Pasado mañana, Estados Unidos celebrará las denominadas “midterms”, jornada en la que se elegirá a los integrantes de la totalidad de la Cámara de Representantes y a un tercio de los senadores. Con una estrecha mayoría en ambas casas, el partido Demócrata podría perder el terreno en las dos células legislativas y por consiguiente el presidente Joe Biden se vería abocado a tener que gobernar con un Legislativo liderado por la oposición.
Ante ese potencial escenario, y con las elecciones presidenciales a un año largo de materializarse, ¿qué tanto se le podría complicar a Biden su margen de maniobra si el Senado y la Cámara quedan con un liderazgo de la oposición?
De acuerdo con Alejandro Bohórquez-Keeney, profesor de planta de la Facultad de Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad Externado de Colombia y experto en temas de Estados Unidos y Norteamérica, al presidente el panorama no solo se le va a complicar bastante, sino que ya no podrá apelar, como lo ha hecho en el pasado, a los denominados republicanos moderados que, de acuerdo con el experto, están desapareciendo.
EL NUEVO SIGLO: ¿Qué escenarios podemos avizorar hacia las elecciones de mitad de mandato que realizará Estados Unidos el martes de la semana entrante?
ALEJANDRO BOHÓRQUEZ-KEENEY: Aunque esto tiene mucho de probabilidad estadística que yo no manejo, todo parece indicar –y hay un consenso bastante generalizado– que podríamos tener una mayoría republicana en la Cámara de Representantes (en donde ahora mismo hay una casa demócrata) y en el Senado hay ambivalencia.
En Estados Unidos los votantes no son los más disciplinados y las fluctuaciones se pueden presentar. Pero creería que podría haber una mayoría republicana en alguna de las dos cámaras legislativas y que incluso ambas cámaras podrían quedar en manos de los republicanos.
ABK: Se le va a complicar bastante. Aunque a veces ha sucedido que al presidente, teniendo mayoría de su propio partido en el Congreso, le bloquean varios proyectos, con una mayoría opositora será muchísimo más complicado.
En este sentido hay que tener presentes las viejas fracturas norteamericanas a lo largo de su historia. Estados Unidos es una nación muy fragmentada con varias tendencias que se concentran en los dos partidos que tiene su sistema. Con el paso del tiempo hemos visto como esas dos tendencias se han acentuado en forma notable, y por ejemplo Foreign Affairs, que es la principal revista de relaciones internacionales, sugirió una posible segunda guerra civil.
Entonces, Estados Unidos nunca ha sido una sociedad homogénea y ahora esas diferencias están mucho más marcadas. Claramente los republicanos, con una mayoría legislativa en ambas cámaras, le van a bloquear lo que sea a Biden, muchas veces solo porque lo está proponiendo el presidente demócrata, así la medida les convenga.
Adicionalmente los discursos están muy cargados. Joe Biden está diciendo que los republicanos están arremetiendo contra la democracia. Ni siquiera se está refiriendo a los seguidores de Donald Trump –que sí, son un segmento del partido muy vocal pero no son la totalidad del mismo–, sino a toda la colectividad. Eso claramente está demarcando más las fracturas que, sin duda, se traducirán en el Congreso que resulte de las elecciones de medio mandato.
ENS: ¿Y un escenario de mayoría democrática en Senado y Cámara?
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ABK: Lo más probable es que se consolide un Congreso con mayoría republicana. Sin duda lo que le convendría al presidente Biden sería un Legislativo de mayoría demócrata, pero la realidad es que hay mucha insatisfacción frente a su gobierno, la gente está esperando soluciones más rápidas, la economía norteamericana no está atravesando su mejor momento así ya este saliendo de la recesión y hoy mucho de la política se mide desde el bolsillo. Hay insatisfacción frente a su gobierno.
Al no tener un proceso de recuperación económico tan rápido como el que demanda la ciudadanía, las encuestadoras han mostrado que podría quedar un Congreso republicano. Toca esperar, pero no creo que este sea un escenario muy viable.
Elecciones del 2024
ENS: Para los proyectos que ha impulsado el gobierno Biden, él ha tratado de convocar a los republicanos más moderados. ¿Cree que podrá seguir convocando a esta fracción del republicanismo?
ABK: Ese republicanismo moderado está desapareciendo. Hoy, en los foros del partido se está hablando de los ‘rinocerontes’. El símbolo del partido Republicano es un elefante y a muchos de los ‘ryno’ ('republican in name only'/republicanos solo de nombre) los están empujando a que se vayan al partido Demócrata. Esa fraccionalidad tan férrea está haciendo que esos republicanos moderados se desdibujen de la colectividad.
Este ha sido un fenómeno mucho más marcado en el sur, de lo que se denominó como el sólido sur. Lo que fueron los estados esclavistas siempre votaron todos al tiempo y en bloque. Uno sabe que si Georgia vota republicano, Alabama, Mississippi, Texas, Louisiana, todos esos estados que fueron confederados en el siglo XIX, van a votar igual.
Ahí está tremendamente marcada esa inercia y aún tienen ese letargo. Es que incluso antes del ‘trumpismo’ ya había otros movimientos como el Tea Party y otros que lo que el expresidente Donald Trump hizo, como buen líder populista, fue agruparlos a todos.
En los años sesenta aún había liberales republicanos; ya no. Hace varios años el espectro ideológico en ambos partidos era supremamente amplio; ya no.
ENS: En ese sentido, si Joe Biden se vuelve a presentar (dijo que lo haría si Trump lo hace), ¿cree que la edad le pueda pasar factura de cobro?
ABK: Se suponía que la vicepresidenta, Kamala Harris, se iba a lanzar a la presidencia del país después de Joe Biden. Eso era lo que estaba proyectado. Si Joe Biden se vuelve a lanzar, esos acuerdos entre los demócratas se verían socavados. No obstante, la figura de Donald Trump genera tanto rechazo entre los votantes demócratas, que es posible que por un tema de fuerza mayor y de estrategia política le den el espaldarazo al presidente Biden. Aun así, sería un respaldo tremendamente incómodo.
Biden es un presidente envejecido, que tiene problemas de salud y que, a diferencia de Ronald Reagan, que tenía el récord de haber sido el presidente más longevo en el poder, no es muy carismático. Mucho del carisma que tiene hoy el mandatario norteamericano es que no es Donald Trump y es la alternativa al mismo.
De hecho, en los foros demócratas hay una línea de miembros que dicen que el presidente es la alternativa menos peor, pero que no traerá el cambio que esperan. Lo que está pasando en el partido Demócrata en relación con las presidenciales de 2024 es como si a la gente de izquierda en Colombia le hubiera tocado votar por el partido Liberal y no por los progresistas de Gustavo Petro. El menor de los males, pero no la opción que hubieran deseado apoyar.