Los enfrentamientos entre armenios y azerbaiyanos se intensificaron en Nagorno Karabaj, pese a que Francia, Rusia y Estados Unidos pidieron conjuntamente un alto el fuego en este enclave separatista armenio en territorio de Azerbaiyán.
En el quinto día de enfrentamientos, ningún bando parecía haber logrado un avance significativo frente al otro, pero "los combates se intensificaron", aseguró el portavoz del ministerio armenio de Defensa, Artstrun Hovhannisian, asegurando que habían infligido "grandes pérdidas" al "enemigo".
Por su parte, las fuerzas azerbaiyanas, que aseguran desde hace varias jornadas que tomaron posiciones armenias que escapan a su control desde hace casi tres décadas, emitieron reivindicaciones parecidas y afirmaron que los combatientes separatistas tuvieron que "retirarse de posiciones que tenían en toda la línea del frente".
Los llamados a una tregua no dejan de multiplicarse. Ayer los presidentes Emmanuel Macron, Donald Trump y Vladimir Putin pidieron un alto el fuego "inmediato".
"Pedimos un cese inmediato de las hostilidades", urgieron en una declaración conjunta publicada por la presidencia francesa, en la que instaron también a los líderes de Armenia y Azerbaiyán a "que se comprometan sin demora a reanudar las negociaciones".
Estos tres países son los mandatarios del Grupo de Minsk, creado por la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europea (OSCE), que es mediador del conflicto desde 1992.
La víspera, Putin y Macron ya reclamaron un cese "completo" de los combates y pidieron "disminuir las tensiones y dar prueba de moderación cuanto antes", tras una conversación telefónica entre los dos jefes de Estado.
Pero el presidente azerbaiyano, Ilham Aliev, y el primer ministro armenio, Nikol Pashinyan, desoyeron cualquier idea de negociaciones y se dijeron decididos a seguir combatiendo.
Pashinyan afirmó que Nagorno Karabaj combatía "el terrorismo internacional". "La comunidad internacional afirmó claramente que el tándem turco-azerbaiyano dirige una guerra contra Armenia y Karabaj con la ayuda de mercenarios terroristas", añadió.
Nagorno Karabaj, de mayoría armenia, se proclamó independiente de Azerbaiyán en 1991, lo que desató una guerra que causó 30.000 muertos. Desde entonces, la situación está estancada, aunque a menudo estallan refriegas, como en 2016.
Desde el inicio de las hostilidades, unos 350 soldados azerbaiyanos han muerto, 15 vehículos blindados fueron destruidos y tres helicópteros fueron abatidos, uno de los cuales habría caído en el vecino Irán, según el portavoz del ministerio armenio de Defensa.
En Bakú, el ministerio de Defensa desmintió esta última afirmación. Poco antes, había señalado que "toda la noche hubo disparos de artillería devastadores contra las fuerzas armenias".
Por su parte, el ejército de Karabaj afirmó haber impedido que Azerbaiyán "reagrupe sus tropas", y añadió que "la situación táctica no ha cambiado".