Israel y los Emiratos Árabes Unidos (EAU) acordaron normalizar sus relaciones, dentro de un acuerdo histórico y sorprendente que tuvo por mediador a Estados Unidos y en virtud del cual Israel postergaría la anexión de territorios palestinos.
"Comienza una nueva era en las relaciones entre Israel y el mundo árabe", celebró el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
"Es una victoria de la diplomacia", dijo el embajador en Washington de EAU, Yusef al Otaiba, considerando que el acuerdo representa "un avance significativo" para las relaciones entre Israel y el mundo árabe.
Este acuerdo, anunciado por el presidente Donald Trump en Twitter, contempla, según fuentes emiratíes, que Israel renuncie a su plan de anexión de territorios palestinos de Cisjordania, ocupados desde 1967.
En una llamada telefónica entre el presidente Trump y el primer ministro Netanyahu, se logró un acuerdo para poner fin a cualquier anexión suplementaria de territorios palestinos", dijo el príncipe heredero de Abu Dabi y hombre fuerte de los Emiratos, Mohammed ben Zayed Al-Nahyan.
Sin embargo, Netanyahu matizó que la anexión está "postergada", pero que Israel no ha renunciado a llevarla a cabo.
Según el ministro de Estado emiratí para las Relaciones Exteriores, Anwar Gargash, el acuerdo es un "paso valiente" que allana el camino hacia una solución de "dos Estados" para el pueblo palestino.
Sin embargo, los líderes palestinos no compartieron este entusiasmo.
La Autoridad Palestina presidida por Mahmud Abas lo calificó de "traición" a la causa palestina y pidió una reunión de emergencia de la Liga Árabe.
"Los dirigentes palestinos rechazan lo que han hecho los Emiratos Árabes Unidos. Se trata de una traición a Jerusalén y a la causa palestina", indicó en un comunicado la dirigencia palestina.
Además, el gobierno palestino llamó a consultas a su embajador en Abu Dabi, en señal de protesta.
Nada más hacerse público el acuerdo, el movimiento islamista Hamas, que gobierna en la Franja de Gaza, aseguró que "no ayuda a la causa palestina" y representa un "cheque en blanco" para seguir adelante con "la ocupación" israelí.
"Rechazamos y condenamos este acuerdo. No ayuda a la causa palestina sino que es visto como la continuación de la negación de los derechos del pueblo palestino", declaró Hazem Qasem, portavoz de Hamás.
El ambicioso plan para Oriente Medio presentado por Trump en enero ofrecía a Israel la posibilidad de anexionarse territorios palestinos de Cisjordania donde se sitúan numerosas colonias, consideradas ilegales a ojos del derecho internacional.
La solución de dos Estados, uno israelí y otro palestino con fronteras estables y seguras, defendida durante años en todos los planes de paz para la región, no fue mencionada en este proyecto de Trump para Oriente Medio.
El acuerdo anunciado ayer convierte a los Emiratos en el tercer país árabe con el que Israel mantiene relaciones diplomáticas, tras los acuerdos firmados con Jordania y Egipto, cuyo presidente, Abdel Fatah al Sisi, fue uno de los primeros en congratularse.
Según responsables emiratíes, las embajadas en ambos países se abrirán "en breve".
Otros acuerdos
"Un avance ENORME", resumió Trump en Twitter, calificando de "histórico" el acuerdo entre sus dos "GRANDES amigos".
Poco después, el asesor de la Casa Blanca Jared Kushner dijo que hay "muchas posibilidades" de que Israel y otro país árabe logren un acuerdo de paz en los próximos tres meses.
Israel intentó en los últimos años mejorar sus relaciones y establecer una cooperación oficiosa con países árabes como Emiratos, Baréin o Arabia Saudita.
Esta normalización de las relaciones entre Israel y otros países árabes se asociaba en el pasado al proceso de paz entre las autoridades israelíes y las palestinas, pero Netanyahu concibe este acercamiento como un mecanismo de presión para que los dirigentes palestinos acepten un acuerdo con su gobierno.
"La izquierda israelí y la del resto del mundo siempre dijeron que no se podría alcanzar un acuerdo de paz con los países árabes sin la paz con los palestinos... Por primera vez en la historia, Benjamin Netanyahu ha roto este paradigma", reaccionó el Likud, la formación conservadora y nacionalista del primer ministro.