Elecciones libres es lo que pide la comunidad internacional en cabeza de Estados Unidos en voz de Mike Pomepo, y así lo dio a conocer la potencia norteamericana a través de un comunicado con ciertos “petitorios” a “Venezuela”, sí, a nadie en particular, ni al régimen, ni a la oposición, ni al Gobierno interino…
¿Pero esto es lo que pide el venezolano que se mantiene en Venezuela o el que está en el extranjero? EL NUEVO SIGLO se dio a la tarea de preguntar a los nacionales del hermano país dentro y fuera de sus fronteras y de lo último que se habla es de elecciones libres. Unos piden intervención militar; otros levantamiento militar interno; algunos más piden más sanciones económicas; incluso, hay quienes desean “que nos dejen vivir”; y otros, muy pocos a decir verdad, quieren, “elecciones libres”.
La pregunta que sale a relucir es la siguiente: ¿Esas elecciones libres que pide el Gobierno de Estados Unidos son posibles de realizar en Venezuela?, ¿De verdad se puede dar el cambio político necesario para que la Asamblea Nacional elija unos nuevos rectores del Consejo Nacional Electoral y Miraflores los deje hacer su trabajo?, ¿Es posible que el Poder Legislativo haga lo propio para elegir a nuevos integrantes del Tribunal Supremo de Justicia y Maikel Moreno y compañía puedan ser reemplazados?, y ¿De verdad están dadas las condiciones para esa transición que la Casa Blanca dice debe hacerse antes de que finalice el 2020?
¿Nuevo año, nueva vida?...pues no
Pues hasta ahora los hechos dicen todo lo contrario, y ya que, como se dice en mi pueblo, “deseos no empreñan”, no se vislumbra que esto ocurra, no se ve cómo es que Nicolás Maduro, los hermanos Rodríguez, Diosdado Cabello y compañía quieran alejarse del poder que ejercen de facto en un país petrolero, narcotizado, anarquizado y hundido en una depresión que no se veía, al menos, desde la Guerra Federal.
Y es que sin ir muy lejos, este 2020 comenzó peor que mal para los que trabajan en salir del régimen dictatorial chavista que mantiene en una crisis humanitaria a la hermana nación. Y, de nuevo, no es que se podía vaticinar que algo iba a cambiar con el año nuevo si ya todo venía ‘color de hormiga’ finalizando 2019. Las acusaciones de corrupción entre los partidos de oposición (Primero Justicia, Un Nuevo Tiempo, Acción Democrática, Voluntad Popular, Copei, etc.) que conforman el Poder Legislativo, la renuncia del embajador de Venezuela en Colombia, Calderón Berti; la nueva aprehensión del diputado Gilbert Caro, la falta de acción del presidente Juan Guaidó y la “estabilidad” que consiguió Miraflores dentro de todo esto, resultó en la “caricatura” que vimos en el Capitolio de Caracas este 5 de enero…, sabiendo esto, podemos decir que ¿Algo va a cambiar?
El mundo ve de reojo
Mirando hacia adelante, también habría que decir que Venezuela en el concierto mundial está más aislada que nunca, de hecho, ya ni siquiera aparece en los informes del Banco Mundial. El país vinotinto, que a hoy tampoco tiene Director Técnico de fútbol, cabe destacar, carece de proyecciones en el informe publicado por la entidad económica internacional, y es que claro, el Banco Central de Venezuela (BCV) tiene años sin informar alguna mínima cifra de cómo va la economía, aunque solo basta ver cualquiera de sus ciudades para saber la dirección que tienen las cosas.
Asimismo, lo que se puede decir a ciencia cierta es que se vienen más sanciones desde la Unión Europea y Estados Unidos para con algunos actores del régimen y cómplices del mismo, y entre estos últimos están los diputados que según sus propios ex compañeros de partido fueron comprados por el chavismo para montar el parapeto que se vio entre el domingo y el lunes pasado en el Palacio Federal Legislativo, en pleno centro de Caracas y bajo todas las cámaras de los valientes periodistas que aún se mantienen haciendo su trabajo allá.
También, Colombia primeramente, pero a su vez Chile, Argentina, México, España y Ecuador y Perú, así sus gobiernos estén haciendo todo para que no lleguen más venezolanos a sus tierras, seguirán recibiendo migrantes con y sin papeles que huyen del régimen, de la inseguridad que la anarquía provoca, de la falta de oportunidades que el socialismo trae consigo y de las nefastas páginas que se están escribiendo día a día en su país.
Oportunidades
Sabiendo esto, los gobiernos de América Latina, por no decir del mundo, ya que no están dispuestos a arriesgar nada más allá de lo correctamente diplomático con el caso Venezuela, deberán crear oportunidades para esta masa de migrantes que según varios estudios publicados en estas mismas páginas crecerá a entre 6 y 7 millones. De Venezuela saldrán obreros, arquitectos, periodistas, ingenieros de toda clase, economistas, estadistas y pare usted de contar, con ganas de ganarse la vida en naciones que pocas oportunidades ofrecen incluso a sus propios compatriotas.
Por esto mismo los marcos legales que se deberían impulsar en cada uno de estos territorios tendrán que ser puestos en marcha lo más rápido posible, y no solo para una migración que pueda retornar a su país en cualquier momento, sino para hacerlos ciudadanos permanentes que puedan aportar al PIB, que puedan emprender, que tengan oportunidades de demostrar sus capacidades oficiosas y/o intelectuales, y que por supuesto, puedan hacer vida sin incertidumbres legales.
Mientras tanto cada día dará noticias en un país donde Nicolás Maduro controla el poder de facto, en el que Juan Guaidó dice que es jefe interino de Estado y presidente del Poder Legislativo pero poco puede hacer, donde el diputado Luis Parra fue proclamado como jefe del Parlamento y corre cuando los demás diputados opositores entran al Capitolio -esto se vio por televisión el lunes pasado- y sigue gente muriendo de mengua, hambre, soledad y por la violencia desenfrenada que rige en las calles de todo el país.