A una campaña mediática para destituirlo atribuyó el izquierdista presidente peruano, Pedro Castillo, las cinco investigaciones en su contra por presunta corrupción, en su mensaje al país al cumplir un año de gobierno y en el que también defendió su gestión, pese a su impopularidad y crecientes voces que le exigen su renuncia.
“Reclaman la vacancia (destitución) no por falta de resultados o por inexistentes imputaciones, sino por intereses privados y por evitar los cambios que mi gobierno se empeña en cumplir", dijo Castillo ante el Congreso, dominado por la oposición derechista.
"Los medios de comunicación difunden mentiras y noticias falsas, se van a cansar de buscar las pruebas porque no las van a encontrar", agregó el presidente.
"Me someto a la justicia para aclarar los delitos que se me pretenden imputar, para aclarar los proceso ante la justicia", resaltó durante su mensaje sobre el estado de la Nación, en el que dedicó varios pasajes a rechazar las denuncias en su contra.
"Imputaciones que no probarán", reiteró desafiante Castillo, en medio del repudio de algunos congresistas.
La líder opositora Keiko Fujimori, pidió a Castillo que renuncie en reacción a su mensaje.
"Respetando la Constitución, FP (Fuerza Popular, partido fujimorista) ha dejado que exponga su mensaje para transmitirle al final lo que le dice la mayoría de los peruanos: ¡RENUNCIA CORRUPTO!", tuiteó la hija del expresidente Alberto Fujimori (1990-2000).
"Y si no lo hace, será el pueblo y sus representantes quienes terminen con este gobierno nefasto", agregó en Twitter.
Castillo, un maestro rural de 52 años, sindicalista, cumple el primero de sus cinco años de mandato con un récord de cinco investigaciones fiscales por presunta corrupción y el pertinaz asedio de un Congreso adverso que exige su renuncia.
La reciente decisión de la fiscal de la nación, Patricia Benavides, de abrirle una nueva investigación por "obstrucción a la justicia" al proteger a tres miembros de su entorno prófugos ha avivado las brasas para un tercer pedido de destitución en 12 meses.
De las cinco investigaciones, cuatro son por casos ocurridos en su gobierno.
Las causas contemplan un presunto tráfico de influencias en la compra de combustible por la estatal Petroperú en 2021 y la supuesta obstrucción a la justicia en la destitución de un ministro de Interior.
También se le acusa de tráfico de influencias en un expediente de ascensos militares; de corrupción y colusión agravada en un proyecto de obra pública; y, finalmente, de plagio en su tesis universitaria.
El presidente niega vehementemente todos los señalamientos.
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"¡Renuncia Castillo!"
La tensión planeó durante varios pasajes del mensaje, como cuando una veintena de los 130 congresistas se retiró en protesta y otro grupo le dio la espalda sentada desde su curul.
"¡Corrupto!", exclamó a viva voz en el hemiciclo la legisladora conservadora Patricia Chirinos, interrumpiendo a Castillo.
El gobernante cerró su mensaje, que coincide con el día nacional de Perú, en medio de un abrupto griterío pidiendo su renuncia.
"¡Renuncia corrupto, fuera corrupto!", fue la frase que retumbó desde la bancada del partido fujimorista.
"¡Fujimori nunca más!" replicó la minoritaria bancada de la coalición izquierdista que apoya a Castillo.
Mientras tanto, afuera del Congreso, cientos de manifestantes marcharon reclamando su renuncia.
"Estamos marchando porque estamos en contra de este régimen corrupto. No hay nada que celebrar", dijo Rodolfo Fernández, del Colectivo social Dignidad y Libertad.
En paralelo, una menos nutrida movilización de colectivos y sindicatos marchó en apoyo al presidente también hacia el Congreso.
Castillo ganó inesperadamente las elecciones al frente de un pequeño partido de corte marxista-leninista con 50,12% de votos, en un reñido balotaje contra la derechista Keiko Fujimori. Ha sobrevivido a dos intentos de destitución "por incapacidad moral" ayudado por la corrupción y fragmentación del Congreso de 130 miembros, que carece de los 87 votos necesarios para separarlo del cargo. No se descarta que se presente una tercera.