Los fiscales franceses solicitaron dos años de prisión y una sentencia suspendida de dos años para el expresidente Nicolás Sarkozy, en un juicio en París por presunta corrupción y tráfico de influencias.
Los funcionarios buscan la misma sentencia para su abogado y amigo, Thierry Herzog, y el exmagistrado superior de la Corte de Apelaciones, Gilbert Azibert.
Sarkozy ha insistido en su inocencia en nueve investigaciones legales diferentes por parte de la Corte de Apelaciones de París sobre acusaciones por la entrada de EUR 50 millones del expresidente libio, Muammar Gaddafi, a su campaña presidencial de 2007.
Los cargos en su contra incluyen encubrimiento de malversación de fondos públicos, financiamiento ilegal de campaña y uso indebido de activos de empresa. Los procedimientos legales han estado en curso desde 2013.
Herzog y Azibert están siendo juzgados por "violación del secreto profesional". Los fiscales también han pedido que se prohíba a Herzog ejercer su profesión.
Durante el juicio, los investigadores revelaron que Sarkozy había utilizado un segundo teléfono, registrado a nombre de su amigo Paul Bismuth, para mantener conversaciones con Herzog.
Las escuchas de este teléfono sugirieron que Sarkozy habría intentado obtener del juez Azibert información sobre otro caso en el que estaba implicado y que el juez habría tratado de influir sobre sus colegas a favor del expresidente.
A cambio, el exmandatario habría prometido al magistrado ayudarlo a obtener un puesto muy codiciado en el Consejo de Estado de Mónaco.
Tanto Sarkozy como Herzog han denunciado que las escuchas telefónicas constituyen una violación del privilegio cliente-abogado, aunque su uso en la investigación fue autorizado como prueba por el tribunal superior en 2016. Los fiscales han dicho que la intención por sí sola es suficiente para lograr una condena.
El lunes, el expresidente francés insistió en que no había hecho nada malo. "Nunca he cometido el más mínimo acto de corrupción", aseguró.