Pese a que aún faltan dos años para las elecciones presidenciales, algunas personas ya le están haciendo 'guiño' a la Casa Blanca.
Pese a que aún faltan dos años para las elecciones presidenciales, algunas personas ya le están haciendo 'guiño' a la Casa Blanca. La temporada preelectoral de las próximas presidenciales está todavía lejos en el horizonte político de los norteamericanos, quienes tuvieron un anticipo en las elecciones legislativas del 6 de noviembre pasado. Los cálculos electorales de cara a 2020 apenas empiezan a correr y nadie quiere arrancar en desventaja.
Ante la necesidad de posicionarse rápido en la opinión pública ya hay una veintena de nombres que empiezan a sonar, unos con la intención de rivalizar con Donald Trump por la nominación Republicana y otros que desde la oposición demócrata no quieren darle al actual presidente otros cuatro años en la Casa Blanca.
Pocos dudan de que Trump buscará un segundo mandato, aunque él no ha dado indicios claros, más allá de sus constantes declaraciones dirigidas a su base Republicana.
Más difícil es predecir quién será su contrincante. En una primera y muy incipiente lista se anotaron millonarios, famosos artistas, celebridades y políticos tradicionales, así como algún que otro aventurero.
Los analistas consideran que es prematuro construir los escenarios posibles dos años antes de la elección, pero por las dudas toman nota de esos nombres. El propio Trump demostró que el Salón Oval no está reservado únicamente para políticos.
“Como Trump solo le habla a su base electoral, creo que los precandidatos demócratas ven un campo abierto, sobre todo entre los votantes independientes, en el que necesitan posicionarse ahora para volverse más conocidos”, le indicó a la Agencia Anadolu el analista político Erick Langer, profesor de la Universidad de Georgetown, en Washington.
¿Quiénes son esos postulantes que buscan un lugar en primera fila?
Por fuera de la política tradicional, la primera que asomó fue Oprah Winfrey, la popular conductora de TV y empresaria de medios. Durante su carrera televisiva amasó una fabulosa fortuna de 4.000 millones de dólares que podrían darle impulso a su precandidatura. Además cuenta con otras ventajas: no hay rincón del país donde no sea conocida y apreciada, sintoniza quizá mejor que nadie con las aspiraciones del electorado femenino, más numeroso que el masculino, y al igual que Trump sabe utilizar los medios de comunicación en su favor, algo que puede resultar crucial. Pero no hay certezas de que quiera competir.
Oprah no es la única ‘celebrity’ en la lista de “candidateables”. Kanye West, el provocador rapero y diseñador de ropa casado con Kim Kardashian, declaró un poco en serio y otro poco en broma su intención de postularse a la presidencia por el Partido Republicano. Y también los actores Alec Baldwin y Dwayne “The Rock” Johnson coquetearon públicamente con esa posibilidad, aunque desde el campo contrario. Incluso la cantante Katy Perry, que apoyó activamente a la demócrata Hillary Clinton en la última elección, jugó con la idea de ser “la presidenta número 46” de Estados Unidos. Trump es el 45.
Siguen los nombres. En ese mismo terreno de las personalidades podría inscribirse a Michael Avenatti, el abogado que ganó fama por ser el defensor de la actriz de películas para adultos Stormy Daniels, quien dijo haber tenido un ‘affair’ con el presidente Trump. Avenatti, que se relaciona a sí mismo como parte de la “resistencia demócrata”, habló públicamente de su posible postulación y comenzó a “testear” sus chances en varios estados.
Todo pese a que Daniels, cuyo nombre real es Stephanie Clifford, tomó medidas legales contra Avenatti, a quien acusó de haber demandado por difamación a Trump contra su voluntad y de haber recaudado fondos sin que ella estuviera enterada.
Algunos empresarios exitosos también ponen la mira en la Casa Blanca, aunque sin haber tomado una decisión. Es el caso de Mark Cuban, dueño del equipo de baloncesto Dallas Mavericks, que no tiene pertenencia partidaria pero es un duro crítico de Trump. También el multimillonario Tom Steyer, enemigo declarado del actual mandatario, a quien quiere ver despojado de la presidencia por la vía del juicio político; o Howard Schultz, el poderoso ex-CEO de la cadena Starbucks, identificado con el Partido Demócrata.
Este también es el caso de Andrew Yang, un exitoso ‘entrepreneur’ de origen taiwanés, creador de Venture America, una organización que apoya emprendimientos que generen puestos de trabajo en ciudades golpeadas por la última crisis financiera, como Baltimore, Detroit y Pittsburgh.
Yang ya lanzó su precandidatura, pide donaciones en su página de Internet y en su plataforma promueve, entre otras cosas, la creación de un salario universal básico “para terminar con la pobreza en Estados Unidos en 2021”.
No faltan en el horizonte electoral los políticos tradicionales. El exvicepresidente demócrata Joe Biden no descarta postularse y tampoco lo hacen figuras con largos años en las lides -y alguna postulación a la Casa Blanca a sus espaldas- como John Kerry, Bernie Sanders y Elizabeth Warren, todos demócratas de enorme peso partidario y con buenas posibilidades de obtener finalmente la nominación de su tendencia política.
El exalcalde de Nueva York Michael Bloomberg, dueño de una fortuna de más de USD 50.000 millones, podría desafiar a Trump desde las filas del oficialismo o anotarse también en la poblada interna Demócrata.
Kamala Harris, la combativa senadora por California, despierta cada vez más interés en las filas opositoras. Mujer, afroamericana, joven y muy progresista, Harris marcaría un fuerte contraste con Trump en una eventual definición en las urnas y parece estar haciendo todo lo necesario para posicionarse temprano en una carrera que va a ser larga y muy disputada.
La interna Republicana en cambio todavía no despega, sobre todo después de los resultados del partido tras las elecciones de medio término de noviembre. Así y todo, se especula con la posibilidad de que el senador Ted Cruz, de Texas, quien disputó unas reñida competencia con su rival estatal Demócrata, Beto O’ Rourke, compita con Trump. Otro nombre que genera expectativas es el del senador Jeff Flake, de Arizona, que no calla sus cuestionamientos al liderazgo del actual presidente.
Hay más nombres, de figuras menos conocidas, y otros candidatos pueden surgir en los próximos meses. Tal vez el logro de Trump con el nuevo tratado comercial con México y Canadá, T-MEC, la mejora en la economía o el discurso contra inmigración ilegal haga la disputa más reñida.
Por ahora, según señaló el analista Langer, el actual presidente “consume demasiado oxígeno y a sus posibles rivales internos les conviene esperar”. Necesitan organizar a los sectores moderados del partido “y no dejarse derrotar en las primarias por los más entusiastas votantes de Trump”, afirmó.