Estados Unidos anunció el miércoles la apertura en Colombia de una misión diplomática para Venezuela, meses después de suspender su embajada en Caracas y mientras presiona por la salida del presidente venezolano Nicolás Maduro y la convocatoria a nuevas elecciones.
El Departamento de Estado dijo que la Unidad de Asuntos de Venezuela estará ubicada dentro de la embajada de Estados Unidos en Bogotá y se centrará en apoyar a Juan Guaidó, el jefe del Legislativo venezolano electo en 2015 y líder de la oposición, a quien Estados Unidos y la mayoría de los países occidentales y latinoamericanos consideran el presidente interino.
Esta oficina "continúa la misión de Estados Unidos ante el gobierno legítimo de Venezuela y el pueblo venezolano", dijo el jefe de la diplomacia estadounidense, Mike Pompeo, en un comunicado.
"Continuará trabajando por la restauración de la democracia y el orden constitucional en ese país, y la seguridad y el bienestar del pueblo venezolano", agregó.
Estados Unidos y Venezuela mantienen tensas relaciones desde la llegada al poder en 1999 del fallecido líder Hugo Chávez, mentor y predecesor de Maduro, quien gobierna desde 2013.
Maduro rompió relaciones diplomáticas con Washington el pasado 23 de enero, luego de que Trump desconociera su mandato y reconociera a Guaidó. En marzo, Estados Unidos suspendió las operaciones en su embajada en Caracas y retiró a todo su personal.
Pero esta nueva misión en Colombia no aumenta la presencia diplomática estadounidense en Venezuela. Un funcionario estadounidense dijo que la unidad en Bogotá no proporcionará servicios consulares como la emisión de visas.
El gobierno del presidente estadounidense Donald Trump ha dicho que usará "todas las herramientas apropiadas" para propiciar el fin del gobierno de Maduro, que considera resultado de elecciones fraudulentas.
Washington ha presionado a Caracas con una batería de sanciones, entre ellas el reciente bloqueo de activos de Venezuela y un embargo de facto al crudo venezolano, crucial para su economía, con el fin de que acepte las demandas de la oposición a renunciar y celebre nuevas elecciones presidenciales.
Pero Maduro se ha negado firmemente a ceder el mando, sostenido por los militares y por Rusia, Cuba y China.