El calentamiento global causado por el hombre es la causa de la hambruna que afecta a Madagascar, la primera de este tipo pero no la última, advirtió el martes un responsable del Programa Mundial de Alimentos (PMA).
Reveló que las condiciones climáticas están provocando que el hambre severa afecte a más de 1,1 millones de personas en esta nación insular del Océano Índico y la isla más grande de África, de las cuales 14.000 están a un paso de la hambruna en un panorama "alarmante" ante otro año "duro" que se avecina.
La situación, que "ya es alarmante", va a empeorar de aquí a finales de año, con la previsión de que se duplique el número de personas en situación de hambruna ya que "la actual sequía no muestra signos de disminuir", lo que indica que el hambre se deteriorará, sostuvo esa oficina de Naciones Unidas.
La sequía ha provocado la desaparición total de las fuentes de alimentos, dejando a las familias visiblemente famélicas y recurriendo a medidas de supervivencia como comer langostas, hojas silvestres y hojas de cactus que suelen servir de alimento al ganado, ha lamentado el PMA en un comunicado.
La previsión de un comienzo seco de la próxima temporada de siembra significa que las familias no podrán sembrar sus campos inmediatamente y su acceso a los alimentos y a los ingresos pende de un hilo, mientras que se espera que las plagas de langosta afecten a unas 400.000 hectáreas de tierra.
Además, ha detallado la agencia de Naciones Unidas, los niños vulnerables se llevan la peor parte de la crisis, ya que se prevé que la desnutrición de los menores de cinco años se cuadruplique y supere el medio millón en abril de 2022.
Junto con la sequía, Madagascar ha sufrido temperaturas excepcionalmente cálidas, déficit de lluvias e inesperadas tormentas de arena que han cubierto los campos, han dejado los cultivos marchitos y las cosechas muy por debajo de la media.
"El cambio climático ha provocado que muchas familias que hace 15 años podían vivir de la tierra hayan caído en la hambruna. Las familias están rebuscando para sobrevivir y muchas viven sólo de la ayuda alimentaria que reciben", ha deplorado el director regional del PMA para África del Sur, Menghestab Haile.
La jefa de Financiación Innovadora de la Nutrición del PMA, Anna Horner, también ha avisado de que "el número de niños desnutridos que acuden a los centros de salud del sur de Madagascar se ha duplicado en comparación con esta época del año pasado. Muchos de ellos están demasiado débiles para reír o llorar, por no hablar de jugar y aprender".
"El daño físico y mental de los niños debido a la desnutrición puede ser irreversible. Es desgarrador ver cómo tantas mentes y cuerpos jóvenes sufren innecesariamente el hambre y la malnutrición", ha remachado Horner.
El PMA pretende ampliar su respuesta en el sur de Madagascar y para ello necesita urgentemente 69 millones de dólares en los próximos seis meses, ha urgido la agencia, que ha dado la voz de alarma sobre la crisis de hambre inducida por el clima.
Hasta el momento, el PMA ha llegado a unas 700.000 personas todos los meses con alimentos de emergencia, así como con productos nutricionales suplementarios para mujeres embarazadas y lactantes y niños. Pero más allá de la ayuda de emergencia, se están llevando a cabo actividades para aumentar la resiliencia a largo plazo y ayudar a las comunidades a adaptarse al cambio climático.