La líder opositora peruana Keiko Fujimori, presa en una cárcel de Lima desde hace cinco meses, se negó el lunes a declarar ante la fiscalía en el marco de la investigación por presunto lavado de activos provenientes de la brasileña Odebrecht.
"Es su derecho guardar silencio o abstenerse a declarar, y se tiene que respetar", dijo a la prensa el fiscal anticorrupción José Domingo Pérez tras salir de la cárcel de mujeres donde Fujimori cumple 36 meses de prisión preventiva.
La salida de la prisión resultó accidentada para el fiscal. Simpatizantes fujimoristas lo agredieron arrojándole botellas de plástico vacías. La escolta policial evitó que le impactaran.
Pérez tenía programado interrogar en prisión a la hija del expresidente Alberto Fujimori (1990-2000) sobre los presuntos aportes ilegales de Odebrecht a su campaña presidencial.
Keiko Fujimori, que niegas las acusaciones en su contra, señaló que no declarará ante el fiscal Pérez, alegando que éste ha perdido objetividad.
"Después de vivir en carne propia los abusos y excesos, producto de la ausencia de justicia, he tomado la decisión de hacer valer mi derecho de guardar silencio frente a un fiscal que, en mi caso, ha perdido totalmente la objetividad", indicó en su cuenta de Twitter.
Por su parte, Giulliana Loza, abogada de la líder opositora, dijo que "Fujimori no se ha negado a declarar, ella ha hecho uso de su derecho. Esta diligencia solo era una ampliación".
Keiko Fujimori está detenida en una cárcel de mujeres en Lima desde el 31 de octubre por obstrucción a la justicia, luego que el juez Richard Concepción Carhuancho acogiera un pedido de prisión preventiva por 36 meses de la fiscalía.
La fiscalía anticorrupción investiga a la líder del partido fujimorista, Fuerza Popular, y a una decena de colaboradores, a quienes acusa de blanquear 1,2 millones de dólares provenientes de fondos ilícitos de la brasileña Odebrecht para la campaña presidencial de 2011.
La prisión de la líder fujimorista amenaza su aspiración de ser de nuevo candidata presidencial en 2021.
Según las investigaciones, Keiko lidera "una organización criminal" al interior de su partido.