Este 24 de julio, Boris Johnson cumplió su agitado primer año como primer ministro de Reino Unido. Desde que sucedió a Theresa May, el líder se ha enfrentado a diferentes retos y polémicas en su cargo.
Dos meses después de que May presentó su renuncia como primera ministra, el Partido Conservador decidió que Johnson sería su reemplazo, principalmente, con el objetivo de llevar adelante el proyecto de divorcio de la Unión Europea.
“Hace un año, subía los escalones de Downing Street y me comprometí a hacer realidad el brexit y a unir y mejorar el país”, declaró el líder británico este viernes en su cuenta de Twitter. “Ha sido un año de desafíos extraordinarios y sin precedentes”.
El exministro de Relaciones Exteriores logró fácilmente obtener el liderazgo del Partido Conservador y tras las elecciones parlamentarias anticipadas en diciembre del año pasado, recuperó el poder en el Parlamento, con lo que se le abrió el camino para conseguir la aprobación del proyecto del brexit y sacarlo adelante.
El brexit, la gran promesa de la campaña de Johnson, vio luz verde en enero. Después de varias extensiones y rechazos, el 31 de enero Reino Unido abandonó oficialmente la Unión Europea, con lo que se dio inicio a un periodo de transición de un año en el que el bloque y las autoridades británicas deben llegar a un acuerdo para determinar las condiciones económicas entre ambas partes.
Pero mientras Johnson celebraba la gran victoria del divorcio europeo, se avecinaba otro gran desafío: una pandemia que ha causado miles de muertes en su país y que puso en riesgo su propia vida.
Cuando la OMS advirtió sobre la amenaza del coronavirus, Johnson desestimó las advertencias y mientras la mayoría de países europeos decretaron cuarentenas estrictas, él se limitó a apoyar la llamada “inmunidad colectiva”. Como producto de esto, el primer ministro se convirtió en el primer líder de un país importante en ser hospitalizado con COVID-19 a principios de abril.
Fueron tres las noches que Johnson pasó en cuidados intensivos después de que dio positivo para la enfermedad. Después de esto el país tomó medidas más estrictas, pero ya era muy tarde. El resultado: casi 300 mil contagiados y más de 45 mil muertes. Reino Unido es el país europeo que ha reportado más fallecidos por COVID-19.
La pandemia desató no solo una emergencia sanitaria en el país, sino que la economía también se ha visto altamente afectada, y Reino Unido no pudo ser la excepción. En abril, su economía se contrajo en un 20,3% para subir solo un 1,8% tras las relajaciones de las restricciones.
De esta forma, el líder británico ahora se enfrenta al desafío de sacar a flote un país que vive su peor recesión económica en 300 años, según datos de la Oficina de Estadísticas Nacionales (ONS).
Junto con los retos que han surgido a raíz de la pandemia, se suma otro que Johnson no ha logrado solucionar: el acuerdo pos-brexit con la Unión Europea.
Las diferencias marcadas entre Reino Unido y la UE frente a algunos términos del acuerdo y el estancamiento de las negociaciones por la contingencia del coronavirus han hecho que el progreso hacia un posible acuerdo sea “limitado”, según el principal negociador para el brexit de la UE, Michel Barnier.
Barnier culpó este jueves a Londres y aseguró que “no ha mostrado el mismo nivel de compromiso” para buscar una solución al acuerdo.
“Por su actual negativa a comprometerse con condiciones de competencia abierta y justa y con un acuerdo equilibrado sobre la pesca, el Reino Unido hace improbable un acuerdo comercial en este punto”, enfatizó Barnier.
Faltan solo cinco meses para que finalice el periodo de transición de Reino Unido, y si no se puede llegar a un acuerdo para entonces, se producirá un brexit sin acuerdo.
“El tiempo para las respuestas se está acabando rápidamente. Si no llegamos a un acuerdo sobre nuestra futura asociación, habrá más fricción”, aseguró Barnier.
Sin embargo, Johnson dijo estar orgulloso de su país y de lo que se ha logrado en este periodo, y mencionó 49 logros alcanzados por su Gobierno en un video en redes sociales.