EN 45 días el gobierno de México evaluará con su contraparte de Estados Unidos el flujo migratorio hacia el norte, el cual se redujo un tercio desde principios de junio, anunció el canciller mexicano Marcelo Ebrard.
Tras reunirse con su contraparte de Estados Unidos, Mike Pompeo, Ebrard hizo un balance del encuentro tras el cual el jefe de la diplomacia estadounidense agradeció los "avances" de México en materia migratoria.
"Tenemos una reducción en el flujo migratorio (clandestino hacia Estados Unidos) de alrededor de 36,2%", dijo Ebrard al participar en la conferencia matutina del presidente Andrés Manuel López Obrador.
"Acordamos reunirnos en Washington para dentro de 45 días. Vamos a mantener el esfuerzo", añadió.
El Departamento de Estado no confirmó aún una cita para el 5 de septiembre, cuando se cumplen los 90 días establecidos en el acuerdo migratorio entre ambos países, por el cual Estados Unidos dejó en suspenso imponer aranceles a todas las importaciones mexicanas a cambio de que México tomara medidas para frenar el flujo de inmigrantes hacia el norte.
"En la reunión de ayer hicimos ver que las decisiones que México ha tomado han sido eficaces (...). Estados Unidos respeta esas decisiones y los avances que hemos alcanzado", dijo Ebrard.
El 7 de junio, México y Estados Unidos llegaron a un acuerdo para disminuir el flujo de migrantes indocumentados, dejando en suspenso la aplicación de aranceles progresivos de 5% hasta 25% a todos los productos mexicanos, que hubiera entrado en vigencia tres días después en cumplimiento de una amenaza del presidente estadounidense Donald Trump.
Ambas partes convinieron entonces en que si las medidas no tenían los resultados esperados tomarían medidas adicionales para enfrentar los flujos de migración irregular, dándose un plazo de 90 días.
En el marco de ese compromiso, México desplegó en junio a miles de soldados, convertidos en guardias nacionales, y policías en sus fronteras. Desde entonces se multiplicaron las detenciones y deportaciones de migrantes, principalmente familias centroamericanas.
Ayer, en un balance de la gira latinoamericana de Pompeo, el Departamento de Estado dijo que el diálogo con México continúa, destacando que "las detenciones fronterizas en la frontera suroeste de Estados Unidos han bajado más del 30% desde junio".
La cantidad de migrantes detenidos en Estados Unidos tras cruzar desde México pasó de 144.000 en mayo, un pico en 13 años, a 104.000 en junio, según cifras del gobierno de Trump, que aún considera la situación en su frontera sur "una emergencia en toda regla".
"Hay menos detenciones en la frontera sur, pero todavía queda mucho por hacer", declaró Pompeo el domingo.
Luego de la reunión, el Departamento de Estado dijo en una declaración que Pompeo "agradeció" a Ebrard por los esfuerzos de México para cumplir el acuerdo, los cuales, dijo, "según las indicaciones iniciales están conduciendo a una reducción de los flujos de inmigrantes ilegales que llegan a la frontera sur de Estados Unidos".
Expertos advirtieron que el descenso puede ser estacional, dadas las altas temperaturas del verano boreal en la zona. Pero funcionarios estadounidenses han afirmado que las medidas del gobierno mexicano están dando resultado.
Durante la conferencia, Ebrard reiteró que no se abordó con Pompeo la posibilidad de que México se convierta en un "tercer país seguro", que obligaría a México a tramitar todos los pedidos de asilo de los migrantes que pasan por su territorio en ruta a Estados Unidos, algo que según dijo, el gobierno de López Obrador "no aceptaría".
El presidente López Obrador se mostró optimista en torno al espinoso asunto migratorio, que ha tensado la relación entre ambos países.