El fundador de WikiLeaks, Julian Assange, quien estuvo detrás de una masiva filtración de documentos clasificados de Estados Unidos en 2010, fue aparentemente inculpado en ese país por otro caso, para disgusto de las asociaciones de derechos humanos, que denuncian una amenaza contra la libertad de prensa.
La posible inculpación sugiere que Washington buscará la extradición de Assange si el australiano de 47 años abandona la embajada de Ecuador en Londres, donde se refugió en 2012 ante temores de ser extraditado a Estados Unidos.
"Una investigación penal contra Wikileaks crea un precedente peligroso para todos los medios (...) Todos deberían estar preocupados por lo que significa esta inculpación potencial", dijo su abogada Jennifer Robinson al programa Democracy Now.
Robinson habló después de que fiscales estadounidenses revelaron inadvertidamente la existencia de una acusación marcada como secreta en una demanda judicial de un caso no relacionado.
La supuesta inculpación por la justicia estadounidense parece confirmar que Assange podría enfrentar cargos por publicar documentos robados al Partido Demócrata durante las elecciones presidenciales de Estados Unidos en 2016.
Washington ha presionado fuertemente a Ecuador para que expulse a Assange de su embajada y pueda ser arrestado.
"Esto confirma lo que nos ha preocupado y hemos advertido desde 2010", dijo Robinson.
"Hay un riesgo muy real de que Estados Unidos buscará acusarlo por sus publicaciones y potencialmente buscar extraditarlo", añadió.
Sin precedentes
El Departamento de Justicia no confirmó la revelación, que fue primero sacada a la luz el jueves por Seamus Hughes, un experto en terrorismo de la Universidad George Washington, y luego publicada por Wikileaks.
"Primicia: el Departamento de Justicia 'accidentalmente' reveló la existencia de inculpaciones clasificadas (o un borrador de ellas) contra el editor de WikiLeaks Julian Assange en un aparente error de 'copiar y pegar' en un caso no relacionado", escribió el grupo en Twitter.
La presunta acusación a Assange en Estados Unidos podría tener implicaciones en la pesquisa que adelanta el fiscal especial Robert Mueller sobre una presunta colusión de la campaña presidencial de Donald Trump de 2016 y Rusia, y sobre si Trump obstruyó la justicia en esa investigación.
En julio, Mueller acusó a 12 espías rusos con cargos de conspiración en el hackeo de las computadoras del Comité Nacional Demócrata, robo de información y publicación de los archivos con el fin de torcer el resultado de la elección.
Una de las acusaciones hace referencia a WikiLeaks, a la que describe "Organización 1" y plataforma usada por los rusos para divulgar los e-mails robados.
Pero defensores de derechos humanos advirtieron que acusar penalmente a Assange por la publicación de material considerado secreto o robado amenazaría a toda la prensa.
"Cualquier inculpación de Assange por las actividades de publicación de Wikileaks no tendría precedentes y sería inconstitucional, y abriría la puerta a que otros medios sean investigados penalmente", dijo Ben Wizner de la mayor agrupación de derechos humanos de Estados Unidos, ACLU.
Sería "profundamente preocupante si el gobierno Trump, que ha mostrado poca consideración por la libertad de prensa, imputara a Assange por recibir información clasificada de un funcionario y publicarla, exactamente lo que los periodistas hacen todo el tiempo", dijo el director de Human Rights Watch, Kenneth Roth.
"Agencia hostil"
Los cargos aún clasificados contra Assange fueron revelados por la fiscal adjunta Kellen Dwyer cuando archivaba un caso separado en una corte federal en Alexandria, Virginia, y urgía a un juez a que mantuviera clasificado aquel archivo.
Pero, equivocadamente, la fiscal mencionó a Assange en lugar del archivo en cuestión al que se quería referir, probablemente al "pegar" el párrafo de otro documento.
Un portavoz de la oficina de la fiscalía en el distrito este de Virginia, solo dijo que se trató de un "error".
Estados Unidos tiene a Wikileaks en la mira desde la publicación en 2010 de 251.000 cables clasificados de embajadas estadounidenses alrededor del mundo, que avergonzaron a Washington y tensaron sus lazos bilaterales con varios países.
Esa acción fue coordinada entre Wikileaks y los principales diarios del mundo como The Guardian, The New York Times y Der Spiegel.
Pero desde que Wikileaks publicó documentos del Partido Demócrata en 2016 que las agencias estadounidenses de inteligencia aseguran recibió de Rusia, Washington rechaza la afirmación de Assange que su grupo trabaja en periodismo.
"Es hora de llamar a Wikileaks por lo que es: una agencia de inteligencia no estatal hostil que con frecuencia es apoyada por actores estatales como Rusia", dijo en abril de 2017 el entonces jefe de la CIA y actual secretario de Estado, Mike Pompeo.