CON SUS batas blancas y portando banderas de Brasil y de Cuba, llegaron a La Habana los primeros 200 médicos cubanos procedentes de Brasilia, después que la isla decidiera retirarse del programa Más Médicos ante las críticas del presidente electo Jair Bolsonaro.
"Hemos defendido que son más que médicos y es verdad. (...) Ustedes han regresado a la patria con una vivencia revolucionaria y humana que los ha engrandecido", dijo a los repatriados el presidente Miguel Díaz-Canel, que acudió al aeropuerto a saludarlos junto a otros dirigentes, según difundió la televisión local.
"Son más que médicos por eso, porque primero supieron llegar con desinterés, con altruismo y con entrega plena a los lugares (de Brasil) donde no había asistencia médica", agregó Díaz-Canel.
Se trata del primer grupo de los más de 8.300 galenos cubanos que deben regresar de Brasil para mediados de diciembre, luego que La Habana decidiera retirarse del acuerdo que, auspiciado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), mantenía con Brasil desde hace cinco años.
Este programa permitía llegar con médicos foráneos a lugares que no eran cubiertos por profesionales brasileños.
Según dijo una fuente diplomática a la AFP, cerca de 2.000 de los médicos cubanos ha establecido vínculo matrimonial con brasileños, lo que les permitiría quedarse.
"Diplomacia de batas blancas"
Desde que se conoció la decisión de Cuba, hace una semana, la prensa local, bajo control del Estado, despliega una intensa campaña sobre el tema con fuertes andanadas políticas contra el derechista Bolsonaro, quien tomará posesión el 1 de enero.
La salida de los médicos ha comenzado a dejar sin atención de salud inmediata a varias localidades rurales y de la periferia de las grandes capitales de Brasil. El gobierno ha abierto una convocatoria para poder llenar esas vacantes con médicos locales.
El presidente electo condicionó la estancia de los médicos a una revalida de su título y contratos individuales con el gobierno brasileño que les permita percibir todo el salario, así como a una estancia de sus familiares.
Cuba paga a sus médicos en el exterior el 30% de lo que recibe por su trabajo, les conserva su puesto y salario en la isla, y dedica el resto de los recursos al presupuesto estatal, sobre todo al sostenimiento de un sistema de salud y educación gratuito y universal para sus ciudadanos.
La exportación de mano de obra profesional es la primera actividad de la economía cubana, que reportó más de 11.000 millones de dólares anuales al presupuesto estatal, aunque esa cantidad bajó considerablemente en los últimos años debido a la crisis de Venezuela, donde trabajan varios miles de médicos cubanos.
Actualmente, médicos y paramédicos cubanos trabajan en 67 países, una práctica que comenzó desde los primeros años de la revolución de Fidel Castro en 1959 y que ha sido calificada como "diplomacia de batas blancas".
En muchos casos Cuba ofrece esa cooperación de forma gratuita, según sus autoridades.
La prensa cubana anunció la semana pasada el envío de otros 500 médicos a Venezuela, donde trabajan miles de galenos de la isla desde inicios de este siglo.
Brigadas de médicos cubanos han cumplido "misiones" por desastres naturales o epidemias como el ébola, en países como Pakistán, Indonesia, México, Ecuador, Perú y Chile.
Cuba también ha formado de manera gratuita en sus universidades a más de 35.000 profesionales de la salud de 138 países. /