El arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar, lamentó este domingo el abuso sexual que sufrieron tres niñas de ese país en un albergue de migrantes indocumentados en Estados Unidos, luego que fueron separadas de sus padres en la frontera.
"El que toca un niño o a una niña comete una falta gravísima, ya lo dijo el señor, que más le valdría no haber nacido", dijo Escobar tras comentar que le "indigna" conocer la noticia del abuso.
La viceministra para los salvadoreños en el exterior, Liduvina Magarín, informó el jueves que de los 191 niños migrantes que fueron separados de sus padres, tres niñas entre 12 y 17 años sufrieron de abuso sexual por parte de quienes les cuidaban en un centro de migrantes de Arizona, al sur de Estados Unidos.
La política de "tolerancia cero" ordenada por el presidente Donald Trump llevó a que más de 2.600 niños de diversos países fueron separados de sus familiares luego de ingresar sin documentos a Estados Unidos.
El jueves el gobierno estadounidense informó que 2.157 menores ya han sido entregados a sus familias o a un representantem, pero otros 445, aún están en custodia de las autoridades.
La cancillería salvadoreña brinda asistencia legal a las tres niñas afectadas para presentar el caso ante la justicia norteamericana.
Para el arzobispo, el abuso sexual es un "crimen muy grave" y el daño que se le causa a un niño es "irreparable" porque "va a crecer con un trauma".
Escobar denunció además "los atropellos" que sufren los infantes al separarlos de su familia y dejarlos a la "intemperie del clima" expuestos a enfermedades.
En virtud de los peligros a los que se exponen los menores, la cancillería salvadoreña, según Magarín, gestiona que las autoridades migratorias de Estados Unidos "agilicen la reunificación" para que salgan de los albergues porque en ellos "son más vulnerables".