El explosivo lanzamiento, por parte de la oposición demócrata en Estados Unidos, de un procedimiento de destitución contra Donald Trump ha desencadenado una batalla política, que plantea crecientes dudas sobre el proceso y las consecuencias que tendrá en la presidencia republicana.
¿Los republicanos conservadores se voltearán contra su hombre fuerte? ¿A los demócratas les favorece la posibilidad de que un presidente sea sometido a un proceso de destitución por tercera vez en la historia de Estados Unidos, o también enfrentan un gran riesgo?
Expertos estadounidenses analizan lo que podría esperarse en los 400 días que faltan para la elección de 2020, así como quiénes se beneficiarán y quienes se perjudicarían.
¿Qué impacto tendrá en Trump?
"Trump tiene razón, un juicio político movilizará a sus bases", dijo a la AFP Donald Wolfensberger, de The Wilson Center.
No hay duda de que el proceso enfurecerá a sus seguidores más leales. Su campaña de reelección ya advirtió el martes que el esfuerzo para destituirlo "sólo servirá para envalentonar y energizar a los seguidores de Trump".
Pero incluso si el intento de derrocar a Trump se estanca en el Senado liderado los republicanos, como se espera que suceda, hay más peligro presidencial por delante.
Los extremos de ambos lados no se verán influenciados por el proceso de destitución, "pero los votantes de en medio -independientes o más moderados- podrían" cambiar de opinión, señaló John Hudak, experto en gobernanza en el centro de pensamiento Brookings Institution, con sede en Washington.
Un debate legislativo de alto perfil sobre las acusaciones al presidente por abuso de poder podrían influir en los votantes moderados que apoyaron a Trump en 2016, electores que él no puede permitirse perder, debido a que su margen de victoria fue muy pequeño.
"Si yo fuera el presidente, estaría preocupado por esto", dijo Hudak. "Hay un riesgo real aquí de que esto le provoque daños con consecuencias claves".
¿Hay riesgo también para los demócratas?
Los demócratas no están tampoco fuera de riesgo. Su base liberal ha clamado por el juicio político, pero les podría estallar en la cara, dicen expertos.
"Existe la posibilidad de que los demócratas desaprovechen la oportunidad de conseguir que se aprueben artículos del proceso de destitución, desmovilizando a la base demócrata", dijo Larry Sabato, jefe del Centro para Política de la Universidad de Virginia.
Incluso si Trump es procesado por la Cámara de Representantes, el hecho de que el Senado no lo condene lo hará parecer como una reivindicación para Trump y una señal de que los demócratas descontentos montaron un teatro político.
Christopher Arterton, profesor emérito de gestión política de la Universidad George Washington, dijo que sin una prueba contundente en la transcripción de la llamada de Trump al presidente de Ucrania, o en la denuncia del informante que está en el centro de esta nueva acusación de abuso de poder, es probable que los más centristas "vean esto como un esfuerzo de los demócratas de revertir el resultado de las elecciones de 2016".
No hay salida ahora para los demócratas, añade Arterton. "Si ellos no hacen la votación de destitución, o tienen uno y no pueden hacerlo aprobar, Trump exigirá exoneración total".
Los demócratas también enfrentan un calendario apretado, pues si no actúan rápidamente el asunto se mantendrá vivo durante toda la campaña presidencial.
¿Qué significa el juicio político para Washington?
La respuesta corta es: más colapso. Hasta ahora los republicanos y los demócratas han tenido desacuerdos sobre asuntos como inmigración, infraestructura y armas.
Y Arterton aseguró que no anticipa "ningún progreso real en los problemas que los han enconado" de aquí a la elección.
Una larga lucha no solo paralizaría a Washington, podría dominar mucho del debate la campaña presidencial.
Los demócratas estarían "consumidos por el juicio de destitución y no estarían con la capacidad de hablar de su agenda", dijo Arterton.
Un proceso en el Senado detendría potencialmente por meses todas las demás acciones legislativas. El juicio de Bill Clinton en el Senado en 1999, después del inicio del proceso de destitución, duró más de cinco semanas.
El escenario del juicio político "dominaría las noticias por el resto de este año", anticipó Wolfensberger.
Pero en 2020 tiene el potencial de ser relegado como un asunto más de "división" partidaria, indicó Wolfensberger, especialmente si el Senado rechaza condenar a Trump.