El Gobierno de Estados Unidos ha descartado la imposición de un veto de entrada indiscriminado a ciudadanos rusos, después de que el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, haya reclamado a sus aliados internacionales que anulen los visados de turismo.
Desde que el presidente ruso, Vladimir Putin, dio orden de iniciar la invasión el 24 de febrero, las autoridades norteamericanas han restringido los viajes de casi 5.000 personas vinculadas a la órbita del Kremlin.
Sin embargo, un portavoz del Departamento de Estado norteamericano ha abogado por distinguir "entre las acciones del Gobierno ruso y sus políticas en Ucrania y la población de Rusia", dando a entender que Washington no dará los pasos que le reclama Zelenski.
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"Estados Unidos no quiere cerrar las vías de refugio y seguridad para disidentes rusos y otras personas vulnerables frente a abusos de los Derechos Humanos", ha dicho el portavoz, según la cadena de televisión CNN.
También el Alto Representante de Política Exterior de la UE, Josep Borrell, se ha mostrado este lunes reacio a prohibir de forma masiva la entrada de rusos en la UE --"hay que ser más selectos", ha dicho--, después de que países como Estonia y Finlandia hayan reclamado más medidas al conjunto del bloque.