El fallo de La Haya y la oposición de la sociedad civil, han sido los obstáculos a los que se ha enfrentado Evo Morales para buscar su cuarto mandato. Si es reelegido, sería el Presidente consecutivo que más tiempo ha estado en el poder en América Latina
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AUNQUE 2018 fue un año de importantes elecciones en América Latina, Bolivia tendrá en enero de 2019 las elecciones primarias de candidatos para las presidenciales. La Constitución de 2009, que convirtió al país en un Estado Plurinacional, permitía que un candidato se pudiera reelegir por dos períodos consecutivos de cinco años. Sin embargo, un referendo ignorado y cambios al interior del gobierno de Evo Morales, permitieron alargar la duración del período.
Ante esta situación, la sociedad civil, incluyendo grupos indígenas que inicialmente apoyaron a Morales a llegar al poder por primera vez, sienten que ya es hora de un cambio. No obstante, el Presidente ha hecho todo lo posible por mantenerse en el poder silenciando a los candidatos opositores. Pero aun así se enfrenta a dos grandes obstáculos: el reciente fallo de La Haya que no obliga a Chile a negociar acceso soberano de Bolivia al mar y una organización civil fuerte que busca evitar una cuarta reelección.
¿Un cuarto período?
Evo Morales llegó por primera vez al poder en 2005 con el apoyo de grupos indígenas y se consolidó como el primer presidente indígena de Bolivia. A partir de este momento, este país suramericano presentó un crecimiento económico constante que se ha mantenido entre el 3% y 6% anual, además de lograr una reducción en las tasas de pobreza extrema de un 38% al 18%. El modelo económico de Bolivia se basa en el “aprovechamiento de nuestros recursos naturales, para lo cual el Estado se apropia de los recursos naturales para distribuirlos hacia otros sectores, con el fin de construir una nueva Bolivia industrializada y resolver problemas sociales” explicó Luis Arce Catacora, ministro de Economía y Finanzas Públicas.
En febrero de 2016, se llevó a cabo en Bolivia el referendo constitucional que buscaba la aprobación para permitir que el Presidente pudiera reelegirse dos veces de manera consecutiva. El “No” ganó con un 51,3% y esto obligaba a Morales a entregar la presidencia en 2020. Pero su partido, Movimiento Al Socialismo (MAS), hizo esfuerzos para que el Tribunal Constitucional Plurinacional diera vía libre a la reelección, desconociendo los resultados del referendo. Esta resolución generó descontento en varios sectores de la población.
Recientemente, la Corte Internacional de Justicia (CIJ) emitió su decisión con respecto a la demanda de Bolivia de obligar a Chile a negociar una salida al Pacífico, la cual fue rechazada por este Tribunal. Esta lucha por la salida al mar, se ha consolidado como la bandera política en Bolivia para llegar al poder. Para Morales, “eso habría levantado su bajo nivel de apoyo. Solo el 29% de bolivianos votará por él. Su fracaso en La Haya es un golpe a su plan para lanzarse para un cuarto período presidencial”, afirma The Economist.
Oposición en marcha
Carlos Mesa, expresidente entre 2003 y 2005, se presenta como candidato por el partido Frente Revolucionario de Izquierda (FRI), opositor a Evo Morales. El candidato de la oposición asegura que abrieron una investigación contra él para que no pueda participar en las elecciones primarias y que Morales tenga vía libre. La oposición en el pasado no ha sido fuerte, permitiendo que Morales llegue y se consolide con fuerza en el poder. Además de Mesa, están Rubén Costas, Samuel Doria y Félix Patzi, pero ninguno ofrece una alternativa convincente para la población.
A pesar de esto, se está consolidando una base social muy fuerte que incluye grupos indígenas desconcertados con el gobierno actual. El grupo indígena Aymara, que creció significativamente bajo los mandatos de este presidente y por una larga tradición de venta de textiles, hoy siente que “su forma de pensar y sus acciones no son indígenas” y que Morales “debería irse”, aseguran los Aymara en un reportaje de Reuters.
Otros grupos han abandonado el Pacto de Unidad, el cual apoya los derechos de los indígenas y campesinos. El hecho de haber ignorado los resultados del referendo, dejar a un lado las bases que lo apoyaron desde el principio de su mandato, hacer exploraciones de gas y minas en parques nacionales, y sus maniobras para optar por un cuarto mandato han generado desconcierto en grupos ambientalistas e indígenas.
La alternativa, que ya se ha empezado a evidenciar, es una oposición que promueva movilizaciones masivas, haciendo presencia en las calles y bloqueando las carreteras. “La resistencia civil es la alternativa ante la imposibilidad de participar desde otras instancias del sistema democrático boliviano como los poderes legislativo y judicial”, afirmó el investigador Alejandro Almaraz para la BBC.
@nataliamarinop