France 2030, plan que cimentará la reelección de Macron | El Nuevo Siglo
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Martes, 12 de Octubre de 2021
Redacción internacional con AFP

NO ha oficializado su aspiración reeleccionista, pero desde hace casi un año es el claro favorito para la presidencial de abril próximo. Su carisma y las reformas implementadas, de marcado corte conservador, permitirían a Emmanuel Macron mantenerse otros cinco años en el Elíseo.

Hace seis años, el exministro de Economía del socialista Francois Hollande hizo una arriesgada apuesta: romper la tradicional división política entre izquierda y derecha (con sus extremos incluidos) con su naciente movimiento “La República en Marcha” bajo el concepto de que en el centro-centro había cabida para miembros de otros partidos que se identificaran con sus prioridades: dinamizar la economía y convertir a Francia en el eje de la geopolítica europea.

El momento, el escenario y las circunstancias jugaron mayoritariamente a su favor y el 14 de mayo de 2017 se convirtió no sólo en el segundo mandatario más joven en tomar las riendas del país galo, superado únicamente por Napoleón que fue nombrado emperador a los 35 años, sino en el líder que se la jugó abiertamente por regeneración política, entendida una nueva forma de gobernar con todos y para todos.

A diferencia de la mayoría de gobernantes mundiales que, a punto de culminar su mandato, se les califica con “el sol a sus espaldas”, el de Macron parece estar de frente, ya que pese reciente revés en las regionales de su novel partido, continúa encabezando la intención de voto para abril próximo y acaba de lanzar un multimillonario plan para reindustrializar Francia, la hoja de ruta de su posible segundo mandato.

Sin duda su carisma, su programa político del que vale resaltar que las reformas implementadas han sido de marcado corte conservador y el eje franco-alemán que desde el comienzo de mandato constituyó con la hoy saliente canciller alemana, la también conservadora Ángela Merkel, lo mantienen como el líder con el mayor chance para continuar rigiendo los destinos del país galo.

Proveniente de los círculos más altos de la élite clásica francesa, de allí que cuando ganó la presidencia en 2016 no se hablaba de un triunfo de su partido sino del llamado “bloque burgués”, Macron maduró su programa y lo ha implementado con un equipo de gobierno que, al igual que su “República en marcha” no ha hecho distinción del partido en que militan sino el compromiso con sus objetivos: un nuevo modelo socioeconómico y una voz rectora en la Unión Europea.

Y si bien su ascenso al poder dio oxígeno al Elíseo por la juventud, modernidad y ansía innovadora de Macron, su mandato ha evidenciado que tanto en términos de políticas económicas como de valores sociales su programa está arraigado firmemente en la derecha. Es el cimiento programático de “Los Republicanos”, el tradicional partido conservador que en las regionales de junio mantuvo el control de siete de los 13 territorios en disputa y se consolidó como la fuerza dominante a nivel nacional.


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Este resultado redistribuyó las cartas de cara a la presidencial del próximo abril porque puso en el partidor a dos grandes figuras de la derecha, Xavier Bertrand y Valérie Pécresse. Este tercero en contienda, aún por definir, podría fácil y rápidamente convertirse en el mayor retador de Macron, ante la sostenida caída que registra la Agrupación Nacional de Marine Le Pen, la gran derrotada en la contienda regional.

Esa gran herida en la extrema derecha ha crecido en las últimas semanas ya que el solo rumor de una posible candidatura del polemista e inexperto político Éric Zemmour restó varios puntos en intención de voto a Le Pen, al punto que fue desplazada al tercer lugar de los sondeos por esta fuerte voz ‘disidente’ de ese partido.

La encuesta de Harris Interactive para la revista Challenges divulgada la semana anterior situó por primera vez a Zemmour en el segundo lugar con un 17% a 18% en la primera vuelta frente a Le Pen que no superaría el 16%. De lejos, se mantiene en primer lugar el presidente Macron con un respaldo de entre el 24% y el 27%.

El candidato de la derecha tradicional mejor posicionado, Xavier Bertrand, obtendría un 13% en primera vuelta, y al otro lado del espectro, el izquierdista Jean-Luc Mélenchon sería el mejor posicionado con un 11%.

Según la misma encuesta, Emmanuel Macron se impondría con un 55% de votos en segunda vuelta contra Zemmour, que al igual que el mandatario no ha oficializado su candidatura.

La ruta económica

Es en este escenario, a seis meses de la presidencial, que Macron vuelve a hacer una ambiciosa apuesta política y de largo plazo: un millonario plan para “reindustrializar” a Francia, dar “mayor independencia ante la Unión Europea” y “responder a los grandes retos de nuestro tiempo”, según explicó.

En una intervención de casi dos horas, Macron detalló los desafíos que esperan a su país en los próximos años, entre otros, el cambio climático, el desafío demográfico, la presión de las grandes migraciones y las desigualdades, aceleradas por la "disrupción" de la economía mundial. "La crisis que acabamos de vivir ha reforzado estos grandes desafíos", sostuvo el joven mandatario galo.

El plan France 2030 prevé invertir 30.000 millones de euros (35.000 millones de dólares) en cinco años para que Francia, en palabras de Macron, "vuelva a ser una gran nación de innovación" para esa fecha y gane la "batalla de la independencia", a través de la transición ecológica y digital.


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"Debemos aumentar la capacidad de la economía francesa para crecer a través de la innovación", especialmente para "financiar nuestro modelo social", agregó, en un discurso ante empresarios y estudiantes en el Elíseo con aires de precampaña electoral.

Aunque no lo vinculó explícitamente a la Unión Europea (UE), su programa coincide con las prioridades que se fijaron los 27 miembros de este club de Estados en su multimillonario plan de recuperación de 2020 para superar la crisis económica generada por la pandemia de coronavirus.

Y, además, las propuestas del mandatario de la segunda economía de la UE, motor económico del bloque junto a la industrializada Alemania, buscan descarbonizar sus sectores productivos, máxime cuando los europeos se fijaron alcanzar en 2050 la neutralidad de carbono.

Una de las principales medidas es la inversión de 1.000 millones de euros en pequeños reactores nucleares modulares, una energía usada ampliamente en Francia que no genera gases de efecto invernadero, pero que su uso para limitar el calentamiento global divide a países y expertos.

El jefe de Estado quiere convertir además a Francia en "líder del hidrógeno verde" en 2030, que permita "descarbonizar la industria". Y para lograr una agricultura más limpia y con menos pesticidas, prevé 2.000 millones de inversiones, sobre todo en el sector de la robótica.

Otros 4.000 millones se destinarán al transporte, en concreto para desarrollar un avión de bajas emisiones de carbono y para producir para 2030 unos 2 millones de vehículos eléctricos e híbridos, un reto al alcance si los grandes fabricantes franceses cooperan, según Macron.

"Vamos a hacer varias apuestas tecnológicas" en base a una "lógica de innovación científica" y de "organización de mercado", agregó el mandatario liberal, al explicar la "revolución cultural" que propone en materia de investigación en Francia para 2030.

 

Independencia y soberanía

Desde su llegada al poder Macron ha defendido una mayor autonomía europea a nivel industrial, frente a rivales como China, abogando incluso por medidas para proteger los conocimientos tecnológicos existentes y para impulsar la innovación.

La coyuntura internacional tras la irrupción del covid-19 reforzó este principio. La industria farmacéutica europea se enfrentó a su dependencia de los principios activos producidos en Asia y el sector automotriz se vio golpeado por la escasez de semiconductores.

El plan France 2030 prevé así "casi 6.000 millones de euros" para "duplicar" la producción de compuestos electrónicos y "garantizar" el suministro de semiconductores, dijo el presidente, para quien Francia "perdió una parte importante de su autonomía" en el sector de robótica y digital.

"Debemos reconstruir los términos de la independencia productiva francesa y europea", instó Macron, cuyo país asumirá en enero la presidencia pro témpore de la UE y para quien su plan busca "retomar el destino de Francia y Europa en mano".