España: ¿la cuarta será la vencida? | El Nuevo Siglo
Foto archivo AFP
Sábado, 2 de Noviembre de 2019
Redacción internacional con Europa Press
El próximo domingo vuelven a las urnas para elegir Parlamento con el anhelo de poner fin al bloqueo político. Conservadores repuntan y socialistas bajan, aunque siguen liderando encuestas

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“España está bloqueada porque lo ha querido la izquierda y esa parálisis está desangrando la economía, la prosperidad y la unidad nacional”. Esa fue la tajante advertencia con la que el líder conservador, Pedro Sánchez arrancó la campaña para las elecciones del 10 de noviembre -las cuartas en cuatro años- instando a los españoles a cerrar evitar la continuidad en el poder del socialista Pedro Sánchez.

En un ambiente político caldeado por la tensa situación en Cataluña, que se ha convertido en el centro de la campaña proselitista máxime porque Sánchez y su partido, el PSOE, han sido lazos frente a la protesta social y descontento por la condena a los líderes independentistas, el conservador Partido Popular ha vuelto a enarbolar, con más fuerza que nunca, la bandera de la unidad nacional y los logros económicos de Mariano Rajoy cuando estuvo al frente del gobierno, del que fue defenestrado precisamente por los socialistas.

Desde la isla de la Cartuja, en Sevilla, Casado ha asegurado que los conservadores del PP “son la única garantía del desbloqueo” y se comprometió a cambiar a las cosas para que el país retome su cauce político y económico. Vale señalar que Andalucía es una comunidad clave para llegar a Moncloa, dado que reparte 61 escaños al Congreso y lograr más diputados en esta región ayudaría al PP a afianzarse como la mayor fuerza política.

En este pistoletazo de salida a la campaña para el 10-N, Casado fue enfático en señalar que no se puede dar un voto de confianza a Sánchez porque ha incluido en su programa electoral (refiriéndose a la situación de Cataluña) la "plurinacionalidad". “No puede ser candidato a presidir la nación española alguien que no cree en la nación española”, dijo, al tiempo que reiteró que el Partido Popular que lidera es “la garantía de que España seguirá unida”.

Aseguró que el presidente de la Generalitat, Quim Torra, no puede seguir "ni un minuto más" al frente del Gobierno catalán mientras "haya violencia y kale borroka". Y que si gana el próximo domingo y se convierte en jefe de gobierno, le mandará un requerimiento para que cumpla sus obligaciones constitucionales y, si no lo hace, el Estado "actuará en todas las competencias que está malversando la Generalitat" como ya hizo Mariano Rajoy con el artículo 155.

Tras señalar que Sánchez debe su cargo y su despacho en Moncloa a los independentistas y a Bildu, que se abstuvo en la moción de censura, indicó que el candidato socialista ha planteado los comicios como un "referéndum" y un "plebiscito". "Frente a ese referéndum, solo hay una casilla para decirle a Sánchez que no siga en el Gobierno: la del PP, el único partido que ha dicho que no va a facilitar su investidura".

De igual forma Casado se ha comprometido a "no defraudar" a los españoles si llega al Gobierno porque está en política para "ayudarles y conquistas sus sueños". "Si unen su confianza en torno al PP, nada les va a parar", ha demandado, apelando así a la necesidad de evitar la fragmentación del espacio de centro-derecha que castigó a su partido en los comicios de abril.

El mensaje conservador ha ido calando en el electorado español y según la encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas divulgada esta semana, con un universo de 17.600 personas, el PP lograría entre 74 y 88 escaños en el Parlamento, entre 10 y 20 más de los que tiene en la actualidad (66).

El mismo sondeo indica que el Psoe de Sánchez lograría entre 133 y 150 escaños, menos de los que hoy ostenta. Ello lo obligaría desde ahora a buscar una alianza bien con Podemos Unidos o con Ciudadanos, que tienen proyecciones electorales, el primero entre 37 y 45 curules y, el segundo con un fuerte bajonazo ubicándose entre 27 y 35.

De esta forma, se vaticina desde ya un Parlamento igual de fragmentado al que se formó en abril y Pedro Sánchez no lograría su anhelada investidura. Es por esa razón, que desde ahora prometió al electorado que no habrá alianza política posible con los conservadores y conminó a Pablo Iglesias, el líder de Podemos, a aclarar si está dispuesto a bloquearlo por quinta vez.

Sánchez insistió en el lanzamiento de campaña, también en Sevilla, un histórico feudo socialista, que es necesario poner fin al bloqueo político. "Proponemos que votemos con más fuerza, con más claridad y más rotundidad, al único partido político que puede garantizar un gobierno en nuestro país, que es el partido socialista".

Consciente de que aunque su formación se mantiene favorita en las encuestas pero que su ventaja se ha ido reduciendo y hay un repunte de los conservadores del Partido Popular, al igual que la ultraderecha Vox que podría quitar la tercera plaza a la izquierda radical de Podemos, Pedro Sánchez enfila sus esfuerzos a adoptar algunas medidas, aunque muy tibias, contra el separatismo catalán.

Sin embargo, la gran mayoría de españoles son favorables a mantener la unidad del país. Y, en ese escenario, según el profesor de políticas de la Universidad de Pittsburgh Pablo Fernández, se "tiende a favorecer a los partidos percibidos como más comprometidos con la españolidad, el Partido Popular, Vox y Ciudadanos".

Otro lunar para Sánchez es la economía ya que bajo su mandato se frenó el crecimiento del PIB y la reducción del desempleo, todavía con una tasa del 13,92%.

La campaña arrancó el jueves y los partidos tienen apenas una semana para convencer a los electores. El próximo domingo, los españoles en medio del hartazgo electoral, volverán a las urnas y los líderes políticos evalúan, desde ya, posibles alianzas para acabar con el bloqueo político. ¿La cuarta elección será la vencida?