COMO una ‘mentira absoluta’ calificó el Kremlin la versión de que hubiera ordenado el asesinato del jefe de la milicia Wagner, Yevgueni Prigozhin, quién se había rebelado contra el ejército regular, al tiempo que estrechó el control sobre esa y otras organizaciones paramilitares.
"Es una mentira, hay que abordar esta problemática basada en los hechos", repuso el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, al ser interrogado sobre insinuaciones de que la presidencia rusa estuviese detrás de la muerte de Prigozhin, presuntamente fallecido el miércoles al estrellarse un avión al noroeste de Moscú.
Los mercenarios de Wagner tuvieron una participación activa en la intervención rusa en Ucrania, pero su líder fue tildado de "traidor" por Putin cuando protagonizó una corta rebelión a finales de junio contra el Estado Mayor y emprendió con sus hombres una marcha hacia Moscú.
"Hay mucha especulación en torno al accidente de avión y la trágica muerte de los pasajeros, incluido Yevgueni Prigozhin, y ya sabemos en qué sentido se especula en Occidente", añadió Peskov.
Opositores al gobierno ruso o expartidarios caídos en desgracia fueron asesinados o sufrieron intentos de asesinato, aunque el Kremlin siempre negó su implicación en cualquiera de esos casos.
Según Peskov, la investigación sobre las causas de la caída del avión prosigue.
El equipo que investiga el siniestro indicó que ya había encontrado los cuerpos de las diez personas que iban a bordo, así como las cajas negras del vuelo.
Putin, quien prometió una investigación "a fondo" del caso, destacó la "contribución" de Prigozhin en la ofensiva en Ucrania y definió al jefe miliciano, a quien conoció desde los años 90, como alguien "que cometió graves errores en su vida, pero que obtuvo los resultados que se proponía".
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Putin, que parece decidido a evitar nuevos contratiempos con Wagner y otras milicias que combaten en Ucrania, África o Medio Oriente, firmó ayer un decreto que obliga a sus miembros a jurar "fidelidad" y "lealtad" a Rusia.
Prigozhin había puesto fin a su breve motín tras un acuerdo que establecía su exilio junto a sus hombres en Bielorrusia y la retirada de los cargos contra él.
Tras su presunta muerte, se incrementaron las dudas sobre el futuro de la milicia y de sus miembros, acusados de todo tipo de atropellos, incluyendo torturas y ejecuciones extrajudiciales en los lugares donde intervienen.
El Kremlin dijo ignorar lo que pasará con la organización. "Sobre (su) futuro, no puedo decir nada ahora mismo, no lo sé", declaró Peskov.
El presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, parece tenerlo más claro. "Wagner vivió, vive y vivirá en Bielorrusia", afirmó. "El núcleo [de Wagner] permanece aquí (...) Dentro de algunos días, todo el mundo estará aquí, hasta 10.000 personas", añadió.
Tras el golpe fracasado, Prigozhin siguió yendo a Rusia y fue recibido al menos una vez en el Kremlin en junio. El mes siguiente, acudió a la gran cumbre Rusia-África.
La agencia rusa para el transporte aéreo Rossaviatsia confirmó que Prigozhin se encontraba a bordo del jet privado Embraer Legacy, de fabricación brasileña, que volaba entre Moscú y San Petersburgo que se estrelló el miércoles.
Entre las presuntas víctimas también figura el brazo derecho de Prigozhin, Dmitri Utkin, exoficial de una unidad especial de inteligencia militar y comandante operacional de Wagner.