Siete décadas después, dos veteranos narran sus experiencias en ese conflicto armado, al tiempo que piden mayores ayudas del Gobierno nacional
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En medio de nuevas tensiones políticas y del temor siempre presente de un escalamiento de las hostilidades entre las dos coreas, hoy se conmemoran los 70 años del inicio de una inacabada guerra de la que nuestro país hizo parte a través del recordado Batallón Colombia.
Aquel 25 de junio de 1950 las tropas norcoreanas hicieron presencia en el territorio asiático y este hito marca el inicio de una confrontación que, en términos estrictos, aún no ha concluido.
El armisticio firmado en 1953, estableciendo el paralelo 38 como una pseudofrontera, no fue realmente un tratado de paz, sino un acuerdo para lograr el cese de hostilidades, que sigue vigente. A pesar de que en 2018 los líderes de Corea del Norte y Corea del Sur, Kim Jong Un y Moon Jae In, respectivamente, se fijaron un año de plazo para firmar la paz, ese plazo venció y hoy no parecería que el acuerdo esté cerca.
Con ocasión del aniversario EL NUEVO SIGLO habló con veteranos de dicha confrontación. Dos combatientes que hicieron parte del batallón colombiano que sirvió al Comando de las Naciones Unidas en Corea del Sur, junto a tropas del regimiento 31 del quinto ejército estadunidense.
Pedro Hernando Vergara Hernández, hoy Secretario General de la Asociación Colombiana de Veteranos de la Guerra de Corea (Ascove), fue voluntario del tercer contingente de relevo.
Recuerda que el Batallón Colombia estuvo integrado por un total de 4.314 efectivos de infantería y 800 de la Armada, entre los que se cuentan oficiales, suboficiales y soldados regulares. Estuvieron presentes en el conflicto asiático de 1951 a 1953, año en que el cuarto y último grupo de uniformados de nuestro país abandonó esa nación luego de desempeñar labores de verificación, una vez se había firmado el armisticio.
Durante los 4 años que duraron los enfrentamientos, más de 5 mil efectivos hicieron parte del Batallón Colombia. Al final, el contingente patrio sufrió 163 bajas mortales, 448 soldados fueron heridos, 69 declarados como desaparecidos y 31 tomados como prisioneros. De estos últimos, según Vergara, solo 29 retornaron al país y se desconoce el destino de los otros dos.
“Llegamos a Corea el 22 de enero de 1953, yo tenía 19 años y nunca había sentido tanto frío. Era invierno y estábamos a por lo menos 20 grados bajo cero”, comentó Vergara, a quien, tras algunos meses de entrenamiento, se le asignaron labores de enfermería y estuvo en la primera línea de combate auxiliando a sus compañeros.
Vergara participó, junto a Carlos Latorre, otro uniformado colombiano, en los heroicos enfrentamientos para defender el “Cerro 18” y la estratégica posición de “Old Baldy”, confrontación que se libró entre el 23 y el 26 de marzo de 1953 contra el ejército chino y en la que ambos fueron heridos.
Según Latorre, tras un mes de recuperación él y Vergara retomaron el servicio activo durante lo que restaba del año que debían permanecer en la zona.
Agregó que la batalla de “Old Baldy” ha sido, sin duda, una de las confrontaciones más fuertes del Ejército colombiano. “Los chinos nos dieron muy duro. Como la posición ya estaba perdida, empezamos a recibir fuego amigo que intentaba detenerlos”, recordó. Indicó que “nosotros nos refugiamos en un bunker porque estábamos heridos y le quitamos los seguros a unas granadas para que no nos cogieran con vida. Cuando un soldado chino nos alumbró (se sabía que era chino porque no usaban casco) decidió no rematarnos”.
Finalmente bromeó afirmado que “el lío fue volverle a poner los seguros a las granadas, pero con ayuda de unas bengalas pudimos hacerlo después de mucho rato”.
Vergara también recordó que si bien tuvo que ver morir a su compañero y amigo Horacio Echavarría Restrepo, a quien no pudo salvarle la vida, se siente orgulloso de haber podido servir con muchos otros compañeros, incluso de otras nacionalidades, lo que le valió una condecoración y su ascenso a suboficial del Ejército.
Al respecto afirmó que su año en Corea le sirvió para madurar y agregó que cuando se fue “esperaba todo servido… pero cuando volví me puse a trabajar y era más independiente”.
Asimismo menciona que aunque no tuvo oportunidad de conocer la cultura del país asiático, sí compartió con soldados de muchas nacionalidades y al estar bajo el mando de oficiales estadounidenses conoció su comida y costumbres. Remata diciendo que el trato que recibió fue “de primera”.
Los sobrevivientes
Sobre la situación hoy de los veteranos de la guerra de Corea, Vergara comenta que entre 560 y 580 que siguen vivos. Ascove agrupa a poco más de 500 y a través de ésta canalizan ayudas que reciben del gobierno coreano y empresas de ese país, tales como recursos en efectivo y becas educativas para todos los descendientes de los miembros del Batallón. Incluso se organizan dos eventos anuales para seguir en contacto.
El secretario general de la Asociación fue muy insistente en recalcar que deben fortalecerse los instrumentos de apoyo a los veteranos ya que, según afirmó, “de las dos leyes con las que cuenta el país, la segunda, de 2019, se centra en veteranos del conflicto interno y la primera, de 2001, sólo establece beneficios a quienes se encuentran en estado de indigencia y, afortunadamente, no son muchos de quienes lucharon en Corea que están en esa situación”.
Sobre su realidad personal y la de sus compañeros mencionó que él “afortunadamente cuenta con una pensión, pero que hay muchos que aunque la tienen esta es menor de la que podrían recibir si pudieran acogerse a la contemplada en la ley”. Finalmente recordó que el pasar por un conflicto de esa magnitud deja heridas y miedos que 70 años después aún afloran y deben buscarse estrategias para apoyar a las personas que sufren por esta causa.