Una huelga general, con paralización completa del transporte público, desafía este miércoles al presidente argentino Mauricio Macri, en medio de la campaña electoral por su reelección y bajo presión por la crisis económica con una inflación del 55% y aumento de la pobreza.
Convocada por las principales centrales sindicales para protestar por las medidas de ajuste económico de corte liberal, la huelga paralizó el metro de Buenos Aires, así como los trenes, el servicio de autobuses, el transporte de carga, las escuelas y universidades, y la banca. Los hospitales solo atienden emergencias y no operan ni puertos ni aeropuertos.
Según los dirigentes sindicales, la adhesión al paro de 24 horas fue casi total. "El movimiento obrero reitera el llamado a que se tomen acciones inmediatas para frenar esta decadencia política, social y económica", dijo en una rueda de prensa Héctor Daer, de la Confederación General del Trabajo.
El gobierno atribuyó la paralización a la falta de transporte público. "La gente es rehén de la existencia o no del transporte. Eso lo vimos en el paro anterior, durante el cual hubo transporte y la gente fue masivamente a trabajar", se quejó el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich.
Las calles de Buenos Aires lucían semidesiertas, con muy pocos comercios abiertos. En varios puntos de la capital se organizaron ollas populares para llamar la atención sobre la pobreza, que alcanza a 32% de la población.
"No queremos más ajuste. No queremos despidos, queremos que se prohíban. No queremos gente que se muera de hambre. Queremos que la situación cambie de raíz", dijo a la AFP Gustavo Michel, obrero en una refinería.
"Muchas fábricas vienen cerrando. Son un montón de familias que están quedando en la calle. Es terrible porque tampoco hay laburo (trabajo)", añadió.
El índice de desempleo cerró 2018 en 9,1%. Según los sindicatos, en los últimos tres años se han perdido más de 290.000 puestos de trabajo en este país de 44 millones de habitantes.
Entre los pocos que salieron a trabajar este miércoles está Andrés Simoni, un joven de 20 años que perdió su empleo en una farmacia y trabaja de su cuenta vendiendo sándiwches.
desde que hace un año perdió su trabajo en una farmacia.
Sin embargo, no ha conseguido clientes esta vez. "No hay nadie, es un desierto", se lamenta, antes de seguir con su bicicleta hacia la zona de Puerto Madero, en busca de turistas.
- "No se la vamos a poner fácil" -
Aunque los sindicatos no hicieron movilizaciones, grupos de izquierda organizaron bloqueos de rutas en los accesos a la capital. En el ingreso sur, manifestantes fueron reprimidos por la policía con gases y balines de goma.
"Estamos sufriendo los tarifazos (aumento de tarifas de los servicios públicos) por culpa de Macri y del Fondo Monetario Internacional. No se la vamos a hacer fácil a Macri ni al gobierno que venga si siguen con el Fondo Monetario", dijo Cristian Durán, un desempleado que se manifestó en la entrada sur de la ciudad.
Los sindicatos reclaman incrementos salariales en línea con el índice inflacionario y protestan por el alza en el desempleo.
"¿Cómo cree el gobierno que puede distraer el pensamiento de la realidad que está pasando? Estos paros no se hacen por capricho de los dirigentes. Espero que este mensaje que le da la sociedad haga reflexionar al presidente y le haga cambiar muchas cosas", declaró Hugo Moyano, dirigente del poderoso sindicato de camioneros.
Se trata de la quinta huelga general que enfrenta Macri desde que asumió la presidencia en diciembre de 2015 con la coalición de centro-derecha Cambiemos.
El más reciente paro se cumplió el pasado 30 de abril.
Argentina entró en recesión en 2018, tras dos corridas cambiarias que desataron la inflación y llevaron al gobierno de Macri a pactar un auxilio de 56.000 millones de dólares con el Fondo Monetario Internacional.
A cambio, Argentina se comprometió a conseguir el equilibrio fiscal en 2019 y superávit en 2020 con un duro plan de ajuste.
Sergio Palazzo, dirigente del sindicato de empleados bancarios, aseguró que la huelga "es un llamado de atención para que, venga el gobierno que venga, no seamos el furgón de cola del FMI".
Macri ha venido descendiendo en las encuestas para las elecciones de octubre, mientras mejora la imagen de la exmandataria Cristina Kirchner, sometida a una docena de causas judiciales por corrupción y quien finalmente decidió no optar por la presidencia sino acompañar en la fórmula a su exjefe de gabinete Alberto Fernández, por el peronismo de izquierda.