A casi un año y medio de que, desde el extremo oriente, en la provincia china de Wuhan se desatara un virus que más pronto que tarde fue declarado por la Organización mundial de la Salud (OMS) como pandemia, esta semana la discusión global versó hacia una pregunta que, a simple vista parece sencilla: ¿Debería la Organización Mundial del Comercio (OMC) liberar las patentes de las vacunas contra el covid-19?
Es cierto que en los últimos 15 meses el mundo ha compartido temor, angustia, y de manera paradójica la condición humana encontró unidad en medio del aislamiento, pero esta es una decisión que ahora recaerá sobre la OMC y frente a la cual harán lobby, a favor o en contra, los más altos niveles de decisión.
Esta semana eso se hizo más claro que nunca, cuando el presidente de Estados Unidos apoyó que se levantara la protección de las patentes, decisión que tomó con el objetivo de aumentar la producción y acelerar la vacunación global.
Si bien es cierto que esta posición del mandatario norteamericano fue saludada por sus partidarios como un "momento histórico", comenzando por la directora de la OMC, Ngozi Okonjo-Iweala, también ha encontrado contradictores tales como Thomas Cueni, presidente de Federación internacional de la industria farmacéutica (IFPMA), para quien "suprimir patentes o imponer una suspensión no va a producir una sola dosis (de vacuna) más. Es ante todo una cuestión de pericia".
¿Por qué hay tantos opositores a que se libere esta patente? Fundamentalmente, las farmacéuticas se han referido al esfuerzo financiero realizado por los laboratorios, de miles de millones de dólares, en parte con fondos públicos, y cómo ello implicaría un freno a las inversiones futuras si no se obtienen beneficios.
Adicionalmente, muchos industriales subrayan que el problema no es tanto de propiedad intelectual como de las barreras aduaneras o la penuria de ciertos ingredientes, que pueden paralizar la producción. Y, en conclusión, argumentan que liberar la patente no necesariamente aceleraría la vacunación masiva de la humanidad.
Entonces, si el tema fuera puramente moral la respuesta sería inmediata: liberen las patentes. Pero como esta acción tendría también grandes implicaciones financieras, el tema es un poco más complejo.
Beneficios de liberar la patente
Pero dejando de lado la decisión que se tome, que podría estar a semanas e incluso meses en llegar (la próxima reunión es el 2 de junio), asumiendo que la OMC libere la patente, ¿eso qué implicaciones tendría?
Para entender lo que se está discutiendo en las altas esferas, hay que despejar dos interrogantes: ¿Sería beneficioso? ¿Lo sería para países como Colombia que, a diferencia de la India, país que pidió la liberalización, no son jugadores de peso en la producción y comercialización de vacunas?
“Para un país como Colombia una liberalización sería muy pero muy positivo porque aseguraría la vacunación de toda la población, evitándole muchos costos de transacción. Desafortunadamente nosotros desconocemos los precios de los contratos que está negociando el Gobierno Nacional con las farmacéuticas, pero si son tan confidenciales es porque seguramente estamos pagando mucho por eso”, dijo a EL NUEVO SIGLO el director de la Maestría en Derecho Digital de la Universidad Sergio Arboleda y experto en propiedad intelectual, German Flórez.
Agregó que “con las patentes liberadas podremos vacunar más rápido, ya sea porque somos capaces de producirla, aunque yo tengo mis reservas con relación a eso, o porque la vamos a poder adquirir a un precio mucho más moderado”.
En esto coincidió el profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional y experto en patentes, Oscar Lizarazo, quién indicó que así Colombia no llegue a fabricar la vacuna contra el covid-19, el hecho de que haya mayor disponibilidad mundial y mayor oferta mundial de dosis va a hacer que para el país sea más fácil comprar y tener acceso con menos dificultades de los biológicos en el mercado mundial.
“Colombia debería apoyar la liberalización. Así nuestro país no tenga tantas capacidades de producción en el corto plazo, una liberalización de las patentes si lo beneficiaria a largo plazo en la construcción de capacidades para comenzar a tener menos dependencia tecnológica y más autonomía, así sea a futuro”, sostuvo el profesor Lizarazo, quien además indicó que esta decisión frenaría la escasez y el acaparamiento e incumplimiento en fechas de entrega que han padecido varios países.
Licencias obligatorias
Ahora bien, hay un marco normativo que toca tener en cuenta. Las patentes gozan de una protección por los derechos de propiedad intelectual que son reconocidos por casi todos los países del mundo que pertenecen a un convenio denominado el Convenio de Paris, que data 1883.
Las normas de propiedad intelectual deben obedecer a un fin social y es por eso que en 1994 se creó, en el seno de la OMC, un acuerdo denominado ADPIC, que buscaban establecer una serie de excepciones a los derechos de propiedad intelectual cuando está de por medio un interés general claro.
En el marco de dicho acuerdo se crearon las licencias obligatorias, un procedimiento que, de ser aplicado, permite la liberalización de los derechos de propiedad intelectual para que puedan ser usados libremente por los países que lo requieran. Esto fue confirmado o ratificado en la Declaración de Doha y palabras más palabras menos, implica que la OMC pensó un mecanismo de liberalización en aras a un bien general.
“Estas son medidas excepcionales. Por ejemplo, Colombia nunca ha hecho uso de una licencia obligatoria como si lo han hecho India y Sudáfrica con temas de medicamentos. Pero entonces qué pasa: si con una pandemia no hacemos uso de una liberalización de las patentes o una licencia obligatoria, ¿entonces cuándo vamos a hacer uso de estas normas y regulaciones, diseñadas para un escenario como éste? ¿Cuál es el sentido de ese marco internacional?”, añadió el profesor Flórez.
Estados Unidos, una decisión insólita
Por último, Estados Unidos siempre ha sido un promotor acérrimo de la propiedad intelectual en la medida en la que es un país que vive de eso. ¿Cómo se puede explicar la decisión de Joe Biden de apoyar la liberalización de las patentes de las vacunas contra el covid-19?
“Estado Unidos siempre ha protegido a las farmacéuticas y esa ha sido una política clara en toda su historia dentro de la OMC en cuanto a la protección de derechos de propiedad intelectual. Pero que pasa: en este momento el lobby de otras industrias debe ser mucho más fuerte y debe estar presionando mucho más que antes. Estados Unidos necesita que los países se estabilicen, necesita más turistas en su territorio y necesita vender otros activos de propiedad intelectual a países como el nuestro que, si se quiebran, pues no podrán comprar. Si un país como el nuestro termina con el dólar disparado, ¿quién va a comprar un play station o quien va a viajar con un dólar a 5.000 pesos?”, se preguntó Flórez.
Lizarazo, a este respecto, indicó que el espaldarazo que le dio Estados Unidos a una eventual liberalización de las patentes es algo que se debe tomar con cautela, pues las decisiones de la OMC se toman por consenso y hay otros actores clave.
“Si bien Estados Unidos tiene una gran influencia mundial, no es el único que toma la medida. La Organización Mundial del Comercio tiene más de 160 países miembros con otros actores importantes con poderío tecnológico como la Unión Europea, Suiza, Canadá y Japón, quienes tendrían que apoyarlo”, puntualizó Oscar Lizarazo.