El Partido Conservador Británico se reúne desde ayer en Birmingham con el objetivo de avanzar en la búsqueda de un nuevo líder, que será designado en noviembre, tras la derrota electoral que encajó en julio.
Tras su fracaso en las urnas el 4 de julio, que puso fin a catorce años de gobiernos conservadores, Rishi Sunak anunció que abandonó el liderazgo del partido, despojado de su puesto de primer ministro, que pasó a manos del laborista Keir Starmer.
“Este es nuestro primer congreso en la oposición desde 2009”, escribió Sunak en la revista parlamentaria The House.
“Debemos aprender las lecciones de nuestra derrota: no lo hicimos todo bien en el gobierno -ningún gobierno lo hace- y ahora debemos reflexionar sobre ello”, agregó.
El congreso anual de los conservadores, que se prolongará hasta el miércoles, constituye el primer paso en busca del sucesor de Sunak al frente del partido y en él intervendrán los cuatro aspirantes al puesto.
James Cleverly, que fue ministro de Relaciones Exteriores y de Interior con Sunak, y Tom Tugendhat, que ocupó la cartera de Seguridad en la última legislatura, aparecen como candidatos más de centro.
Por su parte, Kemi Badenoch, de padres nigerianos, que fue ministra de Mujeres e Igualdad, y Robert Jenrick, que tuvo la cartera de Inmigración también en el gobierno de Sunak, tienen un perfil más conservador.
Ayer, Jenrick prometió un freno “de hierro” a la inmigración. “La era de la inmigración masiva debe terminar. Está ejerciendo una enorme presión sobre la vivienda, los servicios públicos y la cohesión social”, declaró a la cadena Sky News.
Por su parte, Badenoch, declaró que la inmigración es algo que el país necesita “hacer bien”.
“Los números importan (...) la cultura importa. Si queremos tener una sociedad bien integrada, debemos asegurarnos de que tenemos una cultura y una identidad compartidas”, indicó a Sky News.
Votación reñida
Según la prensa inglesa, Jenrick tiene una ligera ventaja en las intenciones de voto de los diputados conservadores, que decidirán quiénes son los dos finalistas una semana después de que termine el congreso.
Pero las votaciones se anuncian reñidas, en contraste con lo que ocurrió en 2019, cuando el partido eligió a Boris Johnson como líder, el cual partía como claro favorito.
“Mi impresión es que no hay un candidato dominante. Eso da muestras del problema que tienen para encontrar un líder fuerte, de consenso y con atractivo para el público en general”, afirmó el argentino Ezequiel González Ocantos, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Oxford.
Una vez conocidas las dos últimas alternativas, elegidas por los diputados conservadores, le llegará el turno a los afiliados del partido, que votarán hasta finales de octubre para designar el ganador, cuyo nombre se conocerá el 2 de noviembre.
El nuevo líder será el encargado de hacer emerger a un partido en plena crisis, al que las intenciones de voto daban ampliamente como perdedor de las elecciones de hace casi tres meses.
En aquellos cómicos, el Partido Conservador solo obtuvo 121 diputados de los 650 de la Cámara de los Comunes, frente a los 411 de los laboristas.
El partido liderado por Sunak perdió 244 escaños respecto a los comicios de 2019.
Futura línea
La crisis económica, algunos escándalos, el brexit y su actuación durante el covid acabaron pasando factura a los conservadores en la última legislatura.
El partido debe ahora reflexionar sobre si optar por una corriente de derechas o de centro.
Los conservadores vieron cómo el partido de extrema derecha Reform UK les arrebató muchos de sus votos en las elecciones de julio, quedando como la tercera fuerza más votada, con más de cuatro millones de sufragios.
“La disyuntiva a la que se enfrenta el Partido Conservador es si girar definitivamente hacia una derecha más nítida y así poder competir por el votante que optó por Reform UK, o moderarse y enfocarse en disputar a los laboristas el relato sobre quién es competente para administrar el país”, analizó González Ocantos.