El gobierno español decretó este viernes la aplicación del estado de alarma durante quince días en Madrid y otros municipios aledaños para reinstaurar el confinamiento perimetral que fue revocado la víspera por la justicia y poder contener así la pandemia.
"Hay que tomar medidas para proteger la salud de los madrileños y evitar que esto se propague a otras comunidades autónomas", indicó el ministro de Salud, Salvador Illa, en la rueda de prensa posterior al consejo de ministros extraordinario que aprobó la medida.
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Con este decreto, el gobierno aplicará "las mismas medidas" aplicadas hace una semana pero revocadas el jueves por un alto tribunal regional entendiendo que la ley empleada por el ejecutivo no permitía la limitación de "derechos y libertades fundamentales".
Estas restricciones afectan a Madrid y ocho municipios de la región, especialmente afectados por un aumento de los contagios. En total, más de 4 millones de habitantes no podrán salir de sus localidades salvo para trabajar o motivos de primera necesidad.
Además, los aforos de los establecimientos quedan limitados y los bares y restaurantes deberán cerrar a las 23H00.
La decisión del gobierno de izquierdas de Pedro Sánchez cuenta con el rechazo frontal de las autoridades regionales de Madrid, pertenecientes al conservador Partido Popular, que se oponían a estas restricciones generalizadas.
"La presidenta de la comunidad autónoma de Madrid ha decidido no hacer nada", criticó Illa ante la posición de Isabel Díaz Ayuso, que quería convencer al gobierno de no declarar el estado de alarma.
"La paciencia tiene un límite, no hay más ciego que el que no quiere ver", añadió el ministro, recordando que otras ciudades europeas tomaron medidas similares con situaciones mucho menos graves que la de Madrid.