FRANCIA y Reino Unido, aliados de Estados Unidos en la lucha contra el Estado Islámico, reaccionaron enérgicamente a la decisión de Donald Trump de retirar las tropas estadounidenses estacionadas en Siria, insistiendo que la organización yihadista está lejos de ser derrotada y que el combate "continúa".
"La coalición internacional contra Dáesh [acrónimo en árabe del EI] ha hecho enormes progresos (...) Pero queda mucho por hacer y no tenemos que perder de vista la amenaza que supone", indicó la diplomacia británica en un comunicado.
"Dáesh no ha desaparecido del mapa, ni tampoco sus raíces, hay que vencer militarmente de manera definitiva los últimos reductos de esta organización terrorista", dijo por su parte la ministra francesa del Ejército, Florence Parly.
Trump sorprendió el miércoles a sus aliados afirmando que es hora que los soldados estadounidenses en Siria "vuelvan a casa". "Ganamos contra el EI (...) Recuperamos el territorio y ahora es hora de que nuestras tropas vuelvan a casa", escribió en Twitter.
Actualmente hay unos 2.000 soldados estadounidenses en el norte de Siria, esencialmente fuerzas especiales que luchan contra el EI y entrenan a las fuerzas locales en las zonas retomadas a los yihadistas.
El presidente ruso Vladimir Putin, cuyo país está presente en Siria junto al régimen de Damasco, consideró que era una decisión "justa".
Turquía e Irán, dos actores clave en Siria, hablaron del impacto potencial de esta retirada durante una reunión en Ankara de sus presidentes, Recep Tayyip Erdogan y Hasán Rohani.
Desde 2014 y su ascenso fulgurante, el EI ha perdido la mayor parte de su "califato" autoproclamado por las ofensivas sucesivas. El 14 de diciembre el EI fue expulsado de Hayín, en la frontera con Irak, por una fuerza dominada por los kurdos y con el apoyo de Washington.
Pero la organización conserva algunos feudos y continúa cometiendo atentados en los países de la región y en el extranjero.
Los kurdos sirios temen que la retirada de Estados Unidos permita la reconstrucción del EI. "Tendrá un impacto negativo en la campaña antiterrorista", declararon las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), la alianza kurdoárabe en primera línea de la lucha contra el EI.
Las FDS anunciaron además su intención de continuar la ofensiva contra el EI en el este de Siria pese a la decisión de Washington. "La batalla [en el bolsón] de Hayín continúa por ahora", dijo a la AFP el portavoz de las FDS,
La milicia kurda YPG, el principal componente de las FDS pero enfrentada con Turquía, está bajo amenaza de una ofensiva turca que le obligaría a abandonar la lucha contra el EI.
Francia y Reino Unido declararon que seguirán comprometidos en la coalición contra el EI bajo dirección estadounidense, en particular en su campaña de bombardeos aéreos.
"Por el momento, naturalmente, seguimos en Siria", dijo la ministra francesa de Asuntos Europeos, Nathalie Loiseau.
Por su parte Alemania aseguró que la retirada podría perjudicar la lucha contra el EI. "El EI retrocede pero la amenaza no ha terminado", dijo el ministro de Exteriores Heiko Maas.
Una retirada de Estados Unidos –el calendario del cual todavía no se conoce— dejaría el campo libre a las fuerzas que tienen el apoyo de Rusia e Irán, por una parte, y de Turquía, por otro.
Junto a Rusia, Irán es un aliado del régimen de Damasco mientras Turquía apoya a una parte de los rebeldes que luchan contra el presidente sirio Bachar Al Asad.
Trump ya había anunciado durante su campaña electoral que considera la presencia de Estados Unidos en Oriente Medio como un gasto enorme y pide a otros países, en particular los del Golfo, que asuman su papel.