AYER se conmemoró el aniversario número 155 de la abolición de la esclavitud en los Estados Unidos. La celebración se produce justo cuando en el mundo entero se plantean grandes reflexiones sobre la discriminación y tienen lugar manifestaciones con las que se buscan diversas reivindicaciones históricas.
El "Juneteenth" es el día en el que se recuerdan los hechos ocurridos el 19 de junio de 1865 en Texas, cuando se declaró que todas las personas esclavizadas eran libres. El feriado, hasta hace poco desconocido, cobró importancia por las recientes manifestaciones ocurridas en el país y gracias a las declaraciones del presidente Donald Trump denunciando "la injusticia inimaginable de la esclavitud".
A pesar de que el presidente Abraham Lincoln ya había proclamado la libertad de los esclavos un par de años antes, sólo hasta ese momento las últimas personas que se encontraban en esa situación fueron liberadas. Posteriormente el Movimiento por los derechos civiles logró que, en 1965. se aprobara una ley que prohibía de manera definitiva la discriminación y segregación raciales y se le garantizaban derechos políticos iguales a toda la población. Como se recordará el presidente Lincoln luchó durante la guerra de Secesión estadounidense y no sólo logró la abolición de la esclavitud, sino que mantuvo la unión, modernizó al país y su economía y fortaleció las instituciones federales.
La conmemoración del fin de la esclavitud en los Estados Unidos es una oportunidad para reflexionar sobre el fenómeno de la discriminación y avanzar en un reconocimiento real de los derechos de las minorías. Sin embargo no debe ser usado como disculpa para la violencia o el pillaje, ni mucho menos para justificar el vandalismo contra monumentos históricos que sirven como recordatorios de un pasado que no debe repetirse y que no representan una exaltación a la segregación.
La deliberación tampoco puede ser acaparada por una determinada tendencia o postura política ya que es una discusión que apela a una realidad que trasciende las ideologías y es un reclamo universal que compete a todos ya que invoca el reconocimiento de la dignidad humana como elemento unificador que permite el trato como iguales.
Una revisión histórica de los procesos de abolición de la esclavitud en el continente demuestra que el proceso de emancipación sucedió de manera paralela al sur del continente y que la lucha por los derechos de las personas en situación esclavitud no es exclusiva del país norteamericano.
En el Perú, por ejemplo, el líder indígena Túpac Amaru emite el "Bando de Libertad", como parte de su revolución anti colonialista y proclama, el 16 de noviembre de 1780, la abolición de la esclavitud por primera vez en el continente. Años después, en 1821 tras la declaración de independencia del país, José de San Martín declaró libres a todos los hijos de esclavos y posteriormente quienes continuaban en esta situación se convirtieron en peones libres. México, por su parte. también fue uno de los primeros países en acabar con la esclavitud en a finales de 1810, durante la guerra de independencia de ese país.
En 1811 Chile estableció la “libertad de vientres” en la que se declaraba la libertad de los hijos de esclavos y en 1823 - tras haber participado en la campaña y ejércitos libertadores- El congreso del país aprobó la abolición total de esa práctica. Finalmente, en Colombia en el año 1821 se estableció la libertad de los nacidos de padres esclavos y su liberación absoluta fue concedida por el presidente José Hilario López el 21 de mayo de 1851.
Del otro lado del Atlántico, en España el fraile dominico Bartolomé de las Casas abogó por la abolición de la esclavitud en el siglo XVI. Tras la promulgación de las Leyes de Indias se impidió esclavizar a los pobladores del nuevo mundo y en 1880 se prohibió de mareta definitiva. En Francia tras la revolución y la declaración de los Derechos del Hombre se dio fin a la práctica el 7 de febrero de 1794 y tras un periodo de restablecimiento en tiempos de Napoleón, se eliminó de manera definitiva en 1848.
En países como Portugal y el Reino Unido se llevaron a cabo procesos similares. El Marqués de Pombal, primer ministro luso, fue uno de los primeros en erradicar esta práctica y abolió la esclavitud en sus colonias en 1761 y en 1869 en el resto del imperio portugués. En la Gran Bretaña, por su parte, se prohibió la trata a principios del siglo XIX y el 23 de agosto de 1833 se aprobó la Slavery Abolition Act (Ley de abolición de la esclavitud) por la que desde el 1 de agosto de 1834 quedaban libres todos los esclavos de las colonias británicas quienes, durante un período de cuatro años, continuarían bajo la tutela de su antiguo amo y percibiendo un suelo. Finalmente los propietarios de plantaciones que empleaban esclavos fueron indemnizados con millones de libras esterlinas.
Celebraciones como la de la semana que termina son una oportunidad para valorar de la dignidad humana, que está por encima de intereses partículas. Es importante reconocer que las personas son valiosas en sí mismas y que no hay nada que tenga mayor valía que el respeto a la vida. Sea esta la oportunidad para generar conciencia frente a nuevas formas de explotación o esclavitud y se trate de manera digna a personas que aún no gozan de manera plena de este reconocimiento o están en condición de vulnerabilidad como las mujeres, los enfermos, las personas de la tercera edad, en condición de discapacidad o los no nacidos.