Un hombre negro murió a manos de un policía blanco en Columbus, el segundo caso en pocas semanas en esta ciudad del norte de Estados Unidos, lo que atizó la indignación en un país que vive un histórico movimiento antirracista y contra la brutalidad policial desde la primavera boreal.
Andre Maurice Hill, de 47 años, estaba en el garaje de una casa el lunes por la noche cuando el uniformado le disparó varias veces. La policía había recibido una llamada para acudir al lugar por un incidente menor.
Las imágenes de la cámara portátil del oficial muestran a Hill caminando hacia el oficial con un teléfono móvil en su mano izquierda, mientras su otra mano permanece invisible. Segundos después, el oficial dispara su arma y el civil se desploma. No se produce ningún sonido que explique las circunstancias del tiroteo.
El oficial Adam Coy y su colega esperaron varios minutos antes de acercarse a la víctima aún viva, y que falleció poco después.
Coy fue suspendido. Según medios locales, ya había denuncias en su contra por uso excesivo de la fuerza.
Hill, que estaba desarmado, fue el segundo afroamericano matado por la policía en menos de tres semanas en Columbus.
Casey Goodson Jr., de 23 años, recibió varios disparos el 4 de diciembre cuando volvía a casa después de comprar unos sándwiches.
Los asesinatos se producen mientras Estados Unidos se ha visto sacudido por históricas protestas contra la injusticia racial y la brutalidad policial, desencadenadas por el asesinato en mayo del afroamericano George Floyd.
Floyd, también desarmado, se asfixió bajo la rodilla de un policía blanco en Minneapolis, Minnesota. Transeúntes horrorizados filmaron su muerte, y las imágenes se difundieron rápidamente.
"Una vez más los oficiales ven a un hombre negro y concluyen que es criminal y peligroso", criticó el miércoles el abogado Ben Crump, que defiende a varias familias de víctimas, incluyendo la de Floyd.
Con Hill, son 96 las víctimas negras a manos de un policía desde Floyd, aseguró el abogado, al denunciar "una trágica sucesión de tiroteos" por parte de uniformados.
El alcalde de Columbus, Andrew Ginther, dijo que estaba "indignado" por la muerte de Hill y que se sintió "muy perturbado" por el hecho de que ninguno de los dos policías aplicó los primeros auxilios a Hill.
El funcionario pidió el "despido inmediato" de Coy.