urbano-rurales, la inversión privada, así como vincular el trabajo agrícola con mercados de bienes y servicios. Por último, la FAO explicó que era vital mejorar la infraestructura y vincularla con servicios públicos.