El presidente Donald Trump aceptó este jueves la nominación que le hiciera el Partido Republicano y ya es candidato oficial a la presidencia de Estados Unidos. Este hecho marca el inicio de su campaña reeleccionista, razón por la cual vale analizar algunos de los derroteros más importantes de la plataforma política con la que aspira a continuar en el poder y que marcarán el norte de su nuevo gobierno.
Puede afirmarse que la propuesta política de Trump para su segundo período gira en torno a tres ejes principales, estimular el empleo nacional, mantener la reforma fiscal y aumentar el gasto en infraestructura, a través de los cuales buscara gestionar la recuperación económica después de una pandemia.
El presidente buscará potenciar la industria, el consumo nacional y continuar con una política nacionalista, por encima de los grandes acuerdos comerciales que han dominado la esfera estadounidense.
Vale recordar que durante los primeros tres años de la presidencia de Trump, en el país se crearon unos 6,6 millones de empleos lo que demostró la fortaleza de su política económica hasta antes de la llegada de la pandemia del coronavirus.
La idea del gobernante para recuperar el terreno perdido en materia de empleo, pasa por una gran inversión pública en infraestructura, medida valorada en unos dos billones de dólares.
Por otra parte para proteger al trabajador nacional, Trump también adoptó varias medidas fiscales y migratorias que de seguro continuará en su nuevo periodo.
En cuanto a la propuesta económica el Gobierno de Trump ya avanzó que se extenderá la reforma fiscal sobre rentas individuales que expirará en 2025. Lo que implica una rebaja del impuesto que pagan las empresas del 35 % al 21 %, así como también sobre los que pagan los trabajadores.
El recorte de impuestos de esta magnitud supondrá adicionar, en la próxima década, unos 1,5 billones de dólares a la deuda pública, costo que el mandatario considera que se equilibrará y superará con creces, con el impulso generado en la economía.
Bajo este esquema y el lema, aún vigente, de "Estados Unidos primero", Trump ha privilegiado la recuperación interna al comercio internacional. Sin embargo aunque esta postura continuará en su próximo mandato, se espera que el país avance en un mayor número de acuerdos, en los que se busque que el país pase de ser principalmente importador a exportador y conseguir una balanza comercial positiva.
Así las cosas desde el punto de vista económico, el mandatario asegura que, en su segundo periodo, la recuperación, que ya se ha iniciado, continuará con más fuerza y bajo el principio de “poner a Estados Unidos primero” las tasas de desempleo disminuirán, como lo han venido haciendo a pesar de los graves efectos de la pandemia.
Asimismo el mandatario ha prometido que, durante su segundo periodo, continuarán los alivios fiscales para la clase media y los beneficios tributarios a las empresas para con lo que buscará proteger y generar más empleo, jalonar el consumo y reactivar el sector de la infraestructura.
Por otra parte no cabe duda de que la política exterior ha sido uno de los aspectos más fuertes del gobierno de Trump y uno de los que mayor interés genera, no sólo en el exterior, sino entre los votantes estadounidenses de cara a los próximos 4 años.
A este respecto, el experto en política exterior estadounidense, Robert Blackwill, asegura que no se le da suficiente crédito al presidente por su política exterior y agrega que el mandatario “produce políticas reales, cuya sustancia tiene efectos a largo plazo” que superan por las críticas que lanzan los opositores.
Para Blackwill "lo más importante es la eficacia de la política estadounidense a lo largo del tiempo y su coherencia con los intereses nacionales y no las características personales de sus líderes" y agrega que “una evaluación de la política exterior de la administración de Trump, incluidos los vínculos de Estados Unidos con sus aliados, las relaciones con China y Rusia, así como hacia el Medio Oriente, Corea del Norte y Venezuela, arroja que éstas son sustancialmente mejores de lo que afirman sus oponentes". Finalmente asegura que es de esperar que, de continuar en el poder, Trump continúe por esta senda y consolide una postura al exterior que ha sido beneficiosa y que efectivamente ha privilegiado un enfoque nacionalista que, pese a las críticas, ha dado buenos resultados en materia económica.
Asimismo durante el segundo mandato del presidente Trump, se continuarán las políticas de defensa nacional y contra el terrorismo, en particular contra el Estado Islámico (ISIS), grupo radical que ha sufrido duros golpes durante el cuatrienio y que seguirá siendo un objetivo de la nueva administración que buscará reemplazar “el caos por la paz” como estrategia para defender sus fronteras. A este respecto Trump ha defendido que Estados Unidos debe continuar invirtiendo fuertemente en el ejército para proteger su estatus como superpotencia mundial.
Otros de los temas que se destacan en la propuesta del mandatario y que generan gran interés para los votantes estadounidenses son los de la inmigración y el control de armas.
Sobre el primero de ellos, en esta segunda campaña el mandatario se muestra algo más abierto a ésta, considerando que Estados Unidos ha sido durante mucho tiempo un destino principal para los extranjeros, atrayendo aproximadamente al 20% de la población inmigrante del mundo y que representa el 13% de la población total del país. Sin embargo se mantiene firme en afirmar que debe combatirse la inmigración ilegal. En este sentido es de esperar que se realicen programas que busquen que los indocumentados, que cumplan con ciertos requisitos, puedan permanecer en el país de manera legal.
Frente al control de armas Trump califica las prohibiciones como "un fracaso total" y agrega que una forma importante de combatir el crimen es "empoderar a los propietarios para que respetan la ley para que se defiendan". Su postura se afinca en una fuerte confianza en la libertad que considera que antes de prohibir, deben ofrecerse programas que produzcan un uso responsable.
Con estas posturas el presidente Trump está adoptando expresiones que han estado en torno a la política presidencial republicana durante medio siglo y le han servido al partido para ganar la Casa Blanca durante 32 de los últimos 52 años y posiblemente lo sigan haciendo.