Esta semana el gobierno cubano anunció que autorizará la inversión extranjera en comercios tanto mayoristas como minoristas, a fin de disminuir el fuerte desabastecimiento en el país. No obstante, advirtió que mantendrá el monopolio estatal sobre el comercio exterior.
Hasta la fecha, la inversión extranjera en Cuba solo estaba permitida para la producción de bienes y servicios, y para rubros de actividades tales como la hotelera, razón por la cual esta es una decisión que supone un cambio no solamente en la forma en la que tradicionalmente se ha desarrollado la economía cubana, sino en la premisa que dibujó Fidel Castro en la década de los años sesenta, de la nacionalización del comercio minorista.
"En medio de las fuertes restricciones que enfrentamos, la inversión extranjera en el comercio mayorista y minorista, con regulación del Estado, permitirá ampliar y diversificar la oferta a la población y contribuirá a la recuperación de la industria nacional", comentó el ministro de Economía, Alejandro Gil, quien precisó que la medida hace una clara distinción entre las modalidades de inversión para empresas mayoristas y minoristas.
En el caso de las ventas al por mayor, las firmas podrán ser 100% de propiedad privada. Pero las que vendan al menudeo deberán acogerse al régimen de empresas mixtas vigente en la isla, que supone participación estatal en el negocio explotado con privados.
Vale referir que, de acuerdo con la Organización Mundial del Comercio (OMC), en estos momentos los principales interlocutores comerciales con la isla son México, Bolivia, Venezuela, la Unión Europea y Rusia.
Un tema de necesidad
Esta decisión de impulsar la inversión extranjera en un sector hasta ahora controlado por el Estado, obedece a la dificultad de los negocios estatales para captar dólares y abastecerse, pues el mecanismo que se ha venido implementando hasta el momento "ha provocado un desabastecimiento en el mercado interno de bienes altamente demandados por la población" y por las pequeñas y medianas empresas privadas, dijo por su parte la viceministra de Comercio Exterior de la isla, Ana González Fraga, al presentar la iniciativa.
Adicionalmente, esta situación ha estimulado el comercio informal de muchos productos de primera necesidad, lo que ha contribuido a impulsar la inflación al punto que el aumento de los precios al consumidor cerró en un 70% en 2021 en Cuba, de acuerdo con cifras oficiales.
A todo esto, vale referirlo, se suma una creciente escasez de alimentos, medicinas y combustible. Cuba atraviesa su peor crisis económica en 30 años, en medio de los efectos de la pandemia y del embargo económico que Estados Unidos aplica contra la isla desde hace 60 años.
En otras palabras, y como lo interpretó para EL NUEVO SIGLO el internacionalista Emerson Forigua, experto en Eurasia y política exterior norteamericana, docente de la maestría en Relaciones Internacionales de la Pontificia Universidad Javeriana, esta es una decisión que responde a la necesidad, más que a la intención de la isla de abrir un sistema económico que no levantará cabeza mientras se mantengan los “asfixiantes” controles sociales que ahogan cualquier tipo de iniciativa productiva.
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“Esta es una tibia medida de apertura para responder a una situación de crisis económica, pero que como ha ocurrido en otros momentos, se queda corta debido a la inflexibilidad del sistema político, la obsolescencia del aparato productivo, la falta de competitividad del sistema económico, y por supuesto como resultado del los excesivos y asfixiantes controles sociales que ahogan cualquier tipo de iniciativa productiva”, comentó el internacionalista Forigua.
Añadió, acto seguido, que habrá que ver qué tan bien se desenvuelve esta iniciativa, pues recordó que el expresidente demócrata Barack Obama en el marco de su mandato trató de reorientar la política hacia la isla reduciendo el peso de algunas sanciones económicas, incentivando la inversión y fortaleciendo la interlocución, “y esto le costó el voto del Estado de la Florida en las elecciones demócratas”.
“Fue un deshielo de las relaciones y un enfoque que, considero, podría haber funcionado a mediano o largo plazo. Sin embargo, el presidente Trump reversó algunas de las medidas de Obama y empleó una retórica más agresiva, lo que debilitó la confianza entre las partes”, concluyó el internacionalista, quien indicó que lo que hizo la Administración Obama es, tal vez, "el antecedente de inversión extranjera en la isla más importante que ha habido".
El monopolio estatal
Para tener claro el panorama frente al cual se tomó esta medida, en Cuba las Pymes privadas fueron aprobadas apenas en agosto de 2021, después de 52 años sin empresas privadas nacionales, lo que respondió al hecho de que en los últimos años el gobierno cubano ha dado pasos lentos para soltar el control del comercio y abrir la puerta al sector privado.
A este respecto el economista cubano Mauricio Miranda Parrondo estima que "el monopolio estatal del comercio exterior y el minorista es responsable del desabastecimiento de bienes de consumo en el mercado doméstico", de acuerdo con un texto publicado en el sitio web La Joven Cuba.
Este investigador de la Pontificia Universidad Javeriana de Cali señala que los bienes tienen que "importarse porque el sistema productivo, que también es mayoritariamente estatal, es incapaz de ofrecerlos”.
“Al monopolio del comercio exterior no hemos renunciado ni renunciaremos", afirmó de su lado la viceministra, al refutar en su presentación a quienes "intentan mostrar el monopolio estatal sobre el comercio exterior como un capricho centralizador".
La intención del gobierno, según la funcionaria, es que estos nuevos negocios con inversión extranjera se orienten "a la venta de materias primas, insumos, equipamientos y otros bienes que puedan contribuir a impulsar el desarrollo de la producción nacional".
Los cubanos se ven obligados a hacer largas filas cada día para adquirir comida y productos básicos, en tiendas en las que pueden pagar con pesos cubanos, pero que tienen muy poca oferta.
Hasta hace unos meses las tiendas en moneda extranjera, que empezaron a funcionar en 2019, solían tener una mayor cantidad de alimentos y enseres de limpieza, pero poco a poco sus estantes se han ido vaciando, con un panorama poco alentador para el ciudadano de a pie.
Dólares se compran con tarifa del mercado negro
La fuerte recesión en la isla ya había llevado a que, a comienzos de agosto, el Banco Central de Cuba (BCC) informara que los bancos y las casas de cambio empezaron a comprar dólares a una cotización de 120 pesos cubanos por billete verde, una tasa similar a la del mercado negro, un mecanismo destinado a captar divisas.
La divisa se disparó en el mercado negro después de que, en enero de 2021, el gobierno pusiera en vigor una reforma financiera que fijó el dólar en 24 pesos y en junio de ese año suspendió la venta de dólares a la población, debido a la falta de liquidez.
Desde entonces la moneda estadounidense ha llegado a cotizarse en el mercado informal hasta en 124 pesos; a comienzos de este mes se estaba cotizando en 115 pesos.