Este lunes más de 150 países adoptaron el Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular de Naciones Unidas (ONU) durante la una plenaria multilateral celebrada en Marrakech (Marruecos).
Chile y República Dominicana se desenmarcaron del pacto sumándose a países como Estados Unidos, Israel, Austria o Hungría, que tampoco lo adoptaron.
El consultor jurídico del Poder Ejecutivo, Flavio Darío Espinal, anunció la decisión del presidente Danilo Medina el pasado 4 de diciembre argumentando que el documento contiene “disposiciones contrarias al interés nacional” y “generaría compromisos al Estado dominicano que podrían socavar su capacidad para hacer valer sus normas migratorias e implementar con eficacia las políticas migratorias que el cumplimiento de estas normas exige”.
Por su parte, el Gobierno de Chile dijo que considera el pacto ambiguo en los estándares de política migratoria.
Rodrigo Ubilla, subsecretario del Interior, explicó que el gobierno de Sebastián Piñera “creemos firmemente en los derechos humanos de los migrantes, pero no que migrar sea un derecho humano”. Autoridades chilenas añadieron que desde marzo el gobierno está tramitando un proyecto de ley par regular las migraciones y el pacto tiene aspectos que lo contradicen.
Algunos parlamentarios del país austral advirtieron que no fueron informados de la decisión. La diputada Carmen Hertz, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara, calificó la decisión del gobierno de Sebastián Piñera como una política xenófoba impulsada por sectores de ultra derecha.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, afirmó que se han difundido “numerosas mentiras” sobre el pacto adoptado en la mañana de este lunes y que deberá ser ratificado el 19 de diciembre. Durante meses la ONU ha resaltado la importancia de abordar el fenómeno de la migración desde un enfoque multilateral, pero algunos países lo consideraron una afrenta a su soberanía y legislación interna.
La plenaria estuvo presidida por el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, la presidenta de la Asamblea General de la ONU, María Fernanda Espinosa, y Naser Burita, el ministro de Exteriores de Marruecos.