En reunión bilateral, el Presidente francés dijo que “hay una oportunidad” real para resolver conflicto ucraniano
EL PRESIDENTE ruso, Vladimir Putin, y su homólogo francés, Emmanuel Macron, multiplicaron los gestos de buena voluntad para distender las relaciones entre Rusia y Europa, particularmente sobre Ucrania, pero no eludieron sus desacuerdos sobre Siria o los derechos humanos.
Emmanuel Macron instó a que se celebre una cumbre cuatripartita (Francia, Rusia, Alemania, Ucrania) "en las próximas semanas" sobre este conflicto que envenena las relaciones entre Moscú y Europa.
"Hay una oportunidad real de poner fin al conflicto que comenzó hace cinco años", dijo Macron en una conferencia de prensa, antes de que ambos mandatarios se retiraran para discutir a puertas cerradas.
Vladimir Putin expresó un "optimismo cauteloso" tras mantener contactos con nuevo presidente ucranio Volodimir Zelenski. "Hay cosas que merecen ser discutidas", respondió a la propuesta de Macron.
Los dos líderes no ocultaron sus diferencias sobre Siria, donde Rusia apoya militarmente al presidente Bashar al Asad en sus esfuerzos por reconquistar territorios controlados por rebeldes moderados e islamistas desde el comienzo de la guerra civil en 2011.
Macron expresó su "profunda preocupación" por el bombardeo por parte de las fuerzas del régimen en la región septentrional de Idlib, en Siria, y dijo a Putin que era "urgente" que entrara en vigor un alto el fuego.
"La población de Idlib vive bajo las bombas, los niños están siendo asesinados", dijo Macron a Putin.
Pero Putin ignoró el llamamiento del presidente francés. "Apoyamos los esfuerzos del ejército sirio para eliminar a las amenazas terroristas", señaló tajante.
Cuando se le preguntó sobre la represión de las manifestaciones a favor de la democracia en las últimas semanas en Rusia, Putin muy hábilmente respondió refiriéndose a la violencia que marcó algunas de las manifestaciones de los "chalecos amarillos" en Francia. "No queremos una situación similar" a la que recientemente prevaleció en París, dijo.
Macron recibió a Putin en el fuerte de Bregançon, en la costa mediterránea de Francia, pocos días antes de recibir a los líderes mundiales, entre ellos al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en la cumbre del Grupo de los Siete (G7) que se celebrará en Biarritz del 24 al 26 de agosto.
Rusia fue excluida del G8 en 2014 después de que se apoderara de la península ucraniana de Crimea, una anexión no reconocida por la comunidad internacional.
La anexión fue seguida de una guerra en el este de Ucrania entre las fuerzas gubernamentales y los separatistas respaldados por Rusia, que hasta ahora se ha cobrado más de 13.000 vidas.
Macron, que ha mostrado un gran interés en poner fin al conflicto, pidió un acercamiento entre la Unión Europea y Rusia, y un retorno a la "confianza" en un orden internacional "recompuesto".
A pesar de "los malentendidos de las últimas décadas, "Rusia es profundamente europea y creemos en esta Europa que va de Lisboa a Vladivostok", dijo Macron.
En un gesto simbólico, Emmanuel Macron también anunció que viajará a Moscú en mayo de 2020 para asistir a las celebraciones del 75º aniversario de la victoria sobre la Alemania nazi.
"Estoy agradecido" con Emmanuel Macron por aceptar esta invitación, respondió Vladimir Putin. Los rusos conceden la máxima importancia a estas conmemoraciones, que han sido ignoradas por Occidente desde la anexión de Crimea por parte de Rusia.