EL 30 de julio se celebra el Día del Trono en Marruecos, y este año será el vigésimo aniversario del ascenso al trono del Rey Mohammed VI. Esta fecha es para los marroquíes su fiesta nacional.
En esta fecha, cada año, el Rey pronuncia su discurso más esperado, un momento clave en la vida política marroquí, en el que anuncia las principales orientaciones del país pero también es un momento en el cual se hace el balance de las realizaciones tanto internas como regionales e internacionales.
En estos últimos años Marruecos ha consolidado de manera aún más fuerte su reconocida vocación de tierra de paz y tolerancia, donde la convivencia entre religiones ha sido una realidad durante más de 12 siglos.
Siendo una encrucijada de religiones monoteístas: el Islam, el judaísmo y el cristianismo, demostrado por la coexistencia en varias ciudades de mezquitas, iglesias y sinagogas, Marruecos siempre ha sido una tierra de acogida, hospitalidad, apertura y convivencia y un país pacífico que trabaja para promover una cultura de paz.
Durante el reinado de sus Soberanos alauitas, el espíritu de apertura y fraternidad, siempre se había cultivado, solo cabe recordar los esfuerzos desplegados por el difunto Rey Hassan II para la paz en el Medio Oriente y el diálogo entre las religiones monoteístas, quien fue el primer jefe de estado de un país musulmán en recibir al Papa Juan Pablo II en 1985.
Esta tolerancia religiosa junto a la apertura al mundo y el pluralismo cultural hacen que la política exterior de ese país, siempre haya militado a favor de la comprensión mutua, la convivencia y la cooperación a través del diálogo intercultural e interreligioso.
La visita del Papa Francisco, realizada a Marruecos los 30 y 31 de marzo de este año, demuestra una vez más que el país sigue siendo pionero en materia de diálogo entre musulmanes y cristianos.
El Reino se distingue también por la defensa de un Islam moderado. El rey con su legitimidad religiosa de comendador de los creyentes ha tenido a lo largo de estos años una visión muy lucida en esta materia y rechaza las lecturas radicales de la religión de su pueblo al tiempo que garantiza la protección de los derechos de las minorías.
Muchas son las manifestaciones de la voluntad del Rey de promover este islam moderado y tolerante en contra de la propagación de un islam radical, prueba de ello es la creación en el 2014 del “Instituto Mohammed VI de formación de Imames Instructores e instructoras” que recibe a muchos jóvenes musulmanes de Marruecos, de Francia y varios países africanos para su formación y orientación religiosa para permitirles adquirir los métodos y conocimientos que les permitirán cumplir las misiones que se les asignan. Esta capacitación se creó para supervisar la enseñanza del Islam y combatir discursos radicales.
El número de marroquíes que se gradúan del Instituto asciende, hasta el momento, a 2100 imanes y 900 instructores. El Instituto cuenta actualmente con 1352 alumnos de ambos sexos y el número de graduados extranjeros alcanzó 1534.
Los estudiantes extranjeros de imanes pertenecen a Senegal, Costa de Marfil, Nigeria, Gabón, Chad y Francia y pronto habrá estudiantes de Níger y Tailandia.
Teniendo en cuenta los vínculos religiosos y culturales que unen el Reino de Marruecos con muchos países africanos y con el fin de preservar la religión contra las desviaciones y el extremismo, se creó en el 2015 la Fundación Mohammed VI para la formación de Ulemas africanos (eruditos).
Esta fundación vela sobre la preservación de lo que los miembros tienen en común con respecto al dogma, el ritual y la conducta espiritual; la difusión de la ley teológica auténtica; la propagación del pensamiento musulmán moderado; la revivificación del patrimonio cultural compartido; y el fortalecimiento de las relaciones espirituales, entre otros.
La igualdad y la paridad también están ganando cada vez más campo en la religión en Marruecos, contrariamente a muchos países árabes y musulmanes como lo demuestran la autorización últimamente del ejercicio de la profesión de Adoul (notario de la Ley Islámica) a las mujeres marroquíes, una profesión, que era hasta hoy en día, reservada exclusivamente para los hombres.
Para concluir se podría decir que el Rey de Marruecos, en su calidad de Amir al Mouminin (Comendador de los creyente), es el garante de esta libertad religiosa y del Islam moderado, y eso es lo que convierte a esta nación en un ejemplo a seguir para muchos países.
*Vaticanólogo y Doctor en Derecho Constitucional y Canónico