"Juntos", a evitar la cohabitación política en Francia | El Nuevo Siglo
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Domingo, 19 de Junio de 2022
Redacción internacional con AFP

HACE dos décadas que no se gobierna Francia en cohabitación política y el reelecto mandatario Emmanuel Macron con su alianza de centro “Juntos” esperan ‘enterrar’ hoy ese fantasma, avivado por el líder izquierdista, Jean Luc Mélenchon, con su inédita alianza Nueva Unión Popular, Ecológica y Social (Nupes).

Todas las encuestas, que son muy acertadas en el país galo, vaticinaron un empate para la primera ronda legislativa y un triunfo del oficialismo para la segunda, que se cumple este domingo. La incógnita es si Macron conservará su mayoría absoluta en la Asamblea Nacional, ya que las mismas indican que “Juntos” lograría entre 255 y 305 diputados. Se requieren 289 para no buscar otros apoyos parlamentarios de derecha.

En segundo lugar quedaría la Nupes (vaticinan entre 140 y 200 diputados), seguido del partido de derecha Los Republicanos y sus aliados UDI (50 a 80) y la Agrupación Nacional (RN, ultraderecha) de Marine Le Pen (20 a 50).

El instituto Ipsos-Sopra Steria proyecta que la coalición de Macron ganaría la mayor parte de los 577 escaños, obteniendo entre 255 y 295 y, de ellos, entre 189 y 219 serían para La República en Marcha, el partido de Macron. Mientras la alianza de izquierdas alcanzaría entre 150 y 190 escaños, pasando a  ser la primera fuerza de la oposición.

"Se trata de un momento histórico y vivimos tiempos históricos (...) Nada sería peor que agregar un desorden francés al desorden mundial", advirtió esta semana el presidente Macron al llamar a los franceses a concurrir a las urnas y dar un nuevo espaldarazo a su programa de gobierno “por el interés de la nación” e instarlos a dar “una mayoría sólida”.

La cita hoy de las urnas tiene otro reto para Macron, ya que más de la mitad de su gabinete, 15 de los 28 ministros y secretarios de Estado nombrados el pasado mes, entre ellos la primera ministra, Elisabeth Borne, buscan un escaño y si no lo obtienen deberán dejar el cargo, según orden del presidente.

Precisamente Borne ha defendido insistentemente la agenda gubernamental y comparó el mismo que -dijo- busca "proteger" a los franceses con el programa "peligroso" para la economía de la coalición de izquierda.

"El caos son ellos", reaccionó Mélenchon, quien llamó a los electores a ir a votar y "tomar una decisión clara", porque "sino será un lío durante meses".

Vale recordar que, en la primera vuelta, el pasado domingo, más de la mitad de los votantes se abstuvo (52,49%). El resultado de la misma fue un 25.75% de los votos para la alianza “Juntos” y 25.66% para la Nupes.

A diferencia de la presidencial, la ultraderecha -dividida- no llega en posición de fuerza, más allá de sus feudos en el norte y el sureste, y el tradicional partido de derecha Los Republicanos (LR) se juega su porvenir tras la debacle de abril.



Escenarios para Macron

Mantener la mayoría absoluta es el escenario privilegiado para el presidente de 44 años que, tras un primer mandato marcado por las protestas sociales, la pandemia y, en el tramo final, la guerra en Ucrania, espera retomar su agenda reformista, con temas que causan mucha polémica como aumentar la edad de jubilación de los 62 a los 65 años porque el sistema se está tornando insostenible.

La ausencia de mayoría absoluta supondría, según el ministro de Economía Bruno Le Maire, "negociaciones interminables". Un aliado de Macron, el exprimer ministro Edouard Philippe, habló incluso de una "Francia ingobernable", en el diario Le Fígaro.

Este resultado le permitiría aprobar leyes sin casi resistencia en el Parlamento, pero corre el riesgo de reforzar su imagen de mandatario "autoritario". "Lo que está en juego es impedir que Macron tenga mayoría absoluta", resumió Jordan Bardella, de la ultraderechista Agrupación Nacional.

Otro escenario, el de la mayoría simple, devolvería un cierto protagonismo al Parlamento, ya que obligaría al jefe de Estado a buscar aliados para sacar adelante sus medidas. También existen vías para imponer medidas, pero que implican poner en riesgo la continuidad del gobierno.

El partido Los Republicanos, heredero de las formaciones de los expresidentes Jacques Chirac (1995-2007) y Nicolas Sarkozy (2007-2012), se ven ya como árbitros, ya que sus votos se volverán "ineludibles", dijo a Radio Francesa Internacional la eurodiputada Agnès Even.

Aunque este tipo de negociaciones son habituales en la mayoría de democracias, a falta de una mayoría estable, la adopción de leyes se convertiría en un quebradero de cabeza para el oficialismo en Francia, acostumbrado a su “aplanadora” (mayoría absoluta).

El escenario más temido para Macron es una gran victoria de la Nupes -coalición de ecologistas, comunistas, socialistas e izquierda radical que no se veía hace 25 años-. Mélenchon podría así reclamar ser nombrado primer ministro para frenar los proyectos presidenciales y priorizar los suyos.

Francia ya conoció este modelo de "cohabitación", la que se da cuando el presidente de la República no está en el mismo bando político que su primer ministro y que surge cuando el hemiciclo está dominado por una tendencia política diferente a la del mandatario.

Este modelo se ha dado en tres ocasiones durante la V República. Dos veces bajo la presidencia de François Mitterrand (socialista) y luego con Jacques Chirac (conservador), de 1997 a 2002, cuando nombró como primer ministro al socialista Lionel Jospin. El presidente conservador había sido previamente el primer ministro entre 1986 y 1988 de su predecesor socialista, François Mitterrand.

Esta noche se sabrá que rumbo político tomará la segunda economía de la Unión Europea (UE) y una de las potencias nucleares mundiales, en un contexto de guerra en Ucrania y de aumento de los precios de la energía y de la alimentación. Macron y “Juntos” confían en una mayoría fuerte y clara.

La izquierda espera dar la sorpresa y Mélenchon anotarse otro triunfo en línea. Sin embargo, no logrará su ambicioso y repetido objetivo: convirtiéndose en premier y forzar una cohabitación.

En pocas horas se sabrá si los franceses otorgan su confianza al presidente con más de 289 diputados, si le obligan a negociar con una mayoría relativa o si le imponen una cohabitación. Este último es el menos probable de los tres posibles resultados.

La próxima cita electoral en Francia serán las elecciones al Parlamento Europeo en 2024, dos años en los que los partidos podrán asentar la recomposición en curso en tres bloques -izquierda radical, centro y extrema derecha- antes de un nuevo test ante los electores.