DESDE comienzos de año el mundo enfrenta al virulento Covid-19, cuya letalidad si bien no ha sido tan alta como la de otras epidemias registradas en el siglo XX como la gripe europea, su velocidad de propagación llevó al mundo a confinarse mientras la ciencia logra hallar su contra.
La aparición del coronavirus que tiene hoy en vilo a la humanidad estaba en los radares de la comunidad científica. Así puede evidenciarse porque cuando en 2018 la Organización Mundial de la Salud presentó el listado sobre las principales amenazas globales a la salud, incluyó la Enfermedad X, en teoría inexistente pero que respondía a la alerta científica para prepararse ante un “agente patógeno desconocido que podría causar una epidemia internacional grave”.
En su momento, el doctor Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos, dijo: "La experiencia nos enseñó que lo que nos golpeará es algo que no previmos…Eso fue lo que ocurrió con el zika y el ébola".
Y esa intuición de los expertos hoy es una realidad con el Covid-19, que en frenética carrera por el mundo, exceptuando la Antártida, ha contagiado a más de 4.5 millones de personas, de las cuales más de 300 mil fallecieron a causa de complicaciones por sus patologías de base.
Ante el enemigo invisible pero con gran poder destructor, la comunidad científica, médica y todos los gobiernos han enfocado sus esfuerzos por combatirlo. Sin embargo, por esta emergencia sanitaria global se ha descuidado la prevención y atención a otras enfermedades, tanto infecciosas como no transmisibles, que pueden cobrar muchísimas más vidas que el coronavirus y frenar los avances que se habían hecho en el sistema sanitario mundial.
1. Sarampión
Esta infección viral grave que afecta sobre todo a niños menores de 5 años fue muy frecuente en décadas pasadas y gracias al desarrollo de una vacuna se puede prevenir. Sin embargo, con el mundo entero inmerso en la lucha contra el coronavirus, desde abril se suspendieron las vacunaciones, lo que según Unicef pone en alto riesgo de contagio a 117 millones de niños podrían contagiarse del sarampión, especialmente en países vulnerables en vía de desarrollo. El sarampión mató a más de 140.000 personas en 2018, la mayoría menores de cinco años y desde finales del año pasado ha tenido un inusitado rebrote en naciones de África (la situación es crítica en el Chad y la República Centroafricana Congo, donde dejó 6 mil fallecidos la última epidemia, en 2019), Europa y Estados Unidos.
2. Neumonía y tuberculosis
Por falta de atención médica, forzada por el confinamiento, hay un altísimo riesgo de que se aumenten las muertes por dos infecciones bacterianas: la neumonía y la tuberculosis. Según cifras dela OMS, a diario más de 2.500 niños fallecen por neumonía, la que paradójicamente una vez diagnosticada se puede curar con medicinas eficaces y de bajo costo. En la mayoría de los países del continente africano, ésta es la principal causa de mortalidad infantil.
Entre tanto la tuberculosis, considerada la enfermedad infecciosa más mortífera del planeta, podría dispararse en los próximos meses ya que ante el confinamiento por la pandemia se han suspendido los testeos, su única forma de detección. Se diagnostican 10 millones de casos anualmente en el mundo, y aunque existen tratamientos eficaces, más de 1.5 millones de personas fallecen por la misma. Vale aclarar que existe una vacuna, descubierta hace un siglo, con alta efectividad pero solo en niños pequeños. La financiación para desarrollar una vacuna es tan pobre, como a quienes ataca: los más vulnerables.
3. Malaria
África Subsahariana es la región del mundo más afectada tanto por las enfermedades anteriormente mencionadas como por ésta que la causa un parásito y la transmite a los humanos la picadura de mosquitos anofeles infectados. Y pese a que la OMS ha alertado que cuatro veces más personas podrían morir de malaria que del coronavirus, la lucha médica contra ésta se ha frenado por el temor de ir a centros asistenciales y contagiarse del Covid-19. La agencia de las Naciones Unidas ha advertido que los fallecimientos por malaria podrían duplicarse a 769.000 en África este año, (500 mil más que las proyectadas por coronavirus) si se reducen los programas de prevención contra la enfermedad y las campañas de desinfección contra el vector. El continente tiene la mayor cantidad de casos de malaria en el mundo, con nada menos de 93 por ciento de las personas con la enfermedad y es una delas 10 principales causas de muerte.
4. Ébola
Cuando la epidemia de ébola de 2014 se desató en Guinea, Liberia y Sierra Leona la comunidad internacional respondió con promesas de más de US$5.800 millones de dólares para combatir la enfermedad que mató a más de 11.300 personas en esos países de África occidental, al igual que en Uganda, Zaire, Nigeria y República del Congo. Pero pocos meses después esa cifra bajó considerablemente, lo que sin embargo no impidió que el año pasado se encontraran dos drogas que resultaron muy efectivas para combatirla. Sin embargo, por el coronavirus, es otro frente de salud pública que se ha descuidado, pese a que el Remdesivir, el antiviral diseñado inicialmente para tratar el ébola se está probando para combatir el Covid-19.
5. Sida
La perturbación en los servicios de salud en medio de la pandemia afecta los tratamientos a pacientes con sida, con riesgo en África para la vida de cientos de miles de personas, señaló la OMS. En África al sur del Sahara había 25,7 millones de personas con VIH en 2018, según cálculos de la OMS, y de ellos 64 por ciento, 16,4 millones de pacientes, recibían tratamiento antirretroviral. A pesar de ello, unas 470 000 personas murieron en 2018 por causas asociadas al sida. Pero las interrupciones en los servicios y suministros sanitarios por la actual campaña contra el nuevo coronavirus, aunque solo sea por seis meses según los modelos estudiados por la OMS, pueden provocar la muerte de 500 000 personas más, tanto en 2020 como en 2021, por causas asociadas al sida, lo que sería un retroceso hacia 2008, cuando en la región se registraron 950 000 fallecimientos por sida y enfermedades asociadas, como tuberculosis.
6. Enfermedades no transmisibles
Además de lo anterior, con el mundo concentrado en el coronavirus, los sistemas de salud han priorizado la lucha contra éste aplazando la atención descuidando a otras enfermedades, no transmisibles y crónicas como la hipertensión, la diabetes, patologías cardiacas y el cáncer, entre otras.
Estas enfermedades son responsables de más del 70% de todas las muertes anuales en todo el mundo, es decir, de 41 millones de personas, incluidas las 15 millones que mueren prematuramente, entre los 30 y 69 años.
Y es que, precisamente, varias de estas se han tornado en comorbilidades de grave afectación, que incluso llevan al fallecimiento, a quienes se contagian con el coronavirus. De esta forma la pandemia del Sars-CoV2, como también se le conoce al coronavirus está dejando ‘huérfanas’ de atención a otras enfermedades y amenaza con desviar los avances que se habían logrado en salud pública en el mundo.