Estados Unidos y los talibanes prevén firmar un acuerdo histórico que allanaría el camino para terminar con la guerra más larga en la que hayan estado implicados los estadounidenses, afirmaron ambos bandos el viernes, después de que Kabul anunciara una tregua parcial en Afganistán a partir del fin de semana.
Aunque la llamaron "reducción de la violencia", la tregua marcaría un giro importante en el conflicto y allana el camino para la firma de un acuerdo entre Estados Unidos y los talibanes sobre una retirada de las tropas estadounidenses de Afganistán tras más de 18 años en el país, a cambio de garantías de seguridad de los insurgentes.
Tanto el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, como los talibanes publicaron comunicados afirmando que habían acordado firmar un pacto el 29 de febrero en Doha, tras una semana de tregua parcial.
"Después de que comience a aplicarse correctamente este compromiso (de reducción de la violencia) se espera la firma del acuerdo entre Estados Unidos y los talibanes", dijo Pompeo en un comunicado publicado tras una visita a Arabia Saudita, y señaló que las negociaciones entre los talibanes y el gobierno afgano "empezarían poco después".
El portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de Afganistán, Javad Faisal, y fuentes talibanes, habían afirmado antes que la "reducción de la violencia" entre Estados Unidos, los talibanes y las fuerzas de seguridad afganas empezaría el sábado.
Por su parte, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, manifestó su satisfacción por el acuerdo en un comunicado y afirmó esperar que este sirva para alcanzar "una paz duradera" y "garantizar que el país nunca más sea un refugio seguro para los terroristas".
"Esta es una prueba crucial para la voluntad de los talibanes y su capacidad de reducir la violencia y contribuir a la paz de buena fe", agregó el jefe de la alianza.
Rusia también elogió el acuerdo, al que calificó de "acontecimiento importante" para la paz en Afganistán, según declaró a la agencia RIA Novosti el enviado ruso en ese país, Zamir Kabulov.
Estados Unidos lleva más de un año negociando con los talibanes para lograr un acuerdo de retirada de sus tropas a cambio de garantías pra los talibanes y la promesa de que los insurgentes participen en diálogos de paz con el ejecutivo afgano.
Una disminución de la violencia podría mostrar que los talibanes son capaces de controlar a sus fuerzas y que actúan de buena fe de cara a firmar un acuerdo, que permitiría la retirada de la mitad de los entre 12.000 y 13.000 militares que Estados Unidos tiene desplegados en Afganistán.
En un comunicado, los talibanes afirmaron que ambas partes "crearían una situación de seguridad adecuada" antes de que se firme un eventual acuerdo.
Una fuente de los talibanes en Pakistán señaló que si el 29 de febrero se firma un acuerdo, las negociaciones entre los talibanes y el gobierno afgano, necesarias para alcanzar un pacto de paz más amplio, comenzarían el 10 de marzo.
Alto el fuego
En Kandahar (sur), vista como un feudo de los talibanes, un insurgente declaró a la AFP que había recibido órdenes de implementar un alto el fuego.
Sin embargo, otro comandante talibán, también en Kandahar, Hafiz Saeed Hedayat, señaló que a él solo le habían ordenados que dejara de atacar ciudades importantes y autopistas.
"Esto quizá signifique que la violencia continuará en los distritos", apuntó Hedayat.
Estados Unidos y los talibanes ya estuvieron cerca de alcanzar un acuerdo antes, pero el presidente estadounidense, Donald Trump, se echó atrás a última hora en septiembre en vista de que los insurgentes no abandonaban la violencia.
En cualquier caso, la tregua no estará exenta de riesgos, advierten los analistas, que vaticinan que la instauración de la paz en Afganistán será extremadamente delicada y que un pacto de paz puede saltar por los aires en todo momento.
Algunos incluso avisan que ambos bandos podrían aprovecharse de la tregua para reconfigurar fuerzas de cara a futuros enfrentamientos